Ecología, Movimiento, Reino Unido

Jóvenes deben liderar lucha contra cambio climático

Las minorías del Sur son las más afectadas por el actual modelo de desarrollo que amenaza con extinguir la especie humana. Un movimiento que está decidido a detener la hecatombe y se halla en Extinction Rebellion y el liderazgo de los jóvenes es vital. Un movimiento que celebra la diversidad y amplifica las voces de las comunidades negras, latinoamericanas, sudasiáticas y de color que viven en Londres.

  

Daniela Arias Baquero

 

 “Nuestros ancestros se pararon, pelearon y soñaron un mundo donde no tuviéramos que hacer lo mismo, pero ellos sabían que probablemente también nosotros tendríamos que levantarnos. Entonces necesitamos seguir adelante porque no hay tiempo”.

Así explica Sara Cordovez López, inmigrante de 23 años y miembro de XR Unify, lo que es el “síntoma climático”, cuya verdadera raíz es un modelo de desarrollo económico, político y social, basado en el consumo de hidrocarburos y la depredación de la tierra a causa de la actividad humana. Hace un par de años, Sara se unió a Extinction Rebellion (XR), el conocido movimiento internacional nacido en el Reino Unido en mayo de 2018, que utiliza la desobediencia civil no violenta en su lucha para “intentar detener la extinción masiva y minimizar el riesgo de colapso social”.

Lo hizo sumándose recientemente a uno de los más de 600 grupos que conforman a XR: XR Unify, que trabaja para conectar los movimientos de justicia racial, social y climática y en el que se conjugan diferentes culturas, etnias y colores: un grupo de jóvenes negros, indígenas y personas de color (Bipoc, por sus siglas en inglés). Como estos se hallan en “el epicentro de la destrucción”, los países industrializados, a través del diálogo con otras personas, a través de la pedagogía crítica que forme una ciudadanía informada, pueden entender las propias condiciones de su existencia.

En el último informe del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), científicos aseguraron que el cambio climático es irreversible. Ello hizo que varios ciudadanos decidieran organizarse pues, como dice Sara, “no es realista pensar que los gobiernos nos van a salvar. Las empresas invierten billones en campañas de desinformación para mantener sus conexiones en las elites políticas”.

 

Un ejemplo –explica- es el gobierno del Reino Unido, que será de sede de la COP 26, invirtió durante la pandemia invirtió 40 billones de libras esterlinas en subsidios para compañías de los hidrocarburos. “Los gobiernos están actuando como si esto no fuera verdad, siguen en el mismo riel de desarrollo insostenible”.

Hace más de 30 años se habla del cambio climático, pero este continúa en aumento a un ritmo acelerado. “92% de emisiones acumuladas vienen del Norte global, industrializadores, que son países que fueron los colonizadores. El 10% más rico del mundo produce la mitad de las emisiones de carbono, mientras que los 3.500 millones más pobres representan solo una décima parte y las emisiones de carbono del 1 por ciento más rico son más del doble de las emisiones de la mitad más pobre de la humanidad. Basados en eso, sabemos que el cambio climático, es síntoma de una inequidad profunda en la forma en cómo organizamos nuestra sociedad y nuestra familia global”.

A su juicio, una asamblea ciudadana de justicia climática y ecológica es realmente decisiva, porque así, “entendiendo el poder de una ciudadanía informada que toma decisiones para sí misma o por sí misma, empezamos a entender cómo podemos reestructurar el proceso político para sobrevivir y eso es lo que han hecho miles de comunidades que han resistido frente a esos síntomas de denominación y de destrucción”.

Por ello XR Unify se une a esta lucha en su “Carnival for climate justice” en Finsbury Park en Londres este 29 de agosto. Este evento (de demandas de la ciudadanía, acompañadas de bailes, música, comida y la acción comunitaria en Haringey, la comunidad más diversa en Londres), hace parte de la Rebelión imposible, dos semanas de movilizaciones masivas realizadas entre el 23 de Agosto y el 4 de Septiembre.

Esta rebelión busca que el gobierno británico detenga todas las nuevas inversiones en combustibles fósiles de inmediato, con una mayoría global despierta que hace que “lo políticamente imposible, pueda volverse inevitable”.

The Prisma habló con Sara sobre XR Unify, legados de resistencia y asambleas ciudadanas/ globales.

Pero también habló sobre lae importancia de una ciudadanía informada y activa que revierta las causas de la inequidad y del síntoma climático.

¿Por qué XR Unify organiza el “Carnaval para la justicia climática”?

La inauguración de la Rebelión imposible, el 23 de agosto, se da en el aniversario de la Revolución Haitiana de 1791. El carnaval es un espacio donde celebramos la diversidad y donde buscamos que individuos y comunidades se articulen y tomen acción en un momento en el que hay que actuar y movilizarse ya.

Localmente, queremos denunciar cómo la comunidad negra, asiática y minorías asiáticas, conocida como BAME (por sus siglas en inglés) son las más afectadas por la polución del aire en Londres. Están afectadas físicamente, por ejemplo, en Edmonton, hay un proyecto para hacer un incinerador que va a crear una polución inmensa para la población que vive allí y también tendrá un impacto en el cambio climático.

Así mismo, la experiencia de la diáspora y de la mayoría global, nos permite saber que el cambio climático está afectando ya a nuestras propias familias. En 2020, hubo 355 desastres ambientales extremos debido al clima y el 69% de ellos fueron exacerbados por el cambio climático, los efectos están pasando ya mismo.

¿Qué tan grave es el cambio climático?

Muy grave, pero hay razones muy específicas que muestran que el cambio climático es un síntoma de un modelo de desarrollo geopolítico, económico y social que lo crea y que se puede cambiar.

El cambio climático es una problemática ambiental que incide en todos los aspectos de la vida humana, específicamente en la viabilidad del agua potable y en la disponibilidad de comida.

Un ejemplo, el 40% de toda la comida que se sembró en el Reino Unido el año pasado nunca creció y ese déficit se cubrió con importaciones.

Pero ¿qué va pasar cuando esos países tampoco produzcan? ¿Cómo vamos realmente a alimentar a los 7 billones de seres humanos? Con el cambio climático, nos enfrentamos a que empeoren las problemáticas sociales y ambientales ya existentes. Si ya tenemos una escasez de agua (785 millones de personas, 1 de cada 9, carecen de acceso al agua potable y 2.000 millones de personas, 1 de cada 3, carecen de acceso a un retrete), la situación va a empeorar. Igual será con la escasez de la comida.

¿Cuál es el rol de comunidades y minorías étnicas como la población indígena en la reestructuración de la política?

El rol de las comunidades indígenas es absolutamente central, en términos ecológicos. Constituyen el 5% de la población mundial, pero es en territorios indígenas donde se conserva el 80% de la biodiversidad mundial. Es decir, no puede haber una respuesta al cambio climático y a la crisis ecológica que no incluya a los pueblos indígenas alrededor del mundo, que a su vez son quienes han sido los más marginados y violentados bajo la neocolonialidad.

Son estas comunidades quienes, a través de las líneas históricas de resistencia, han mantenido principios y prácticas que ahora necesitamos el resto. Necesitamos salir del actual modelo de desarrollo, y qué mejor que aprender de las personas que lo han resistido por tantos años.

¿Qué papel tienen las comunidades latinas en sitios como Londres?

El de visibilizar el centro de la destrucción. Por ejemplo, son compañías de Reino Unido con base en Londres las que se benefician de proyectos extractivitas, como la mina a cielo abierto más grande del mundo que es Cerrejón, ubicada en la Guajira en Colombia, que destruyó la ecología y la cultura de la etnia Wayuu.  Entonces, primero, necesitamos visibilizar las conexiones en geopolítica y geoeconomía globales, ver quién se beneficia de la destrucción. Segundo, debemos involucrar a esas comunidades en una dinámica de reparaciones y de justicia. No se pueden tomar decisiones sin que estén en las mesas las personas más afectadas por este sistema.

¿Piensa que las restricciones a la protesta que se están haciendo en países como el Reino Unido son un riesgo para los manifestantes?

La criminalización de la protesta es la criminalización de la verdad y de la importancia de la protesta para la democracia. Al final esta es un síntoma de un estado regresivo en términos democráticos. El proyecto de ley no se ha aprobado todavía, se presentó al Parlamento y sigue estando en el proceso legislativo, pero al final no hay opción, esto tiene que ser un movimiento masivo.

Como colombiana, no es coherente decir que en este momento protestar en Londres es un gran peligro, pues en mi país no hay ninguna garantía para la protesta.

¿Qué opina de símbolos como la anti-Greta y el impacto que tiene en la labor de ambientalistas?

Estamos en un momento donde todo vale y no existe la verdad, porque esa es una manera de ver el mundo que beneficia algunos intereses económicos. El real daño que hacen elementos como anti-Greta es quitar energía a las personas que tienen la capacidad de comunicar cómo todas las injusticias económicas, políticas y sociales están conectadas con las injusticias ambientales. El movimiento anti-Greta representa una serie de sensibilidades fascistas y de supremacía blanca, que a veces se manifiestan del lado conservador de la extrema derecha, la cual se aprovecha de esta idea de odio y que va en contra de la vida, como estrategia política.

¿Tienen los jóvenes consciencia y espíritu para enfrentar esta lucha?

Claro y si no lo tuviéramos, deberían preocuparse. Los jóvenes a lo largo del mundo son quienes lideran las transiciones de la ciudadanía, como ocurre, por ejemplo, en Colombia ahora. Somos juventud informada, activa y que entiende a lo que nos estamos enfrentando y que este es el gran desafío de nuestra generación, que debe mirar a los ojos a la destrucción causada y no tratar de cambiar el mundo sino sanar el mundo para poder cambiarlo. Dentro de la transición, el liderazgo de los jóvenes es absolutamente fundamental.

Los jóvenes entienden la importancia de conectarse con los legados de resistencia que vienen desde hace mucho tiempo y que es una batuta que deberemos pasar en algún momento también. Debemos entender los ciclos generacionales y que lo que enfrentamos hoy es muy distinto a lo que se enfrentó la generación del ‘69. Debemos ser los primeros en la fila y liderar.

(Photos: Extinction Rebellion, autorizadas por XR para su publicación)

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