Globo, Reino Unido

Reino Unido: Todas las crisis y una recesión anunciada

Con una inflación descontrolada, el sistema de salud derrumbándose y un gobierno que atraviesa su propia y profunda crisis y que no ha atendido ni entendido las necesidades del ciudadano común, la rabia social crece y se expresa en huelgas masivas en sectores esenciales.

 

Sergio Ferrari

 

Gran Bretaña paga el precio de un Brexit aislacionista, de la pandemia con consecuencias profundas y ahora, de una guerra en el propio continente. A pesar del discurso bélico triunfalista de Londres, de la Unión Europea y de la OTAN, los sectores sociales europeos más relegados – es decir los que cargan con el peso fundamental de la crisis energética, de alimentos y social- comienzan a ganar las calles en defensa de su sobrevivencia.

Lo que está ocurriendo en el Reino Unido ha llevado a algunos actores sociales a reflexionar sobre lo que podría ser el estallido de una verdadera crisis humanitaria, apenas en algunos meses.

El National Health Sevice (NHS), instancia de referencia en el sector salud, le exigió al gobierno que actuara de forma inmediata para controlar los aumentos de los costos de energía. Afirma que, en caso de que no tome medidas urgentes, se corre el riesgo de “una emergencia de salud pública”.

Una crisis humanitaria

El tercer viernes de agosto el NHS,  que reúne, apoya y habla en nombre de todo el sistema de salud de Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte, hizo sonar la alarma.

Las cifras muestran que, en caso que no se tomen medidas sociales adicionales, “las tasas de pobreza energética en el Reino Unido alcanzarán el 54% a partir de octubre y al menos el 66% a partir de enero”. Afectará., especialmente, más del 80% de las familias numerosas, monoparentales y parejas de jubilados.

En Gales, Escocia e Irlanda del Norte el estado de pobreza energética se debe a que se destina más del 10% de los ingresos medios de un hogar para pagar la factura de energía. Según cálculos oficiales, para enero del año próximo el precio de la energía llegaría a £4,266.

El salario medio actual en Gran Bretaña (anual) oscila en las £31,285. Apenas hace un año, en marzo de 2021, el precio máximo para el rubro energía era de £1,200  anuales.

No es habitual que el NHS alce el tono con la dureza que lo está haciendo. Y nadie puede restarles valor a esas palabras dado su contacto estrecho con la realidad cotidiana y la crisis. El NHS reúne a un 1’500.000 empleados que atienden a más de un millón de pacientes al día. ¡Un millón de pacientes al día!

“Promovemos la colaboración y el trabajo en sociedad como la clave para mejorar la salud de la población, brindar atención de alta calidad y reducir las desigualdades en salud”, insisten los portavoces de este principal interlocutor gubernamental.

Para el NHS , vivir en la pobreza energética repercutirá en “un aumento drástico de las afecciones respiratorias, la desnutrición e incluso los ingresos hospitalarios de los niños”.

Además, las personas mayores vulnerables que viven en condiciones invernales también corren un riesgo particular de ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares y caídas. Tensiones, depresiones y enfermedades psico- mentales aumentarán junto con esta crisis.

En ese marco, el reembolso del costo de vida de £400 que prometió el Gobierno, para pagar en cuotas, no contrarrestará el golpe dramático de los precios de la energía. “Esto empujará a más de dos tercios de los hogares del Reino Unido a la pobreza energética, lo que exacerbará las desigualdades en salud que ya se ampliaron durante la pandemia”, sostiene la el organismo de salud. Analistas económicos ya comienzan a prever la recesión económica a mediano plazo.

Crisis de desgobierno

Diversos actores de la oposición política, sindical y de la sociedad civil vienen señalando la responsabilidad del primer ministro Boris Johnson en esta situación cada día más compleja.

Agosto fue un mes de huelgas y movilizaciones sociales multiplicadas en distintos sectores, cada uno con sus reivindicaciones propias, pero con el común denominador de exigir ajuste de los salarios para hacer frente al  aumento descontrolado de los precios de productos básicos y servicios.

Se habla, como lo hizo el diario France Inter, de “Huelgas y Thatcherismo de regreso en Gran Bretaña”. Es “la primera vez en 30 o incluso 40 años que hay huelgas en algunos sectores, como ferroviarios, subterráneos y portuarios”. Londres se paralizó dos días finalizando agosto y se espera que esta situación se repita. Los trabajadores de correos anticipan decretar la huelga al igual que sindicatos de periodistas.

Si bien British Airways llegó a última hora a un acuerdo salarial que evita lo peor a la vuelta de las vacaciones de los británicos, los profesores y los trabajadores de la sanidad amenazan con lanzarse en una huelga masiva.

De la nueva Primer Ministra, Liz Truss, aunque en su discurso en Downing Street  hubo promesas de prosperidad y oportunidades, mejoras en el terreno, inversiones y puestos de trabajo, se dice que al igual que quien fuera su contendor, Rishi Sunak, parecen estar ajena a un país amenazado de derrumbe.

Inflación descontrolada

Una de las causas y ejemplo de la compleja crisis actual es: la explosión inflacionaria. Según la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS, por sus siglas en inglés), el índice de precios al consumo (IPC) del Reino Unido subió un 10,1% en julio — frente al 9,4% del mes anterior–, y se situaba en agosto en el nivel más alto en más de 40 años, cuando alcanzó un 10,4%, en febrero de 1982.

Según la cadena televisiva France 24, unos de los rubros que presionó para empujar la inflación a dos dígitos fue el de los alimentos. Se registró un incremento de 2,3% de junio a julio, el más alto a nivel mensual de los últimos 21 años.

«Los precios de los alimentos aumentaron notablemente, en particular los productos de panadería, lácteos, carnes y verduras», indicó Grant Fitzner, economista jefe de la ONS, citado por el medio francés.

No obstante, para algunos expertos, lo peor está por venir. El Banco de Inglaterra prevé un incremento en el precio del gas para octubre, que, sumado a la presente crisis, podría empujar al Reino Unido a una recesión prolongada.

Diversas fuentes proyectan que la inflación podría llegar entonces a un 13%. Teniendo en cuenta que los precios de la energía se mantendrán altos, el banco central reconoce que el país enfrenta su mayor caída en los niveles de vida desde que comenzaron los registros en la década de 1960.

Según France24, el salario real hoy está en el nivel más bajo registrado, por lo que, si las cifras demuestran algo, es que los salarios no están impulsando la inflación (…).

Por otra parte, paradójicamente, desde la pandemia, las 350 principales empresas que cotizan en el FTSE (el índice bursátil de referencia de la Bolsa de Valores de Londres) han experimentado un aumento de sus beneficios del 43%. El análisis concluye: el Reino Unido padece una crisis de especulación, ¿cuándo se hará algo al respecto?”

Aunque todavía menos impactante que la británica, la inflación en la eurozona también sigue disparándose hasta alcanzar máximos históricos. Llegó al 8,9% en julio, superior al 8,6% de junio, al 8,1% de mayo y al 7,% de abril.

Los europeos siguen viendo cómo se disparan los precios de la energía y los alimentos, debido, en buena parte, a las consecuencias de la guerra ruso-ucraniana, y los problemas reales de abastecimiento de gas y combustibles provenientes de Rusia.

(Fotos: Pixabay)

Share it / Compartir:

Leave a Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*