Globo, Mundo, Reino Unido

Cambio climático: Financiar derechos de mujeres es clave

Las mujeres siguen infrarrepresentadas en el debate y la gobernanza del clima, como se demostró en la conferencia de las Naciones Unidas Cop27 de este año: las mujeres representaron menos del 34% de los equipos de negociación de los países. Esto tiene que cambiar.

 

Tara Carey/ Equality Now

 

Las mujeres son las más afectadas por el cambio climático y deben estar plenamente representadas en las negociaciones sobre el clima y en la financiación del mismo para garantizar que se priorizan sus distintas vulnerabilidades, necesidades y contribuciones.

Cambio climático, multiplicador de amenazas

La investigación ha descubierto que las sociedades con menos igualdad de género suelen ser las más vulnerables a la emergencia climática. Las mujeres representan el 70% de los 1.300 millones de personas que viven en la pobreza y tienen más probabilidades de depender de la tierra para sobrevivir.

Esto las deja especialmente expuestas a los efectos nocivos de los fenómenos meteorológicos extremos, como olas de calor, sequías, inundaciones y tormentas.

Preocupantemente, se espera que para 2030 el cambio climático empuje a otros 132 millones a la pobreza extrema, muchos de los cuales serán mujeres, niñas y otros grupos marginados. Una discriminación profundamente arraigada y generalizada hace que las mujeres y las niñas sean más vulnerables a los efectos del cambio climático y las excluye de los debates, de la toma de decisiones y de la financiación destinada a hacer frente a esta crisis cada vez más grave.

El cambio climático agrava las desigualdades existentes, actuando como un «multiplicador de la amenaza» que agrava la violencia de género al tiempo que reduce la disponibilidad y la eficacia de los mecanismos de protección.

El matrimonio infantil, la violencia sexual y la explotación sexual y laboral aumentan tras las catástrofes climáticas y el deterioro del medio ambiente, mientras que el desplazamiento crea mayores barreras para denunciar las violaciones y acceder a los servicios esenciales.

Negar a las mujeres la igualdad de poder de decisión y de oportunidades financieras aumenta su susceptibilidad al maltrato, la indigencia y la migración forzada. Una manifestación de esto puede encontrarse en las leyes y prácticas discriminatorias que restringen los derechos de herencia y propiedad de las mujeres, lo que les dificulta mitigar las consecuencias de un clima inestable y responder a las pérdidas y conflictos relacionados con el clima.

A la inversa, el empoderamiento de las mujeres y las niñas crea un efecto dominó en las familias, las comunidades y los países. La mejora de su acceso a la educación, la planificación familiar y la inclusión financiera se corresponde con una mejor gobernanza de los recursos, la gestión de la conservación y la adaptación a los trastornos climáticos. Además, los países con una alta representación de mujeres en el parlamento son más propensos a ratificar los tratados internacionales sobre el medio ambiente.

Salvaguardar el ecosistema de nuestro planeta requiere un enfoque basado en los derechos humanos y con perspectiva de género que aborde las causas fundamentales de la desigualdad y la marginación de las mujeres.

Una forma de conseguirlo es reformar las leyes discriminatorias por razón de sexo, como por ejemplo a través de la Campaña Mundial por la Igualdad en el Derecho de Familia (Global Campaign for Equality in Family Law), que pide a los gobiernos que garanticen la igualdad de mujeres y hombres en todos los asuntos relacionados con la familia, incluidos el matrimonio, el divorcio, la custodia de los hijos, la herencia y otras leyes, políticas y prácticas que rigen la vida familiar.

Estas reformas, entre otros derechos, garantizarán que las mujeres tengan autonomía para tomar decisiones que promuevan modos de vida sostenibles.

Ignoran mujeres en financiación del clima 

A pesar de la multitud de obstáculos a los que se enfrentan, las mujeres no son víctimas pasivas de los trastornos climáticos.

Están en la vanguardia de la acción medioambiental y, cuando se las apoya con la financiación y los recursos adecuados, tienen los conocimientos y las habilidades para impulsar la transformación.

Sin embargo, aunque los principales analistas consideran que la igualdad de las mujeres es primordial en la lucha contra la crisis climática, las investigaciones han revelado que sólo el 1% de la financiación para la «igualdad de género» de los gobiernos se destina a las organizaciones de mujeres, y apenas un 3% de la filantropía medioambiental apoya el «activismo medioambiental de las mujeres».

En general, la financiación de las organizaciones de mujeres representa un porcentaje muy pequeño de las donaciones filantrópicas y este déficit es aún mayor cuando se trata de mujeres y niñas de color y de organizaciones feministas del Sur Global.

Resultados de la Cop27 deben priorizar empoderamiento

Para lograr una transición justa y ecológica, es necesario redoblar los esfuerzos para garantizar la plena inclusión de las mujeres en el desarrollo y la aplicación de soluciones. Las acciones y los grupos dirigidos por mujeres deben contar con la financiación suficiente, y las desigualdades de género existentes tienen que ser abordadas en lugar de ser ignoradas o exacerbadas. Para ello es necesario aplicar una perspectiva de género interseccional a la hora de elaborar y aplicar las políticas climáticas, y garantizar que la financiación y los recursos sean flexibles y fácilmente accesibles para las mujeres, incluidas las de comunidades desfavorecidas.

Para que todo esto ocurra, es imperativo que la inversión financiera en la promoción de los derechos de las mujeres y las niñas ocupe un lugar destacado en las agendas nacionales e internacionales.

La COP27 ofrece una oportunidad vital para que los gobiernos cumplan sus promesas de asignar miles de millones a los países y grupos vulnerables al clima, incluidas las mujeres y las niñas.

Las inversiones dirigidas a las iniciativas de capacitación de las mujeres producirán múltiples beneficios, como la protección del medio ambiente, la mitigación de la pobreza y la mejora de los resultados sanitarios, por nombrar sólo algunos. Las principales partes interesadas en la creación y aplicación de marcos jurídicos y políticos eficaces y equitativos deben tener en cuenta las dimensiones de género del cambio climático y adoptar enfoques de estado de derecho que refuercen la posición de las mujeres y las niñas en todos los aspectos de la vida. Garantizar los derechos de las mujeres no es sólo lo correcto, sino también la mejor manera de construir un futuro resiliente, inclusivo y habitable para todos.

Más información:  Equality Now, Facebook @equalitynoworg.LinkedIn Equality Now y twitter @equalitynow.

(Traducido por Monica del Pilar Uribe Marin )Fotos:Pixabay

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