Globo, Globo, Latinoamerica, Reino Unido, Reino Unido, Mundo

Guantánamo, verdugo en tierra ajena

Para la opinión pública internacional Guantánamo es una base inoperante por cuestiones humanitarias vinculadas a la prisión. Además simboliza el colonialismo, reafirma la visión distorsionada de concebir a Cuba como traspatio y es la única en un país con el cual Estados Unidos no tiene vínculos diplomáticos.

Danay Galletti Hernandez

 

Autoridades, exmilitares de alto rango y académicos estadounidenses refieren el carácter inoperante de esa instalación con un área de 117,6 kilómetros cuadrados porque la isla no supone un peligro para su seguridad nacional y jamás el país caribeño orquestó un plan contra el territorio norteamericano.

Así piensa el historiador, investigador y profesor Hassan Pérez Casabona quien habló con  Prensa Latina y para quien, por el contrario, “el gobierno cubano en todos los años de revolución ha dado muestras, en innumerables ocasiones, de la voluntad de cooperar en distintos temas, de ahí la existencia de 23 acuerdos”.

Los convenios bilaterales persisten, dice, pese a aberraciones del expresidente Donald Trump como las 243 medidas aplicadas contra Cuba, 55 de esas disposiciones en la etapa de pandemia, y vigentes aún en la administración de Joe Biden.

El país califica de inadmisible la presencia de la base, pero no la esgrime como obstáculo para el avance en las conversaciones con Estados Unidos, país que cuenta hoy con más de 800 bases navales en el mundo.

El oscuro capítulo de la cárcel

El proceso de restitución de las relaciones iniciado el 17 de diciembre de 2014 generó ciertas expectativas, pese a que solo fue un cambio en los matices e instrumentos y no en los propósitos estratégicos en sí mismos, como expresó el propio expresidente Barack Obama durante su visita a Cuba en 2016.

Incluso en ese escenario, quedó claro que no estaba en discusión el tema de la base naval, solo trascendió en aquella etapa, incluida como una promesa de campaña e incumplida durante su mandato, el cierre de la cárcel, establecida en 2002 tras los sucesos del 11 de septiembre de 2001.

“Esa prisión militar forma parte de los episodios más oscuros de la historia de Estados Unidos cuando el entonces mandatario George W. Bush dijo: no problems, para definir el limbo jurídico y las torturas aplicadas a los prisioneros llevados a ese lugar arbitrariamente”, dice enfatizó el académico.

Pérez Casabona afirma que Estados Unidos violó los instrumentos internacionales de lucha contra esos castigos físicos y psíquicos y las vejaciones cometidas allí son comparables a las peores versiones de los campos de concentración durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).

La administración de George Bush consideró que, como los detenidos no estaban en su espacio geográfico, carecían del amparo otorgado por mecanismos, entre ellos, la constitución estadounidense y, por tanto, ese estatus de “combatiente enemigo” los privaba de protecciones legales.

“De acuerdo con la opinión pública internacional –explica- ese sitio es inoperante, en primer término, por cuestiones humanitarias vinculadas a la prisión y, desde el punto de vista militar, simboliza un referente del colonialismo y la visión distorsionada de concebir a Cuba como traspatio”.

¿Es posible quitar la base naval?

En teoría sí, pero, ¿existe la voluntad política del gobierno de Estados Unidos? Pérez Casabona dice que desde 1903, fecha de establecimiento de la base, ninguno de los 24 presidentes que pasaron por la Casa Blanca incluyó dentro de su política devolver incondicionalmente ese territorio a Cuba.

El restablecimiento de las relaciones tuvo, como condicionantes, la salida de la isla de la lista de países patrocinadores del terrorismo, decisión impuesta por el expresidente Ronald Reagan en 1982, y el avance en los acuerdos para el cese del bloqueo económico, comercial y financiero.

“Trump nos colocó nuevamente en esa lista unilateral y las últimas declaraciones de Biden, después de los actos de desestabilización social del 11 y 12 de julio, denotan falta de voluntad en el cumplimiento de sus promesas al electorado respecto a una posible proximidad con La Habana”, señala.

¿Qué representa para Estados Unidos?

A partir de su constitución a comienzos del siglo XX las tropas norteamericanas presentes en la base convirtieron, hasta 1959, las áreas aledañas de Caimanera y Boquerón, en espacios para la prostitución, las drogas, el contrabando, los vicios y juegos prohibidos. Las aventuras de Estados Unidos en naciones del Caribe y de América Latina, contaron con la complicidad de las tropas enclavadas en Guantánamo, por ejemplo la invasión a Nicaragua en 1912; a República Dominicana en varios momentos, la primera en 1916; a Panamá, en 1989, y a Haití en 1994.
Para el historiador y académico Elier Ramírez la base siempre fue un foco de tensión y, por ejemplo, en el mandato de Lyndon B. Johnson (1963-1969), constituyó un punto crítico con el asesinato de soldados cubanos y la confiscación de los fondos acumulados del retiro de centenares de obreros.

Desde 1959, Cuba denuncia los disparos contra integrantes de la Brigada de la Frontera, creada en 1961—hasta 1989 se contabilizan 780 tiros de fusil provenientes de la base—, provocaciones, ofensas verbales y la conformación de escenarios para evidenciar una posible intervención. (PL)

(Fotos: Pixabay)

Share it / Compartir:

Leave a Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*