Europa, Globo, Reino Unido

Rescatar comida de la basura para alimentar a miles

Todos los días, millones de industrias, empresas y hogares de todo el mundo desperdician toneladas de comida a lo largo y ancho del planeta. No ocurre siempre porque haya caducado o resulte inservible para el consumo humano. Se arroja al contenedor simplemente porque “sobra”. (Memorias de The Prisma)

 

Juan Galbete

 

Aún así, pese a la sobreabundancia de alimentos en los países industriales, sigue existiendo en el inconsciente colectivo occidental la noción de “hambre en el mundo”, un concepto remoto en nuestras sociedades, pero desgraciadamente real en continentes como África, Asia y parte de América, asociado a las muertes por malnutrición y hambre crónica.

Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) publicados en septiembre de 2010, 925 millones personas en todo el mundo padecen problemas de alimentación. Bangladesh, China, República Democrática del Congo, Etiopía, India, Indonesia y Pakistán concentran a dos tercios de la población mundial que padecen desnutrición. Un mal, el del hambre que apenas carece de sentido en las sociedades industrializadas para la inmensa mayoría de la población, aunque resulta familiar para indigentes y gente en desempleo.

‘Freeganism’

Precisamente, en el centro mundial del capitalismo, donde impera el consumismo y la sobreabundancia, en la ciudad de Nueva York, se ha hecho muy popular desde hace varios años un movimiento bautizado como ‘freeganism’, una forma de ‘consumo alternativo’.

Los ‘freegan’ se dedican a rescatar de los contenedores los alimentos desechados a diario por los grandes almacenes de alimentación.

La gente que lo practica no lo hace por una necesidad de supervivencia ni atraviesa por una situación económica difícil.

El motivo que les lleva a recoger los alimentos desechados es el flagrante desperdicio que supone tirar comida en buen estado, sencillamente porque “sobra”.

Este colectivo señala que los almacenes de comida ponen las fechas de caducidad de los alimentos mucho antes de lo necesario y que la razón del desperdicio es la sobreabundancia de productos. De esta forma, alimentos en buen estado son reemplazados por otros nuevos debido a la falta de espacio en los almacenes. Un estudio sobre alimentación en EE.UU. llevado a cabo por la Universidad de Arizona señala que el 40% de los alimentos que se producen en ese país acaba en la basura sin haber sido consumidos. Este dato supone que cada año se desperdician en ese país 40.000 millones de dólares en alimentos.

Campañas sí, pero…

Las autoridades de Londres, otro de los centros mundiales del consumismo, aconsejan a los ciudadanos sobre cómo hacer buen uso de los recursos energéticos en los hogares así como de los alimentos y el agua, ofreciendo recomendaciones para reciclar eficientemente.

Un ejemplo de esto es la campaña ‘Recycle for London’, que pretende evitar el despilfarro y ofrecer consejos sobre buenas prácticas de consumo. Mas, pese a ello, ¿dónde se encuentran esas buenas prácticas cuando los principales grandes almacenes de comida del Reino Unido botan a los contenedores toneladas de comida útil y consumible, todos los días?

Un residente en Londres, que prefiere omitir su nombre, cuenta que desde que se instaló en la ciudad, hace apenas dos meses, ha visitado ya en tres ocasiones los contenedores de una conocida marca de supermercados inglesa en el centro de la ciudad. La práctica del ‘freeganism’ ya venía realizándola asiduamente en Glasgow, ciudad donde vivió durante varios años.

Relata que siempre ha encontrado comida útil y que la razón que le mueve es, además de la diversión que encuentra en ello, el cuidado en no desaprovechar alimentos aún consumibles.

“De pequeño me enseñaron que no hay que tirar la comida”, dice. Por experiencia ha descubierto que existen dos fechas en los alimentos.

Una que indica hasta cuándo puede ser vendido el producto, y otra que señala la fecha de caducidad.

La segunda suele fecharse sólo un día después de la anterior y por ley los grandes almacenes tienen que deshacerse de esos productos que, aunque pueden utilizarse, no se pueden comercializar.

No más desperdicio

Debido a lo anterior, iniciativas como el freeganism ponen de manifiesto que el desperdicio de alimentos es un problema real en nuestras sociedades, un asunto de actualidad debido a las inminentes fechas navideñas, cuando el consumo de comida se multiplica debido a las opíparas comidas características de estas fechas. Pero, ¿es posible gestionar esta sobreabundancia, más allá de movimientos como el freeganism? Parece que sí.

En el Reino Unido existen proyectos para ofrecer una salida útil a esa comida “sobrante”, como por ejemplo, ‘Fareshare.

Community Food Network’, un proyecto de caridad que nació en 2004 y que cuenta con 14 sedes en todo el país.

Bajo el lema “No Good food should be wasted” (Ningún alimento en buen estado debería desperdiciarse),  esta organización benéfica nacional se dedica a redistribuir alimentos para aliviar la pobreza alimentaria.

Tanto el consumo alternativo promovido por el ‘freeganism’, como los proyectos para reciclar comida evidencian el despilfarro alimenticio de nuestro sistema actual, un sistema que no promueve un uso racional de los recursos.

Después de todo, existe una duda fundamental que debe resolverse para entender este problema.

¿Por qué las autoridades permiten a los grandes almacenes desechar productos válidos, cuando, por otro lado, promueven “buenas prácticas de reciclaje”?

Mientras intentamos resolver el enigma, pueden echar un vistazo esta noche al contenedor más cercano. Quizás encuentren algo para la cena.

(Fotos: Pixabay)

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