Es claro que el problema del multiculturalismo es a fin de cuentas sobre un cambio social. Esto se adhiere a la capacidad de vivir de forma ‘tolerante’ con otros grupos de creencias diametralmente opuestas.
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Nigel Pocock
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¿Qué pasaría si estos grupos creyeran en la tiranía, sea esta una teocracia, un materialismo, un secularismo o de algún otro tipo? ¿Hay algún límite? Creo que lo hay. Se manifiesta en la paradoja de una sociedad omnitolerante.
Es muy probable que una sociedad omnitolerante en algún momento permita grupos violentos y tiránicos, puesto que fueron ‘tolerados’, los cuales luego destruirán la tolerancia a favor de un estado con un único partido. Al final, la omnitolerancia destruirá la tolerancia. Por lo tanto, se necesita capacitar a la ‘tolerancia’. Esencialmente, también necesita instituciones gratuitas para poder florecer: investigación científica gratuita, prensa gratuita, y demás.
Sin embargo, como con la tolerancia, al no haber controles sobre la libertad, se le está dando pie a los grupos para que destruyan la libertad, para que obtengan el control ansiado, y entonces destruirán la libertad de ciencia y la prensa.
Por tal motivo, se debe llegar a un nivel óptimo entre control y libertad, así como control y tolerancia.
La guía de esta mejoría necesita ser un enlace moral, para minimizar el sufrimiento. Esto no es algo absoluto, puesto que hay movimiento alrededor de un enlace.
La discusión, pues, se convierte en una sobre poder, y sobre cómo se debe ejercer. Se trata de la cultura dominante – en este momento, un secularismo intolerante el cual cree tener todas las respuestas.
Utiliza la ley para implementar cambios sociales de acuerdo con estos ideales. En algunas zonas, esto ha sido bueno sin duda alguna, como con las leyes de disgregación en América, y la resocialización de las actitudes de gente blanca hacia el acceso a los derechos de las personas de raza negra.
Idealmente, tal secularización querría eliminar todo supernaturalismo de los grupos teocráticos, pues esa es la fuente de su poder – de tal manera que los neutralizaría
De esta forma, lejos de incrementar el pluralismo, la secularización de agencias e ideologías busca reducir la pluralidad, e ingeniar la integración a través de la creación de una monocultura secular.
Así pues, vemos una sociedad que esta intentando movilizarse hacia un ideal muy parecido al de la Europa católica monocultural medieval.
Es extraño realmente que este deba ser el modelo para el estado materialista secularizador. ¿Las cosas se han movido fuera del nivel óptimo, el cual hace funcionar a la tolerancia y la libertad, para que se mantengan en su delicado equilibrio?
Una dictadura puede que sea más eficiente a corto plazo, pero una sociedad abierta es más eficiente a largo plazo.
Esto es porque se han sacado a relucir problemas, se han discutido y se han tratado de solucionar. Las dictaduras implementan planes de cinco años, o grandes avances, con poca o ninguna discusión.
Puede que suceda un sufrimiento terrible, sin ninguna indemnización para las víctimas. Son un efecto colateral necesario. Son las víctimas de la intolerancia.
De tal manera, una sociedad compasiva se enfoca en los problemas (de acuerdo con el objetivo de eliminar el sufrimiento) y en la solución a tales problemas.
No trata de evitarlos. Fomenta una pluralidad de puntos de vistas, y considera tantos factores como sean posibles, le da una mirada a los puntos de vista de otras personas, y considera lo positivo y lo negativo de los argumentos.
Si un estado secularizador utiliza la educación y la lengua para alcanzar el común denominador más bajo, se encuentra en peligro de convertirse en lo que precisamente pretende resistir: una dictadura acosadora y una monocultura. Una monocultura es, después de todo, mucho más fácil de controlar..
(Traducido por Sofia Edwards – Email: sofia83edwards@gmail.com ) – Fotos: Pixabay
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