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Dentro de una desconocida necrópolis brutalista

Poco se ha escrito sobre uno de los ejemplos más sorprendentes de la arquitectura argentina del siglo XX. Su gestora fue una arquitecta que diseñó la necrópolis subterránea del Sexto Panteón del Cementerio de la Chacarita. Sobre esta obra recientemente se ha publicado, en inglés, un libro en inglés.

 

Zac Liew

 

Si titula “Chacarita moderna: la necrópolis brutalista de Buenos Aires”, escrito por la escritora francesa Léa Namer, quien analiza la arquitectura brutalista y la historia de una necrópolis subterránea construida por una de las primeras arquitectas argentinas, Ítala Fulvia Villa (1913-1991).

El libro se pregunta por qué no se ha escrito más sobre el que es uno de los ejemplos más sorprendentes de la arquitectura argentina del siglo XX, y si el hecho de que Ítala sea mujer tiene algo que ver con ello. Como escribe Namer, «Lo que más me sorprendió del Sexto Panteón fue mi convicción de que había descubierto la pieza más significativa de la arquitectura moderna argentina, y sin embargo nadie parecía conocerla, ni siquiera mi círculo de amigos arquitectos argentinos. Los pocos que la reconocían no parecían encontrarla especialmente interesante».

Namer se topó con el yacimiento de arquitectura brutalista de la necrópolis del Sexto Panteón durante una visita a Buenos Aires (Argentina) hace diez años como estudiante de intercambio.

«Aún recuerdo vívidamente la primera vez que bajé las escaleras hacia ese inframundo. Con imágenes de la mitología griega en mi mente, me sentí como Orfeo entrando en las profundidades del Infierno», dice Namer. El Sexto Panteón se construyó en 1949 y tiene 150.000 parcelas de enterramiento. Construida en hormigón texturizado y rodeada de vegetación, es minimalista en su ornamentación, con grandes plantas diáfanas y altos muros grises escrutadores. Ítala Fulvia Villa emprendió su proyecto después de la Segunda Guerra Mundial, en una época de prosperidad en Argentina en la que se disparó el número de muertos que había que albergar. La población de Buenos Aires se triplicó entre 1920 y 1960.

El resultado del trabajo de la arquitecta fue una reimaginación de las catacumbas romanas, una necrópolis subterránea organizada en dos niveles con la planta baja abierta en forma de jardín.

En su libro, Namer redescubre la necrópolis y ofrece una sesuda reflexión sobre la arquitectura modernista, con una reinterpretación feminista de la historia.

El libro también cuenta con los aportes de Ana María León, profesora asociada de arquitectura en la Universidad de Harvard, e incluye fotografías de Federico Cairoli. Ha sido financiado con una beca de la Graham Foundation for Advanced Study in Fine Art.

Para más información haga clic aquí.

(Traducción Camila Márquez) – Fotos: Prensa de AFFL

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