En Foco, Opinión

El deber de la memoria

“Liberación”, una cinta de Yuri Bóndarov. Nunca podré olvidar el estruendo de los bombardeos cuando el cielo y la tierra se fundían en una masa grisácea e hiriente. Recuerdo las manadas rugientes de tanques alemanes avanzando sobre nuestra batería…las bocas ardientes y humeantes de los morteros.

 

Armando Orozco Tovar

 

Hay una tendencia en los seres humanos al olvido. Seguramente como un método de supervivencia. Será por eso que se escriben montañas de libros, porque la memoria es el río de Heráclito, como lo dice Borges en un poema: “Acaso el manantial está en mi. /Acaso de mi sombra/surgen, fatales e ilusorios los días…”

Han pasado 68 años, como agua bajo el puente de la memoria, desde que terminó la guerra que desoló a Rusia… cuando su nombre era Unión Soviética… Y Yuri Bóndarev, escribió: “Mi patria rusa es un país sufrido y animoso que ha pasado por todos los círculos del infierno, pero que pudo rozar la parte soleada del exi  stir que yo denomino “La civilización socialista”, la cual quedará por siempre en nuestras conciencias como también se perpetua en nuestras memorias la proeza de la Gran Guerra Patria-salvadora de Rusia y de toda Europa…”

El cineasta trazó estas palabras dirigidas al Instituto Cultural León Tolstoi, y la Embajada de la Federación de Rusia en Bogotá, cuando se aprestan a la celebración de la  victoria del pueblo soviético contra el fascismo.

Pero, ¿quién es Yuri Bóndarev? Es el guionista del mejor filme en cinco partes, realizado hasta la fecha sobre la guerra que asoló a la URSS de 1941 a 1945, cuando las hordas nazi- fascistas, invadieron su territorio, para acabar con el Estado socialista, creado por V. I Lenin en 1917. La cual le costó 25 millones de muertos…

Este filme, como un deber de la memoria, recuerda la época en que Hitler, orientó su guerra relámpago contra este país, con el fin de privarlo de sus industrias de consumo y bélicas, para que se vinera abajo toda la estructura del Estado. Pero el enajenado austriaco (Braunau am inn, Imperio Austro-ungaro-1889), no contó con la respuesta heroica del gran pueblo ruso, que  pudo reorganizar su ofensiva, amparados en la teoría de la guerra prolongada, y aumentar en poco tiempo sus abastecimientos.

Creció su producción de armas de toda especie, aviación, cañones y tanques, para anunciarle un día al mundo la derrota definitiva de la  “Wehrmacht”. Desde los primeros días de la invasión al inmenso territorio, se había elaborado una estrategia económica- militar, con la cual se pudo derrotar a la larga la “Blitzkieg”, o guerra relámpago hitleriana.

El rodaje de la película duró seis años, o sea dos años más que la propia guerra, y recorrió las pantallas de 130 países. Y cuando se presentó por primera vez, lo vieron 350 millones de espectadores… contó Bóndarev.

Él largo metrista, durante la contienda fue soldado de artillería antitanque en Stalingrado, El Arco de Kursk  y el Vado de Dniéper.

Recuerda, que: “La guerra cegó la juventud de mi generación. Habíamos cumplido veinte años y lucíamos de cuarenta… Estos cuatro años nos hicieron comprender la sabiduría de la bondad…”

“Porque atenerse a la verdad histórica, como lo hacemos en “Liberación” añadió, es una máxima del pensamiento moderno…”
(Fotos: Pixabay)

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