Es una de las regiones más ricas del planeta. Sin embargo, el bienestar y la igualdad de los menores no son prioridades de las grandes potencias. Se calcula que alrededor de 23 millones de niños se encuentran en riesgo de pobreza y exclusión social. El Covid ha empeorado esta y se prevé que empeore los próximos meses.
Glenda Arcia
Los niveles de pobreza infantil son de 15,2% en Estados como Países Bajos y Dinamarca y de alrededor de 13% en República Checa y Eslovaquia. En España, dicho indicador asciende a 29,5%, y en Rumanía, Bulgaria, Grecia e Italia supera los 30 puntos.
Los datos son producto de una investigación reciente de la Corte Europea de Auditores (ECA, por sus siglas en inglés), que señala que uno de cada cuatro menores de 18 años vive en el bloque comunitario en condiciones precarias, en hogares con severas privaciones e ínfimos niveles de empleo. De acuerdo con ese organismo, la realidad de la alianza regional es cada vez más preocupante y “resulta casi imposible determinar si las iniciativas de la Comisión Europea (CE) son lo suficientemente eficaces a la hora de enfrentar la problemática”.
Según el responsable del estudio, Tony Murphy, “la pobreza infantil continúa siendo un problema grave en la Union Europea (UE) y, por tanto, no se puede afirmar que exista una sociedad sostenible, inclusiva y justa”.
Admite que sin una acción sostenida y dirigida, es improbable que el inaceptable nivel actual disminuya. Desafortunadamente, la situación se está volviendo más crítica debido a la crisis generada por la Covid-19.
Además, es un hecho que la mayor responsabilidad recae sobre los Gobiernos nacionales y que el papel de la CE está limitado a sugerir y apoyar legal y económicamente a los países del bloque, pero hay conciencia general de la importancia de que la directiva comunitaria asuma un rol más activo e influyente.
La Estrategia Europea para 2020 fijó como uno de sus objetivos principales sacar de la pobreza a al menos 20 millones de personas. Pero este propósito no se va a cumplir, y los avances registrados en función de esa meta son escasos, según el reporte de la ECA.
A la ECA le preocupa que las acciones proyectadas no estén enfocadas específicamente en los niños como uno de los grupos más vulnerables y que las medidas apropiadas no se estén tomando y que los fondos necesarios no estén disponibles.
Hay que tener en cuenta que en la auditoria a los diferentes países sucedió antes de la expansión del coronavirus SARS-CoV-2, por lo que la situación actual y futura debe ser mucho peor.
De acuerdo con las previsiones de la UE, se espera que la economía regional se contraiga en más del 8% este año y que la tasa de desempleo aumente a 9,5.
Los analistas recuerdan que los efectos de la pandemia no serán los mismos en todas las naciones, pero pronostican graves afectaciones en los niveles de vida de las personas, en especial de aquellas con menos recursos.
Ante tal escenario, la ECA considera imprescindible un mayor compromiso y una respuesta coordinada de los 27.
De acuerdo con Save the children los ingresos de los hogares, tanto en términos de salario como de prestaciones sociales, constituyen un factor determinante. Sin embargo, la pobreza no es solo la falta de dinero: “Se trata de un fenómeno pluridimensional y una de las causas fundamentales de las violaciones de los derechos de los niños en Europa”. Dicho flagelo está asociado a la discriminación y la falta de acceso a servicios esenciales como la educación, la salud y la vivienda.
La organización explica que naciones como Italia y Francia tienen entre una quinta y una tercera parte de sus pequeños en peligro.
Unicef y Save the Children consideran de gran importancia el incremento de las medidas gubernamentales para garantizar el adecuado desarrollo de todos los niños y terminar con la transmisión intergeneracional de la pobreza. (PL)
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