Globo, Latinoamerica

Considerar el Covid como un problema social

América Latina en un mundo post-Covid

Chile, una economía de altos ingresos según el Banco Mundial, es considerada como una de las naciones más prósperas de América Latina, a la cabeza en términos de nivel de vida y libertad económica. Pero hoy es el país más afectado de la región, pues los responsables de las decisiones pasaron por alto los problemas de segregación espacial y socioeconómica.

 

Mercado Lo Valledor. Foto de FAOAmericas / Flick.  Creative Commons License.

Nicolás Forsans*

 

La esperanza de vida en Chile se acerca a los 80 años, mejor que la de Estados Unidos. Chile, junto con Brasil, Argentina y México, estaba entre los países latinoamericanos más preparados cuando la pandemia llegó a la región en marzo de 2020. Y se impuso un bloqueo total a menos de 10 días después de que se detectara el primer caso de Covid en el país.

Y sin embargo, de las 33 naciones de ALC, Chile es el país más afectado de la región en términos de muertes por cada 100.000 habitantes, sólo después de Perú y Brasil. En el primer año de la pandemia, Chile registró 13.000 casos por millón de habitantes, es decir, unas 10 veces la tasa de Argentina y el doble de la de Brasil. ¿Cómo hemos llegado a esta triste situación?

Explotando las fisuras de la sociedad

Aunque el país es bueno para recaudar impuestos y construir infraestructuras, está muy polarizado socialmente. En NPR, la periodista Andrea Insunza explica cómo Chile es un país acomodado para «gente como yo, con buena educación, buenos trabajos y buenos sueldos», para quienes todas sus necesidades de seguridad social están privatizadas.

Y luego está el otro Chile, el «Chile de los pobres», donde la gente depende de los sistemas públicos de salud. Y Santiago no es diferente: «Puedes vivir toda tu vida en Santiago y no ver nunca la pobreza», dice.

Chile. Foto de Leosoueu / Flickr. Creative Commons License.

Y no le falta razón. En un artículo titulado «Covid-19 ha dejado al descubierto la forma en que «la otra mitad (aún) vive», los investigadores de la Pontificia Universidad Católica de Chile sostienen que no sólo los factores socioeconómicos han impulsado la pandemia en América Latina, sino que los responsables de la toma de decisiones no han tenido en cuenta los medios de vida marginales, lo que ha agravado su impacto.

Una ciudad espacialmente segregada

Santiago es una capital muy segregada, resultado de la actitud de las élites hacia los pobres durante cientos de años.

Chile ha sufrido durante mucho tiempo un déficit de vivienda en sus principales centros urbanos. Mientras que en la década de 1880 se concentraban los asentamientos de viviendas precarias en la periferia de la capital, a principios del siglo XX estos conventillos informales, precarios y hacinados se convirtieron en un problema social.

Las élites temían la propagación de «enfermedades sociales» como la viruela y el cólera, que afectaban desproporcionadamente a los barrios urbanos pobres.

Se alejaron del centro de la ciudad y la segregación socioeconómica se intensificó a lo largo del siglo XX como parte de las iniciativas políticas institucionalizadas.

Los datos del censo de Santiago de 2019 muestran una altísima concentración de barrios de estatus socioeconómico «alto o muy alto» al noreste de Santiago, y de estatus «bajo o muy bajo» al sur, norte y oeste de la capital, donde más del 10% de los hogares acogen a más de 2,5 personas por habitación.

Kiosko. Foto de Esteban Hernandez / Flickr. Creative Commons License.

Covid, una enfermedad de los «ricos

En contraste con los temores de las élites a principios del siglo XX, el covid apareció por primera vez en los barrios de altos ingresos. El covid comenzó como una enfermedad «importada», como resultado de los viajes de las élites desde Europa y Estados Unidos.

El gobierno puso en cuarentena los barrios más afectados y diseñó rápidamente un plan de pruebas y tratamiento.

El optimismo de entonces era tal que se idearon planes para reabrir la economía en abril de 2020, pero la posterior reapertura parcial de la economía hizo que los trabajadores extendieran el virus a los barrios de baja densidad de población.

A mediados de mayo, cuando se impuso un cierre total, la pandemia estaba fu

era de control, y en junio Chile tenía la mayor incidencia diaria de casos de Covid 19 por millón de habitantes del mundo.

El plan chileno para hacer frente a la enfermedad no se dio cuenta de que las élites tenían criadas, conductores, cocineros y jardineros que también podían infectarse y acabarían propagando el virus en barrios de alta densidad, donde la mayoría de la población vive en menos de 70 metros cuadrados por familia con acceso a un solo retrete compartido.

Los datos de movilidad, basados en los datos de los teléfonos móviles en Santiago durante los periodos de cierre total de la ciudad, muestran que la gente de los municipios de bajos ingresos no estaba haciendo la cuarentena tan intensamente como en los más acomodados, porque en un país en el que el 30% de la gente trabaja de manera informal, el 66% de los hogares están endeudados y una gran proporción de los jefes de familia son madres solteras, no pueden permitirse quedarse en casa.

Valparaiso. Foto de Claudia Ramos / Flickr. Creative Commons License.

Lo que nos dice esa investigación es que Covid sólo se enmarcó en términos biomédicos, del mismo modo que la vivienda de los trabajadores pobres se enmarcó en la década de 1880 como un problema sanitario.

Sin embargo, ambos son problemas sociales que actuaron como factores amplificadores.

Como concluyen los investigadores, «los habitantes de las ciudades son interdependientes: el bienestar de las comunidades depende de la salud de todos sus miembros». Todos formamos parte de un ecosistema interdependiente, y las ciudades muy segregadas no nos llevarán a ninguna parte.

* Nicolás Forsans: Profesor de Gestión y Director del MBA en la Universidad de Essex, Reino Unido. Codirector del Centre for Latin American & Caribbean Studies y miembro de numerosas sociedades y grupos de reflexión latinoamericanos, Nicolás investiga los retos económicos y sociales de la región en general, y de Colombia en particular.

(Traducido por Mónica del Pilar Uribe Marin)Fotos: Pixabay

La Serie:

América Latina en un mundo post-Covid: Evaluando los daños de la pandemia.

América Latina en un mundo post-Covid: Daños económicos, un cuadro deprimente.

América Latina en un mundo post-Covid: El trabajo durante la pandemia.

América Latina en un mundo post-Covid: El costo de las desigualdades.

América Latina en un mundo post-Covid:  Los olvidados por los gobiernos.

América Latina en un mundo post-Covid: El pobre urbano y la pandemia.

América Latina en un mundo post-Covid: Considerar el Covid un problema social.

América Latina en un mundo post-Covid: El crimen organizado durante la pandemia.

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