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Infantes recicladores: diciéndole adiós a la niñez

Viven en Bolivia, Panamá y Colombia pero representan a alrededor de 18 millones en el orbe. Son apenas unos niños a los que la vida les dijo que no podrían tener una infancia como muchos ni ir a la escuela. Tendrían que ponerse a trabajar porque a la pobreza de sus familias tenían que combatirla entre todos.

 

Foto de Marko Milivojevic / Pixnio.  Creative Commons License.

Zeus Naya

 

Por eso, muy temprano cada mañana, Hugo, Jayden y Sebastián, ataviados con ropa resistente y mochilas a sus espaldas, se dirigen a lugares donde encuentran los objetos que podrán vender y que les permitirán sobrevivir.

Son recicladores y, por ende, dependen de los residuos que procesan, fundamentalmente –porque han adquirido práctica- de aparatos eléctricos y electrónicos provenientes de computadoras, teléfonos móviles, refrigeradores u otros. Su realidad es la de muchos menores y adultos que habitan Latinoamérica y el Caribe, región donde la quema de cables para poder obtener el cobre aparece entre las prácticas más comunes y de alta exposición, con un marcado impacto en la salud.

En el caso de Hugo, Jayden y Sebastián y también de familiares cercanos, la basura electrónica contiene diversos aditivos tóxicos o sustancias peligrosas, que -advierten especialistas en el tema- ingresan al cuerpo por la inhalación, ingestión y absorción de la piel.

A juicio de la doctora boliviana Banny Zelada, esa exposición constituye “una enfermedad silenciosa” y “los efectos pueden ser perjudiciales de por vida, debido a que el cuerpo de los infantes absorbe más y excreta menos que el de los adultos”.

Basura en Latinoamérica

Este continente genera diariamente al menos 430 mil toneladas, lo cual es similar a que cada habitante de la región produce en promedio entre uno y 14 kilogramos (2.2 y 31 libras) de basura. Eso señalan las estadísticas del Banco Mundial.

Foto: Pixnio. Creative Commons License.

Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), del total, solo recupera un 5% y el 80% de esta cantidad lo hacen los recicladores; el resto, un 95%, acaba en rellenos sanitarios, vertederos o en el mar.

Alrededor de cuatro millones de personas (muchas desconocidas) viven de la recolección y transformación de materiales y un millón y medio lo hace informalmente.

En Marzo de 2019, en una cumbre regional sobre reciclaje efectuada en Colombia, los participantes coincidieron en la necesidad de lograr que los implicados en el oficio cambien sus condiciones de informalidad e inseguridad. “Lo primero es visibilizar al reciclador como un actor central de la gestión de residuos sólidos en América Latina y dar a conocer que hay casos donde su inclusión dio buenos resultados y que pueden ser parte de la solución”, declaró Germán Sturzenegger, especialista del BID.

El ejecutivo destacó la importancia de seguir identificando políticas públicas y del sector privado para generar esquemas de integración.

Sin embargo, analistas indagaron sobre la implementación de estrategias más amplias, encaminadas a los infantes involucrados con el reciclaje informal, quienes trabajan en condiciones insalubres y con materiales peligrosos para la salud.

“A mucha gente, especialmente la de mayor nivel económico, lo único que le importa es que pase el camión y se lleve su bolsa de basura”, lamentó el exministro de Medio Ambiente de Chile, Pedro Badenier.

Foto: Pixabay

Conciencia del riesgo

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) impulsa una iniciativa en aras de elevar la conciencia sobre los daños del reciclaje de residuos electrónicos -que califica como un veneno-, que aumentan debido a que prevalecen los métodos precarios en las labores.

A partir de iniciativas pilotos, la entidad evidencia que la capacitación, la colaboración intersectorial, la comprensión de los distintos grados de vulnerabilidad y las medidas preventivas inciden positivamente en la disminución del problema.

Las propuestas de la OPS implican, entre otros, al sector sanitario, sobre todo en el nivel de atención primaria; así como incluyen la identificación de riesgos locales, generación de oportunidades, extensión de los modelos de gestión inclusivos, acciones multidisciplinarias y/o alternativas seguras. Datos de las Naciones Unidas indican que los volúmenes de desechos continuarán en aumento durante los próximos años, lo cual significa que más personas quedarán relacionadas con la triste realidad del reciclaje informal, directa o indirectamente.

Expertos piden a los gobiernos unidad, transparencia, aprobación o seguimiento a las leyes de manejo de residuos sólidos, una recolección diferenciada. (PL)

(Fotos: Pixabay)

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