Globo, Mundo, Reino Unido

Reducir, reusar y reciclar en tiempos de Covid

Es la denominada economía circular, una manera viable de enfrentar el impacto de la profunda crisis sanitaria y económica global, y hacerlo, además, de forma sostenible y respetuosa con la naturaleza. Más que una alternativa, es una necesidad.

 

Lourdes Pérez Navarro

 

Cada vez toma mayor fuerza la llamada economía circular, que tiene como modelo el ciclo de vida de la naturaleza, donde no existen vertederos, todos los elementos cumplen su función y luego son reutilizados en un proceso continuo.

Reducir, reusar y reciclar son elementos distintivos de este sistema que  aboga por el máximo aprovechamiento de los recursos, disminuir la producción al mínimo indispensable y utilizar la mayor parte de materiales biodegradables en la fabricación de bienes de consumo para que retornen al ecosistema sin causar daños medioambientales.

De ser imposible su degradación —por ejemplo, componentes electrónicos, metálicos y baterías— la propuesta es desacoplarlos y reincorporarlos a la producción de nuevas piezas, o en último caso reciclarlos de una manera respetuosa con el medio ambiente.

Las empresas que han puesto en práctica este sistema aprecian sus ventajas: resulta más rentable reutilizar los recursos que crearlos desde cero, los costos de producción se reducen y por tanto también los precios de venta, beneficiando así al consumidor.

Analistas coinciden en que el Covid-19 ha puesto de manifiesto la importancia de las cadenas de suministro sostenible en una economía global interconectada, por lo que este modelo cíclico resulta clave para construir mejor y más verde.

Según la Organización Internacional del Trabajo la economía circular podría crear unos cinco millones de nuevos empleos, incluso en el reciclaje y en la gestión de residuos, y también fundar empresas sostenibles en sectores económicos clave.

En la XXII Reunión del Foro de Ministros de Medio Ambiente de América Latina y el Caribe, se señaló que en este modelo los productos y materiales se mantienen en uso, incluso los considerados desechos, lo cual posibilita eliminar la contaminación y regenerar los sistemas naturales.

La adopción de estos principios podría disminuir el empleo de materias primas hasta 99% y, de esa manera, contribuir a proteger la biodiversidad.

Las discusiones actuales sobre el clima se centran en la transición hacia las energías renovables y la eficiencia energética, la cual ayudará a reducir 55% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero.

En ese contexto, explicaron los especialistas, la economía circular permitiría eliminar el 45% restante de emisiones generadas por nuestra forma de fabricar y usar bienes, y producir alimentos.

En el encuentro fue creada la Coalición de Economía Circular, una iniciativa regional para impulsar la transición hacia un sistema económico sostenible como parte de la recuperación pos Covid-19.

Un informe publicado por el Foro Económico Mundial en enero de este año sostiene que la transición hacia este tipo de economía posibilitaría la extracción de mayor valor de los recursos ya utilizados, reduciría la degradación ambiental y ofrecería alrededor de 4,5 billones de dólares para el mercado.

Construirla, enfatiza, requiere implementar soluciones innovadoras que transformen las industrias a través de nuevos materiales y tipos de energía junto con modelos de negocio diversos.

El informe resalta la importancia del vínculo con facilitadores de la innovación, como son las universidades y los centros de investigación, los cuales allanarían el camino hacia esta necesaria transición colaborando con la tarea que llevan a cabo las empresas pioneras.

A ello, agrega, pueden contribuir los gobiernos, facilitándoles a estas entidades el paso hacia el nuevo modelo económico mediante la implementación de políticas públicas y fiscales favorables. (PL)

(Fotos: Pixabay)

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