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Refugiados y fronteras

Este texto está escrito cuando la presión nacional e internacional parece estar debilitando la posición dura del gobierno conservador del Reino Unido hacia los refugiados, pues en las últimas horas ha surgido información sobre un anuncio que Cameron podría dar muy pronto.

 

Afghan Girl. © Steve McCurry / Magnum Photos / Flickr.  Creative Commons License.

Mabel Encinas

 

Hasta hace poco, la única “urgencia” humanitaria para el gobierno conservador en relación a los cientos de miles de refugiados en Europa ha sido hablar de «arreglar» los países de los que la gente está huyendo.

La apertura de puertas a los refugiados se ha descartado hasta ahora en el Reino Unido, a pesar de la situación actual de este gran número de seres humanos que necesitan nuestro apoyo.

Miles de personas están siendo asesinadas por la guerra. De los que tienen la suerte de salir de sus países, cientos se han ahogado tratando de cruzar el Mediterráneo, este año, y cientos de familias transitan por las carreteras y calles de Europa con la esperanza de encontrar una mano amiga.

Las crisis en Siria, Palestina, Afganistán, Irak y Eritrea, por nombrar algunos, no son, como a menudo se presenta en los medios de comunicación, conflictos aislados originados dentro de las fronteras nacionales.

En el caso del conflicto de Siria, por ejemplo, Arabia Saudita, los EE.UU. y la Unión Europea, así como Irán y Rusia, por lo menos, han estado involucrados, al grado de que se ha llamado una “guerra de poder”. Muchos intereses están en juego y muchas personas y países están beneficiándose en algo del conflicto (control del petróleo, ubicación estratégica y ganancias de armas, entre otros).

Los refugiados son un tipo particular de migrante. Ellos no están buscando «una vida mejor», como mi pareja señalara el otro día, desafiando las palabras de los periodistas en la televisión.

Esta forma de presentar su situación parece compararlos con aventureros que persiguen una causa.

Los refugiados tienen que salir de sus países con el fin de sobrevivir. Su lucha no está basada sólo en su experiencia individual del miedo, sino en la situación social en la que su seguridad, su vida, está en riesgo.

El camino a la vida para muchos refugiados es una larga y empinada cuesta por el mapa europeo, que abarca Turquía, Grecia, Macedonia, Serbia, Hungría, Austria y Alemania. Esto se debe a que Alemania suspendió el Reglamento de Dublín, según el cual los solicitudes de asilo son evaluadas por el primer país de la Unión Europea al que los solicitantes lleguen. Por esto, los refugiados puedan entrar en Alemania aún si proceden de otros países europeos. Mientras tanto, en el Reino Unido el retraso del Eurostar fue reportado como “horrible”, un verdadero «calvario», que es justo si pensamos en las experiencias de los viajeros.

Sin embargo, teniendo en cuenta tales adjetivo y sustantivo, necesitaríamos nuevas palabras que puedan expresar lo terrible y espeluznante de la experiencia de los refugiados en Europa, y el sufrimiento que entraña el sobrevivir a sus familiares y amigos muertos por ahogamiento (delante de sus/nuestros ojos) en el Mediterráneo, y para quienes una nueva sensación de arraigo a la tierra parece tan difícil de alcanzar.

También necesitamos palabras para poder definir el carácter de la vida en los campamentos de refugiados y en las carreteras, sus precarias condiciones y los riesgos que enfrentan para sobrevivir.

A pesar de ello, para mucha gente todavía es su problema (sí, el problema de los que huyen de la guerra y cuyo estado se reduce a la categoría de ‘solicitantes de asilo’).

La supervivencia del más fuerte se ha naturalizado (suponiendo que los comportamientos egoístas son lo que está disponible por «naturaleza»), sin tener en cuenta que la ayuda mutua entre los animales de la misma y de diferentes especies también existe.

Paradójicamente, esto distorsiona simultáneamente una comprensión más amplia del mundo natural, y los potenciales de nuestra humanidad.

Tal vez usted ha estado discutiendo con amigos y colegas qué se podría hacer. Si trabajamos juntos, el impacto puede ser mayor.

Al menos podemos participar en campañas (firmando cartas de demanda y participando en manifestaciones, por ejemplo) para cambiar la posición del gobierno con respecto a los refugiados.

También podemos contribuir a las organizaciones voluntarias que trabajan con los refugiados e incluso trabajan juntos con amigos y colegas con el fin de ofrecer apoyo a los refugiados, como recientemente está ocurriendo en Bristol.

¿Cuántos refugiados pueden ser acogidos por nuestras comunidades? ¿Podríamos hacer algo significativo en la respuesta a esta pregunta? A diferencia de quienes buscan refugio (que se esfuerzan mucho y muestran enorme resistencia, pero que no tienen el poder para cambiar radicalmente su situación), nosotros no somos impotentes.

(Fotos: Pixabay)

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