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Portugal, recuerdos subdesarrollados del colonialismo

La directora francesa Ariel de Bigault habla de las ilusiones de las ideologías colonialistas, que blanquearon las brutalidades del tráfico de esclavos. Destaca el fracaso de la izquierda en Portugal y Brasil para reconocer el racismo inherente a sus culturas. Y cuenta la historia de un viaje que la llevó de la música a la cultura y la política.

 

Peregrinacion del barco

Graham Douglas

 

Durante los 48 años de dictadura de Portugal (1926 – 1974), Salazar propagó la ideología de las colonias portuguesas como una gran familia, donde los europeos tenían que cuidar de los negros porque no sabían cómo hacerlo.

Una simple ideología apoyada por las Tres F: Fútbol, Fado y Fátima.

La nueva película de Ariel de Bigault “Fantasmas do Imperio” (Fantasmas del Imperio) busca explorar la forma en que, a diferencia de Gran Bretaña y Francia, el cine portugués reciente nunca se ha comprometido críticamente con esta historia.

Y lo hace de manera novedosa, haciendo que los cineastas discutan cada una de las películas realizadas durante el siglo XX y reflexionen sobre sus vidas entre generaciones, desde las guerras coloniales que comenzaron en la década de 1960.

Ariel de Bigault

Desacreditando la creencia de que los portugueses fueron colonizadores más benignos que los españoles en América del Sur, señala que Brasil es uno de los pocos países que se basó totalmente en la esclavitud. El tráfico: arrancar a la gente de sus tierras natales para obligarlos a trabajar en otro continente fue inventado por los portugueses.

Y, a diferencia del colonialismo francés, Portugal y Gran Bretaña eran los únicos estados cuya identidad real estaba compuesta por sus colonias, que eran más que simples recursos económicos.

Después de que su película se mostrara en Indie Lisboa, Ariel habló con The Prisma sobre estas cosas y su odisea, a menudo dibujada por la música que la llevó desde Brasil a Angola y Cabo Verde.

Usted dijo que no es sociólogo, historiador o estudiante del colonialismo, así que ¿por qué quiso hacer esta película?

En comparación con Francia o Gran Bretaña, sólo recientemente ha habido algunas películas portuguesas que se han comprometido críticamente con la historia de las relaciones de los portugueses con sus ex colonias. En Francia, hay actores de cine y televisión africanos y árabes muy conocidos, aunque muy pocos son mujeres.

A principios del siglo XX la expansión colonial hacia el interior fue acompañada por cineastas. Famosos directores trabajaron para el régimen, que comprendió el poder del cine en un país donde la mayoría de la gente era analfabeta. Chaimite (de Jorge Brum do Canto) fue una de las películas más vistas en el cine portugués de los años 60, se utilizó en las escuelas y apoyó una ideología racista, mostrando a los negros como el diablo, como feos, estúpidos, pero podemos vivir con ellos.

Margarida Cardoso y OrlandoSérgio

Los portugueses se comparan favorablemente frente a la brutalidad de los conquistadores españoles en Sudamérica.

Los españoles tenían esclavos, pero no había nada en Brasil que no se construyera con mano de obra esclava africana; la agricultura y las ciudades también. T los portugueses mataron a los indígenas, por supuesto, pero es algo que los brasileños todavía están haciendo. No era como el apartheid en Sudáfrica, era una ideología que impregnaba toda la cultura sin que se hablara explícitamente. Y se desarrolló principalmente después de la liberación de los esclavos, que fue un proyecto de los terratenientes aristocráticos, no del movimiento abolicionista. La esclavitud ya no era rentable, nadie los empleaba, y no se les permitía trabajar la tierra, por lo que miles de personas morían.

Esta fábula de que los portugueses trataron a los africanos como iguales y produjeron niños mulatos, ignora el hecho de que los gobernantes siempre fueron blancos. Los grandes bancos de Sao Paulo son propiedad de descendientes de terratenientes del siglo XIX. La monarquía portuguesa también era débil, así que en lugar de construir una infraestructura, todo se dejó al pragmatismo de los dueños de negocios. El 90% del tráfico de esclavos estaba controlado por los portugueses.

Guineanos 1932

Se dieron cuenta de que algunos gobernantes africanos estaban dispuestos a capturar a la gente, usando las armas suministradas por los portugueses, y llevarlos a la costa para vendérselos. No invirtieron en África como lo hicieron en Asia, sólo ganaron dinero con el tráfico de personas.

Después de eso ¿qué lo llevó a trabajar en África?

Tomé contacto con la música y los músicos africanos en París, donde era más accesible, y la música me llevó a las comunidades de allí y de Portugal.

Durante la guerra en Angola fui en cambio a Cabo Verde. También empecé a hacer películas sobre las comunidades africanas en Portugal, pero no fueron bien recibidas por los portugueses, especialmente por los de la “élite cultural”, y por la izquierda. Lo mismo ocurría en Brasil en los años 80, incluso los militantes del PT con los que hablé no querían saber nada del racismo en Brasil, decían que era sólo un problema social.

Después de la revolución de 1974, todos éramos hermanos y hermanas, como si 500 años de historia acabaran de terminar. Los portugueses no se dieron cuenta de la riqueza de su relación con sus ex colonias. Muy diferente entre Francia y sus ex-colonias. Los portugueses, angoleños y cabo-verdeanos se visten igual, comen la misma comida, ¡incluso pavo en Navidad!,  y escuchan la misma música.

Hugo Vieira Da Silva and Angelo Torres.

La guerra en Argelia fue importante pero el colonialismo no fue fundamental en la construcción del Estado francés.

Los recursos brasileños sostuvieron la monarquía portuguesa en el siglo XIX, y África fue esencial para el salazarismo en el siglo XX, que construyó un mito del Imperio Portugués.

Sólo en el Reino Unido sus colonias eran constitutivas del país.

Ninguno de los directores de su película abordó la política africana contemporánea, que se volvió mucho más corrupta desde los movimientos revolucionarios socialistas de los años 70.

Margarida Cardoso trata el tema del abandono de los ideales de aquellos tiempos, durante los años 80 y 90, y la película “Ivone Kane”.  Esa sería otra película…, pero Angola y Mozambique estuvieron involucrados en guerras, y mucha gente en Angola se enriqueció con los combates, cerca de 100 familias aprovecharon las oportunidades. En los años 2000 una clase media en auge se enriqueció con las inversiones extranjeras, pero no estaba interesada en beneficiar al pueblo en su conjunto. Si un país no tiene una fuerte clase media proactiva, no se desarrollará. En Brasil existe, pero está controlada por la élite.

Fernando Matos Silva y AngeloTorres

150.000 portugueses han ido a Angola desde 2000, y lo han hecho muy bien en restaurantes y hoteles.

Uno de los puntos más importantes de la película fue donde Fernando Matos Silva habla con Joao Botelho sobre una película hecha en 1961, imágenes que eran pura propaganda para conseguir que los jóvenes se apuntaran a la guerra en Angola.

Era importante mostrar la cuestión de las generaciones.

Yo quería que se produjeran estos encuentros entre cineastas, y en algunos casos los encuentros se produjeron por primera vez en mi película.

No me gusta el documental, porque la “realidad” es muy cuestionable, me gusta inventar, crear una visión y un diálogo. Quiero que el espectador construya su propia película. Parto del principio del Cinema du Reel, de que la cámara cambia la realidad, lo que vi cuando filmé en los bairros, en África y Brasil, la persona pone en escena la realidad. Detesto las entrevistas en las que llego con una serie de preguntas que la persona tiene que responder, porque a veces, por ejemplo cuando Botelho habla de cosas que fueron muy fuertes para él, tiene que hablar a solas.

JM Costa y AngeloTorres

Hay mucho material sobre música en su portal de internet.

Cuando empecé a hacer películas en Brasil, “Eclats noir du samba”, vi la discriminación racial. Gilberto Gil no era la persona en la que se convirtió más tarde, y simplemente porque era negro. Empecé a interesarme más por la música, y por la importancia de la música africana en Francia: Manu Dibango, Salif Keita, Mory Kanté.

Hay mucho en común entre la música de los países lusófonos. La similitud entre los acordes hace que los guitarristas de Portugal y Angola puedan tocar juntos después de media hora de ensayo, imposible si es entre franceses y senegaleses. El cavaquinho es el instrumento más común entre todos estos países, incluso en Timor.

(Traducido por Mónica del Pilar Uribe Marín) – Fotos suministradas por Ariel de Bigault

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