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Lo incompleto de la melancolía

Escribo sobre “mi depresión”. Pero, ¿por qué tan posesivo? Porque la depresión de cada persona es única para ellos.

 

Steve Latham

 

Para adecuar la observación de Tolstoy sobre las familias (“Todas las familias felices son iguales; cada familia infeliz es infeliz a su manera”), somos felices de la misma manera, estamos deprimidos a nuestra manera.

Recientemente, sentí al viejo enemigo acercándose sigilosamente de nuevo, así que leí tres libros de personas que han sufrido durante toda su vida.

Eran el político británico Alastair Campbell, el escritor americano George Scialabba y el poeta australiano Les Murray.

Sin embargo, cuando leo testimonios personales, me siento a menudo como un fraude. Eran suicidas, tenían TEC y terapia con medicamentos.

No he experimentado ninguno de estos, excepto cuando estaba en la universidad, hace muchos años. En general, he sido capaz de arreglármelas con la pesadilla de la oscuridad y de la niebla.

Pero me siento como un farsante. No he pasado por ningún trauma, nunca he sufrido abusos, he tenido una vida familiar y profesional agradable.

He sido capaz de salir adelante con obstinación, caminando con paso pesado a través de la vida, y con una serie de terapias conversacionales: algunas buenas, otras malas.He tenido terapia cognitivo-conductual también. Pero, aunque me dio algunas herramientas mentales útiles, no parecía llegar al fondo de las emociones.

Por supuesto, no es ese el propósito de la TCC. Esta una práctica caja de herramientas para efectuar cambios en nuestro pensamiento, para crear diferentes respuestas a los inevitables desencadenantes psicológicos.

Sin embargo, ha habido un sustrato de más que tristeza; un sentimiento de fracaso, falta de esperanza, muerte, incapacidad de sentir.

Luego, en tiempos de crisis, este estado de ánimo general y permanente (aparentemente, tiene un término técnico: distimia) aumenta a todo gas, y me consume el odio hacia mí mismo y la rabia. Mi última terapeuta fue en realidad muy buena, haciendo preguntas muy pertinentes. Cuando tuvo lugar el confinamiento, rechacé la oferta de asesoramiento telefónico, porque sentí que no podía abrirme fácilmente por teléfono.

Aún me siento culpable de haberla cancelado. ¿Quizás la psicoterapéutica “transferencia” fuera realmente exitosa en ese caso?

Ella, como muchos psicoterapeutas, creía que aún había material en el que trabajar. Tal vez tenía razón. Pero el mismo carácter incompleto de la terapia puede ser una indicación de su éxito: dejar una agenda para el futuro.

Jacques Lacan, el psicoterapeuta francés, sugirió que la depresión es un síntoma de una “carencia” fundamental en nuestra experiencia, y por lo tanto, un indicador ineludible de nuestra condición humana.

De ser así, entonces la depresión es también un aspecto de la realidad: una insatisfacción, un anhelo de algo más.
En mi experiencia, el depresivo es inventivo, encontrando siempre algo por lo que sentirse miserable.

Según Freud, la melancolía representa un trabajo de duelo incompleto. Tal vez entonces, la melancolía también sea en sí misma un trabajo incompleto.

Esto no solo se refiere a su génesis, sino a su cumplimiento; apuntando a lo abierto, a lo aún incompleto, extendiéndose hacia afuera, hacia algo más, al allá.

El vacío, el abismo, la vaciedad, todas metáforas de la experiencia depresiva, indican, por lo tanto, la direccionalidad de la depresión, orientada paradójicamente hacia su potencial plenitud.

(Traducción de Lidia Pintos Medina) Fotos: Pixabay

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