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La tergiversación de las mujeres en la mitología griega

Las amazonas, una tribu bárbara de guerreras mitológicas, fascinaban a los antiguos griegos. Omnipresentes en el arte —sólo las representaciones de Heracles aparecen con más frecuencia en las pinturas de los jarrones—, aparecen luchando con los griegos en las escenas esculpidas de los templos clásicos.

 

Birmingham Museums Trust / Unsplash

Sean Sheehan

 

Natalie Haynes, en “Pandora’s jar” (La vasija de Pandora), se pregunta por qué una sociedad dominada por los hombres encontró su presencia tan fascinante, un tema en su amplio análisis sobre las representaciones de las mujeres en la mitología griega.

Las amazonas eran recordadas principalmente como un colectivo, un equipo de luchadoras impresionantes, y Haynes las contrasta con un héroe hipermasculino como Odiseo, que sobrevive mientras toda su tripulación muere (“no te gustaría estar a su lado, a menos de que tengas ganas de morir”).

Puede individualizarse a una amazona en particular, como Hipólita, pero sigue luchando en solidaridad con sus hermanas.

Avancemos hasta el presente y la hija de Hipólita —Diana/Wonder Woman en su última encarnación en  La liga de la justicia (Justice league, 2021) de Zack Snyder— tiene que encontrar la camaradería con los hombres.

Sin embargo, fiel a las cualidades estelares de la amazona, eclipsa fácilmente a viejos y aburridos superhéroes como Superman y Batman.

En el mito griego, Hipólita hereda de su padre el cinturón de guerra de Ares —objeto del noveno trabajo de Heracles—, que los traductores suelen traducir como su cinturón.

Este es el tipo de error lingüístico contra el que se rebela Haynes, considerándolo típico de la forma en que se sacrifica la precisión en la traducción “en la búsqueda de hacer que las mujeres sean menos alarmantes (y menos impresionantes) en inglés que en griego”.

Las Amazonas es uno de los diez capítulos de “Pandora’s jar” y posee el ingenio, el conocimiento y la lucidez de expresión que hacen que el resto del libro sea igual de agradable de leer.

La autora llama la atención sobre un frasco de perfume de cerámica expuesto en el Museo Británico, como prueba de que el atuendo de las amazonas es asombrosamente moderno, y sobre un cuenco de terracota del Museo Metropolitano de Nueva York que representa a las mujeres en férrea batalla.

En el cuenco, aparecen vestidas con polainas de intrincado diseño, blandiendo sus características hachas, mientras que otra, a caballo, arroja su lanza contra un griego caído.

Este tipo de representaciones no apoyan la idea de que las amazonas se extirparan quirúrgicamente un pecho para facilitar su temible tiro con arco.

Caja de Pandora. Foto de Noel Nichols / Unsplash

Proviene de una falsa etimología que pensaba que el prefijo negador “a” (como, por ejemplo, en “asintomático”) estaba unido a la palabra mastos (“pecho”); la palabra amazona procede en realidad de una lengua desconocida.

Haynes encuentra muchos errores e ideas erróneas sobre las mujeres en los mitos griegos que se propone corregir, y muchos de ellos llevan una carga misógina.

Comienza con Pandora que, como Eva, ha sido considerada responsable de los males del mundo, antes de considerar a otras mujeres cuyas identidades han sido sesgadas por las perspectivas masculinas: Clitemnestra y Medea como villanas; Eurídice y Penélope como víctimas; Medusa como monstruo femenino. La mitología griega no era tan analógica; podía representar la complejidad y la ambigüedad.

Pandora, como todos nosotros, era a la vez bella y fea.

“Pandora’s jar”, de Natalie Haynes, está publicado por Picador.

(Traducido por Claudia Lillo – Email: lillo@usal.es)

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