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Maltrato físico, sexual y psicológico contra niñas y niños

La historia de Mia Kurihara, una niña de 10 años que murió en 2019 maltratada por su padre, conmocionó a Japón y el ministerio de Justicia tuvo que fortalecer las leyes para prevenir el abuso infantil. Esto porque a pesar de ser una potencia mundial en desarrollo, Japón enfrenta ciertos problemas relativos a la situación de la infancia.

 

Amelia Duarte de la Rosa

 

Niños descuidados, encerrados, malnutridos o incluso apaleados son una señal clara de que el sistema de protección de los niños japoneses está al borde del colapso.

Los casos de abuso infantil registraron un aumento en los últimos años: en 1990 hubo mil casos de abusos (físicos y sexuales), en comparación con los 55 mil casos que se registraron en 2010. Analistas japoneses sostienen que el abuso hacia los menores en el hogar -donde los castigos son frecuentes- es uno de los mayores problemas que aflige a la sociedad nipona actual, fenómeno al que denominan ijime (bullying).

La muerte de la Mia, cuyo cuerpo fue encontrado en la bañera de su casa con marcados signos de violencia, desató también una ola de denuncias sobre el maltrato infantil.

Cerca de 80 mil reportes de abuso infantil fueron realizadas a la Agencia Nacional de Policía de Japón, que reveló haber recibido porprimera vez un índice de consultas cuatro veces mayor que la cifra registrada hace cinco  años.

El 70% de los casos fueron por maltrato psicológico de parte de uno o ambos padres, mientras que el resto correspondían a abuso físico, abandono, desatención y violencia sexual.

Datos recientes publicados por las autoridades policiales mostraron que de todas las consultas, mil 957 casos de abuso infantil fueron investigados en 2019.

La cifra representa un 41.8% más que el 2018, según el informe oficial.

De los casos investigados, la violencia física se registró en mil 629 casos, 243 fueron de abuso sexual, 50 de abuso psicológico y 35 de negligencia.

También hubo un récord de 2095 niños menores de 18 años que fueron víctimas de delitos sexuales y de otro tipo a través de servicios de redes sociales como Twitter. De ellos, se descubrió que 859 habían sido víctimas de delitos sexuales, seguidos por 671 por pornografía infantil y 428 por prostitución infantil.

A pesar de las acciones legales que condenan dicho maltrato, las estadísticas del Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar de Japón revelan que desde que comenzaron a reunirse estos datos en 1990, las cifras cada año van en aumento.

Solo el 2017 mantiene, hasta ahora, registros sin precedentes en violencia infantil en Japón , pues más de 130 mil casos llegaron a ser atendidos en ese año fiscal, según el Ministerio de Sanidad, Trabajo y Bienestar.

En ese periodo, que concluyó en marzo de 2018, los Centros de Atención a la Infancia a nivel nacional reportaron exactamente 133 mil 778 casos de maltrato a menores de 18 años por parte de sus progenitores o tutores legales.

Más de la mitad de las situaciones reportadas, concretamente 72 mil 197, correspondieron a la categoría de maltrato psicológico.

En mayo del 2016 se introdujo una modificación legal para involucrar a más especialistas en el manejo de casos de abuso infantil. Para facilitar las llamadas en busca de ayuda o denunciar abusos, el gobierno japonés creó una línea telefónica de tres dígitos en reemplazo de la anterior de 10 números.

Desde entonces se triplicaron las llamadas de consulta y acusaciones por maltratos a menores, lo que permite también que los registros hayan aumentado.

Sin embargo, si bien este tipo de abuso no ocurre solo en el hogar o en la escuela, los estudios indican que los casos más alarmantes se registran en los centros de acogida del país.

La mayoría de los casos de violencia sexual infantil en dichos centros involucran a personas del mismo sexo, asegura una investigación publicada por el diario The Mainichi. Desde octubre de 2018 hasta mayo de 2019, el grupo Kobe Jidokan Seiboryoku Kenkyukai analizó casos de abuso sexual registrados en los últimos 10 años por 21 instituciones de bienestar infantil que acordaron compartir datos.

El estudio muestra que el 62% de los incidentes involucró abuso sexual entre menores, de ellos 8,8% entre niñas y 27,3 entre niños. Además, especifica que alrededor del 40% de las víctimas eran menores de 9 años.

Una de las primeras medidas legales para proteger a los menores, se dispuso en junio del año pasado cuando el parlamento nipón promulgó una ley que prohíbe a padres y tutores legales agredir físicamente a los menores.

A partir de ese momento, las autoridades de bienestar infantil comenzaron a tener potestad para separar rápidamente a los niños de sus padres abusadores.

Sin embargo, la disposición legal no parecía suficiente y tres meses más tarde, el Ministerio de Justicia confirmó que había ordenado el establecimiento de un grupo para discutir la prevención y erradicación del abuso infantil.

Según, el director del grupo, Yoji Endo, las causas de abuso sexual entre niños no solo se desencadenan por impulsos sexuales, “sino que puede ser utilizado como una herramienta por los niños mayores y niños con fuerza física para dominar a otros”. El grupo de estudio planea llevar a cabo más investigaciones y análisis, así como crear un manual de medidas para la prevención y detección temprana de los casos. (PL)

(Fotos: Pixabay)zz

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