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Nueva ola progresista ha sido detenida en el Ecuador

Los avances de la izquierda en América Latina se han detenido y el exbanquero

será el próximo presidente de Ecuador. Su triunfo ocurrió pese al rechazo a su programa de varios sectores sociales que hoy lamentan su triunfo.

 

Guillermo Lasso. Foto Medios Publicos EP / Flickr. Creative CommonsLicense.

Sinay Céspedes Moreno

 

Con poco más del 52%  el candidato conservador de la alianza de centro-derecha CREO-Partido Social Cristiano (PSC)  venció a Andrés Arauz, el candidato del expresidente Rafael Correa, representante de la coalición progresista y de izquierda Unión por la Esperanza (UNES) y uno de los principales líderes del chavismo continental.

El triunfo impactó a sectores que ofrecieron respaldo a UNES durante la campaña electoral, así como a quienes confiaron en los sondeos de intención que le otorgaron ventaja a esa fuerza política.

Igualmente, constituyó un golpe para quienes temían una posible victoria de Lasso, pues a juicio de muchos, cogobernó con Lenín Moreno, actual mandatario, cuya gestión se distanció de la plataforma programática con la cual obtuvo respaldo mayoritario en la justa de 2017.

Al proclamarse dignatario, el representante de CREO-PSC ratificó promesas como la recuperación de fuentes de empleo, el alza del salario básico de 400 a 500 dólares, impulsar a los emprendedores con apoyo financiero, educación de calidad, universidades accesibles a todos y mejor cuidado de la salud.

Sus propuestas coinciden con una etapa difícil para el país, sumido en una crisis económica y sanitaria por la propagación de la Covid-19, con la que deberá lidiar el defensor de la banca privada.

Para varios colectivos sociales, el costo de la decisión popular será alto, con impacto especial en la clase trabajadora, resentida por despidos, disminución de ingresos y alza en productos de primera necesidad, entre otros problemas.

Acerca de los resultados de la segunda vuelta electoral, el académico y analista político Fernando Casado consideró en declaraciones a Prensa Latina que UNES perdió los sufragios por tres razones fundamentales. Por un lado hay una victoria clarísima en Pichincha, donde con el escrutinio casi completo, la diferencia es de 30 puntos teniendo en cuenta que la provincia concentra el 17% del total del electorado.

Por otro lado, otra razón de la derrota tiene relación con Guayas, donde está el 22% de los otantes y se esperaba un margen a favor de Arauz mayor al 5% obtenido con respecto a Lasso. Aunque ese territorio siempre fue feudo del socialcristianismo.

Una tercera razón determinante fue el voto nulo promovido por el Partido Pachakutik, tercero en la primera vuelta de elecciones: terminó como un apoyo masivo a CREO-PSC.

 

Y, agregó, también jugó un papel importante en el triunfo del candidato de la ultraderecha, “la guerra sucia y de las campañas basadas en la banalización de la política, vaciando de contenido una propuesta programática racional y de alguna manera, el tiro al miedo también triunfó”.
“Eso lo hemos visto en otros lugares con Jair Bolsonaro (Brasil), Donald Trump (Estados Unidos) y de nuevo acá ese tipo de política, pues han resultado victoriosas”, dijo.

A su juicio, a partir de ahora se abre un panorama muy complejo para Ecuador, con un continuismo de los últimos cuatro años.
También será necesario ver cómo el nuevo presidente soluciona el tema en la Asamblea Nacional, donde su partido tiene una minoritaria cantidad de legisladores y deberá pactar con un Parlamento extremadamente fragmentado.
“En cualquier caso, la ola progresista en América Latina con las últimas victorias de la izquierda, ha sido detenida en el Ecuador”, concluyó. (PL)

(Fotos: Pixabay) 

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