Siria lleva diez años en estado de guerra y el presidente Bashar-al Assad sigue al frente del país. La creciente evidencia de su victoria militar ha tenido un precio devastador: más de 400.000 sirios muertos y una crisis de refugiados calificada por la ONU como el mayor desastre provocado por el hombre desde la Segunda Guerra Mundial.
“Siria en perspectiva” ofrece su análisis de la guerra.
Comienza destacando la naturaleza histórica del carácter multirreligioso del país y, en contraposición, la composición internacional de los yihadistas que luchan contra el régimen de Assad.
El autor considera que los que luchan del lado de Assad no son necesariamente sus partidarios, sino sirios que defienden una sociedad basada en la coexistencia religiosa y se oponen a las exigencias yihadistas de un Estado islámico. La oposición a Assad surgió dentro del país en 2011 como una protesta contra las desigualdades sociales y económicas y las fuerzas de seguridad represivas del Estado.
La situación fue aprovechada por las fuerzas islamistas fuera del país y las potencias regionales se involucraron: Irán ayudó al gobierno; Arabia Saudí, Qatar, Jordania, Israel y otros países dieron apoyo a los grupos de la oposición.
Sapag ofrece un valioso desglose de las fuerzas geopolíticas implicadas en el conflicto, incluida la participación de Turquía, Estados Unidos, Francia, la UE, Rusia, Líbano, Argelia, España y América Latina.
El uso de la propaganda es fundamental en el análisis del autor.
Describe la suspensión por parte del Estado de los servicios de Internet y telefonía móvil como medio para impedir que los insurgentes se comuniquen con medios de comunicación como la CNN, la BBC, Al Jazeera, The Guardian y The New York Times, a los que el autor considera demasiado dispuestos a adoptar una narrativa heroica que enfrenta a los virtuosos rebeldes con un Estado vengativo encarnado en la figura de Bashar-al Assad.
Llegados a este punto, uno se pregunta si el autor, tras explicar la compleja naturaleza del conflicto, no corre el riesgo de simplificar las cosas al situar a Assad como el atribulado jefe de una sociedad aconfesional que ofrece una garantía contra el peligro de sucumbir al islamofascismo.
Sapag rechaza enérgicamente cualquier insinuación de que se esté excusando al régimen de Assad.
En mi correspondencia por correo electrónico con el autor, señala que en su escrito se reconoce el carácter civil de las protestas de 2011 y las críticas al gobierno sirio.
Pero cuando se hace referencia explícita a la brutalidad asesina de la respuesta de Assad a la disidencia de los ciudadanos -el bombardeo de barrios civiles- es en forma de una cita de los White Helmets, una organización que se presenta en términos negativos.
Esta presentación es tal vez unilateral y, teniendo en cuenta los hechos bien atestiguados sobre la voluntad del gobierno de matar a sus propios ciudadanos, parte de la contextualización parece poco sincera.
Al fin y al cabo, fue la determinación del gobierno de aplastar violentamente a la disidencia civil lo que desencadenó la situación explosiva que luego se prestó a ser explotada por grupos externos.
No culpar a Assad de las consecuencias es como absolver al gobierno de Johnson de la responsabilidad de las muertes innecesarias relacionadas con Covid en el Reino Unido. Puede que la guerra en Siria esté llegando a su fin, pero la legitimidad del régimen de Assad es más cuestionable que nunca.
Este libro, polémico en algunos puntos, es una lectura esencial para entender el sufrimiento actual de los sirios.
“Siria en perspectiva” de Pablo Sapag M. es publicado por by Ediciones Complutense
(Traducido por Mónica del Pilar Uribe Marín) – F0tosde Pablo Sapag M.
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