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Aun en ruinas, en Afganistán todo empeora con el Covid-19

Esta nación padece una grave crisis, herencia de más de 19 años de guerra iniciada por Estados Unidos para el control del petróleo, entre otras motivaciones, que provocó la muerte de más  de  60  mil  civiles  y alrededor de 150 mil heridos. Hoy es un país con el hambre extendida a cerca del 80%  de la población y conflictos bélicos permanentes. Y con la pandemia se anuncia una catástrofe.

 

Livia Rodríguez Delis

 

Afganistán está cada vez más cerca de ser foco permanente de la Covid-19 con todas las complicaciones sanitarias, humanitarias y económicas para el ya depauperado país de más de 37 millones de habitantes.

De no recibir ayuda internacional urgente, la nación centroasiática se encamina a una catástrofe inminente, acelerada por la grave crisis    y una incesante espiral de violencia, alertaron las propias autoridades. El ministro de Salud, Ferozuddin Feroz, ya había dicho a fines de marzo de que el Covid-19 podría afectar  a 16 millones de afganos y podría acabar con la vida de más de 100 mil. Es decir, que la epidemia podría extenderse al 80% de la población.

Ni el cierre de fronteras con países vecinos, ni las medidas de aislamiento u otras implementadas por el Gobierno afgano pudieron frenar el avance vertiginoso de la enfermedad dentro del país.

En poco más de dos meses, sobrepasan los siete mil infectados, se reporta la muerte de más de cerca de 200 personas y los pacientes  recuperados no llegan a los mil, según cifras oficiales de las cuales desconfían parte de la población y analistas por la inseguridad y el frágil sistema sanitario del país.

El 12 de mayo, tres hombres armados mataron a 24 personas cuando atacaron un hospital de maternidad en Kabul y el mismo día, en Nangarhar, un suicida provocó el deceso de otros 32 afganos, cuando hizo estallar una bomba en un funeral.

Todo empeora con el Covid-19

Recientemente cuatro personas murieron y otra docena resultó herida cuando las fuerzas de seguridad dispararon contra una protesta    en la provincia afgana de Ghor, durante una distribución de pan en la ciudad de Feroz Koh.

Las personas reunidas se manifestaron contra la falta de atención del gobierno en medio de la crisis generada por la Covid-19.

A inicios de abril, la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) pidió con urgencia mayor apoyo para Afganistán, Paquistán e Irán     en el actual contexto sanitario y advirtió sobre el impacto negativo que podría acarrear a largo plazo el panorama afgano en los     esfuerzos globales para combatir el SARS-Cov-2.

Si se produjera un brote, los sistemas sanitarios ya de por sí frágiles, tendrían un carga extraordinaria que desembocaría en sufrimiento y fallecimientos evitables, apuntó la Acnur.

Advirtió que Afganistán se enfrenta a un colapso de sus estructuras sanitaria y social ante un aumento dramático de los afganos que regresan a sus hogares desde el exterior, con cientos de miles de personas viviendo en campamentos para desplazados y con niveles    de pobreza crecientes.

El organismo internacional señaló que Pakistán e Irán, con cerca del 90 por ciento de los casi tres millones de afganos refugiados, soportan una presión inmensa en sus sistemas sanitarios y sus economías.

Muchas de esas personas presentan dificultades para cubrir los gastos sanitarios y las necesidades básicas de alimentación, ya que las obligadas medidas de confinamiento en esas naciones provocaron la suspensión temporal de muchos puestos de trabajo.

Aunque los gobiernos paquistaní e iraní incluyen a los refugiados afganos en sus planes de respuesta nacionales por la pandemia, se requiere, de acuerdo con la Acnur, de la ayuda internacional para paliar la situación.

En tanto, a lo interno de la nación centroasiática crecen los temores a la agudización de la crisis humanitaria con el aumento de casos   de la Covid-19, la falta de kits de pruebas para detectar la enfermedad y la inestabilidad política.

El gobierno abrió centros de aislamiento y anunció el incremento de las pruebas de diagnóstico, pero aún es insuficiente la cantidad de los aprovisionamientos en la actual contingencia sanitaria.

Las autoridades afganas reclaman que el Banco Mundial aún no entregó la ayuda monetaria prometida para apoyar el enfrentamiento a    la enfermedad en el país.

Vale recordar que Washington suspendió la ayuda de más de un millón de dólares a Afganistán por la supuesta inestabilidad política, sin reparos ante las afectaciones que conlleva la medida a la población. (PL)

(Fotos: Pixabay)

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