Mientras la Covid-19 apaga la vida de miles de personas y otras esperan el paso de este trágico capítulo en la historia de la humanidad, la música vibra, rompe el silencio y devuelve el aliento como un halo de esperanza.
Liz Arianna Bobadilla
En Cuba, la realidad no dista mucho del acontecer internacional: agrupaciones y cantantes locales se adueñan del escenario virtual y desde sus casas mantienen viva la maquinaria de la industria musical.
Conciertos online, presentaciones de nuevas producciones discográficas, vídeos clips, mensajes, entre otras iniciativas, circulan en redes sociales con el apoyo del Ministerio de Cultura, el Instituto Cubano de la Música, así como entidades y proyectos de la nación caribeña. En el caso de los recitales en línea, desde el 24 de marzo hasta la fecha, se han realizado más de 50, con más de dos millones y medio de visualizaciones en 136 países, entre los que destacan Estados Unidos, Cuba y México.
Iniciadas con el multi-instrumentista David Blanco y su banda, quien ha subido a escena en tres ocasiones durante este periodo, las presentaciones han sido protagonizadas por Omara Portuondo, Buena Fe, el Septeto Santiaguero, Eduardo Sosa, Marta Campos, Diego Gutiérrez, la Orquesta Failde, Vicente Feliú, Waldo Mendoza, Pancho Amat, entre muchísimos otros.
Rock, trova, jazz, boleros, son, música electrónica y de cámara, figuran entre los géneros más escuchados, de la mano de sus principales exponentes en la isla, quienes han posicionado los ritmos de la nación caribeña en las listas de éxitos, en tanto han logrado no solo ofrecer un espectáculo sino una oportunidad de acercarse a su vida personal.
Asimismo, más de 80 audiovisuales han visto la luz durante la cuarentena, algunos estrechamente relacionados a la situación actual, otros denotan la continuidad de la producción y promoción de la música cubana y muestran el desarrollo de las agrupaciones locales. Entre las más recientes propuestas destacan los audiovisuales “Cámara lenta de buena fe” y su colaboración con Liuba
María Hevia, titulada “Tan lejos”, “Al otro lado del río”, de Cimafunk y Kamancola, JazzTon del pianista Harold López-Nussa y “Sueños”, de Luis Franco, entre otros.
También las presentaciones de fonogramas ocupan la agenda musical en Cuba, como parte de una estrategia diseñada por disqueras para promover lo mejor de la música cubana en medio del aislamiento social.
En tal sentido, destaca el programa Tempo Cubano, espacio que cada semana propone la presentación de diversos fonogramas desde las plataformas virtuales como los títulos El viaje, de la jazzista Zule Guerra; Zapato nuevo, de Will Campa y su orquesta y Elegante, del guitarrista Emilio Martini y Natural Trío.
Figuran en este listado otras producciones de agrupaciones e intérpretes como El Niño y la Verdad, Los Hermanos Arango, Diego Gutiérrez, William Roblejo y Moneda Nacional, La Orquesta Aragón, Michel Herrera y Erik ‘Cimafunk’. Lo cierto es que la música sigue sonando y los músicos de la isla y fuera de ella, devuelven un arte más íntimo, social, esperanzador, mucho más alto y rítmico que antes. (PL)
(Fotos: Pixabay)
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