Globo, Migrantes, Multicultura, Reino Unido

El caso Shamima muestra terribles prejuicios

Layla Omar, de Women of Colour, Global Women’s Strike, afirma que la privación de la nacionalidad británica a Shamima Begum es islamófoba.

 

Shamima Begum. Foto de Camden New Journal.

El 23 de febrero, Shamima Begum perdió su recurso contra la decisión del gobierno de retirarle la ciudadanía británica.

Y ello a pesar de que el juez admitió que probablemente fue víctima de captación y trata a la edad de 15 años.

El hecho de que se acepte pero se le retire la nacionalidad se debe a que es una mujer musulmana.

Soy un poco mayor que Shamima, pero ambas hemos nacido y crecido en el este de Londres, ella en Bethnal Green y yo en Bow.

Sus padres son de Bangladesh y los míos de Somalia. Ella nunca había estado en Bangladesh y yo nunca he estado en Somalia.

Me considero británica y estoy segura de que ella también.

El hecho de que la ciudadanía de Shamima fuera revocada tan fácilmente me afecta mucho.

Pero no es algo que desconozca cuando se trata de cómo trata este país a la gente de color, y a los musulmanes en particular.

Foto de: Crossroads a/v Collective.

Mi padre luchó en la Segunda Guerra Mundial; formó parte de las fuerzas de la Commonwealth que ayudaron a Gran Bretaña. Después se instaló en el Reino Unido, donde se reunió con su familia. Años después, el Ministerio del Interior intentó devolvernos.

Tuvo que conseguir un abogado y al final nos permitieron quedarnos. Pero estuve muy cerca de tener una vida diferente, y por eso el caso de Shamima es tan personal para mí: no tiene la ciudadanía de Bangladesh, pero este gobierno se ha lavado las manos de hecho, señalando que la gente de color nunca es realmente británica.

A Shamima le retiraron la nacionalidad cuando estaba embarazada de nueve meses en un campo de refugiados sirios. No hubo compasión por una madre adolescente ni por su bebé, que lamentablemente murió de neumonía.

El voyeurismo de los medios de comunicación y la forma sexista e islamófoba en que tratan a las mujeres musulmanas es profundamente perturbador. Shamima fue una niña engañada y ahora ha perdido tres hijos. Sin embargo, estos no son los temas centrales para el gobierno o los medios de comunicación.

Se la estereotipa como una «novia yihadista» y una amenaza para la seguridad. Nunca hablan de ella como una madre traumatizada y afligida; son capaces de despojarla de eso.

Esto es lo que he vivido la mayor parte de mi vida. Como mujer musulmana negra que lleva el hiyab, tengo que demostrar constantemente mi condición de británica y que no soy una amenaza.

Mis identidades de británica, musulmana y mujer están separadas, como lo han estado las de Shamima.

En 2018, el que pronto sería primer ministro británico, Boris Johnson, llamó «buzones» a las mujeres musulmanas que llevan el niqab. Eso no le inhabilitó para ser primer ministro, los medios defendieron su racismo y alentaron la retórica islamófoba. En 2014, según el gobierno, 900 personas viajaron desde el Reino Unido para unirse al ISIS y otros grupos yihadistas; alrededor del 40% han regresado ya al Reino Unido.

¿Qué excluye a Shamima de este grupo de ciudadanos? Creo que se debe a los terribles prejuicios que tienen que soportar las mujeres musulmanas; se nos deshumaniza como madres, como niñas.

Shamima es un producto de esta sociedad, y este país tiene la obligación de ayudarla.

Hemos visto lo que está ocurriendo con la generación Windrush y el modo en que este país trata a los solicitantes de asilo y a los refugiados. Si Shamima no es británica, entonces yo y muchos de nosotros no lo somos.

*Artículo publicado en Camden New Journal.

(Traducido por Mónica del Pilar Uribe Marín)Fotos adicionales: Pixabay

Share it / Compartir:

Leave a Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*