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Inmigrantes limpiadores: explotados e invisibilizados

Su día comienza antes del amanecer, cuando las aulas aún están vacías. Mientras que las universidades enseñan sobre valores y derechos, ellos entran y salen sin ser vistos bajo esa capa de invisibilidad que las empresas y las instituciones pone sobre la palabra “limpiadores”, generalmente explotados y discriminados. (Memorias de The Prisma)

 

Virginia Moreno Molina

 

Consuelo Moreno, una de las líderes de Justice for Cleaners en la Universidad de SOAS, Robinson Baldeón conocido como “El comandante” y uno de los líderes de Independent Workers of Great Britain (IWGB) de la Universidad de Senate House, y Absalón Sanclemente, también perteneciente al sindicato en la Universidad de Birkbeck. Ellos son los protagonistas de tres historias que muestran una misma realidad de trabajo y son el reflejo de miles de latinoamericanos que enfrentan el día a día como limpiadores de estas Instituciones.

Estos testimonios han sido recogidos por la cámara del director cubano Fernando Luis González Mitjans bajo el nombre de «Limpiadores”.

«El documental empezó con esa idea de crítica a la enseñanza superior, y terminó criticando lo que es la subcontratación», explica González  y añade que «es una práctica neoliberal, donde se pone la vida de personas al control de empresas e intereses capitalistas y financieros».

Y aunque la lucha de estas personas durante años ha logrado unas condiciones mejores, universidades y empresas siguen sin querer lidiar con el auténtico problema: la subcontratación.

Fernando González  habló con The Prisma sobre esta forma de “explotación” hacia los trabajadores, sus derechos laborales, la discriminación en este trabajo y otros aspectos de la situación de los limpiadores en el Reino Unido.

¿Por qué el sector de la limpieza?

La idea era sobre el trabajo dentro de las instituciones de enseñanza superior. En ellas, el 80% de los trabajadores latinoamericanos son de la limpieza. Aunque también hay un porcentaje en catering y seguridad.

Me centré en ello por términos visuales, ya que se mueven mucho por toda la universidad y se codean con otros trabajadores y estudiantes.

La gente teme contar su historia. ¿Ha ocurrido durante el documental?

Sí, mucha gente no participó. La película está centrada en tres personajes muy buenos. Y fue una suerte encontrarlos porque es un campo donde la gente no quiere hablar.

Ellos no quieren exponerse por miedo a perder su trabajo, pero también por vergüenza de su profesión.

El sector de limpieza está controlado por empresas intermediarias…

Es el fenómeno de la subcontratación (outsourcing), una práctica muy explotadora.

El documental empezó con esa idea de crítica sobre la enseñanza superior, y terminó criticando la subcontratación. Se trata de mega empresas que contratan a gente en varios sectores. Algunas de ellas, son multinacionales y contratan a los trabajadores a precios muy bajos con sueldos mínimos. Esos trabajadores firman contratos de cero horas, y no tienen ningún tipo de beneficios sociales que piensan que existen en este país. Y así es, pero no son para ellos. Con esta práctica, estos trabajadores son de segunda clase.

¿Cómo es posible esta situación en las universidades?

Se trata de la neoliberalización de la enseñanza superior. La subcontratación es una práctica capitalista: busca aumentar el lucro y disminuir los problemas prácticos, los gastos de protocolo y administración, y el dinero que se gasta con el trabajador. Es una práctica neoliberal donde se pone la vida de personas al control de empresas e intereses capitalistas y financieros.

Desde el punto de vista de las universidades, no sienten la mínima responsabilidad con sus trabajadores, porque en realidad son contratados por otra empresa. Al mismo tiempo, esta otra empresa no se responsabiliza porque los trabajadores no trabajan en ella sino en otros espacios.

Y llega un punto en el que ellos se transforman en piezas casi invisibles. Esto es porque entran a trabajar a las cuatro de la mañana y salen a las nueve de la mañana, nadie los ve. Se trata con ellos solamente a través de protocolos administrativos, no cara a cara. Por eso, de todas esas conquistas, la más importante es la representatividad, que sean reconocidos como grupos de personas que quieren dialogar y que se les escuche.

¿Habló con los representantes de las universidades?

No, pero estaban al tanto del documental ya que pedí permiso para hacerlo. Pero no consideré meter a esta gente en la película. Primero, porque la oportunidad de que me dieran una entrevista era cero. Y segundo, que habían muchas voces que no habían sido oídas.

¿Y con las empresas?

Traté con ellos en el momento de plantear el documental. Con la principal empresa que es ISS llegué a entrevistar a un supervisor colombiano.

Me pareció interesante porque todos los supervisores son latinoamericanos. Esto es una estrategia por parte de las empresas para controlar a los trabajadores.

Este supervisor me dijo cosas como: “Nuestras propias personas no vienen a educarse, vienen aquí a pasarla fácil. Los latinoamericanos somos muy difíciles”. Pero al mismo tiempo esta persona es ambivalente, porque él se siente latino y apoya la campaña ya que a él también le beneficia. Sin embargo, al final estaba muy preocupado por la entrevista, ese es uno de los motivos por las que no entró en el documental.

¿Hay solidaridad por parte de los estudiantes?

Sí, precisamente en SOAS son muy solidarios. Se ha hecho un trabajo muy bueno de concientización.

Los estudiantes participan, pero hay un asterisco ahí que querría enfatizar: los estudiantes latinoamericanos están totalmente alineados. No les importa absolutamente nada esta cuestión. Incluso hay estudiantes a los que les disgusta identificarse con los trabajadores. Me frustré porque querría haber entrado más en este tema pero no pude.

¿Son los latinoamericanos un blanco fácil?

Son un blanco más fácil por la cuestión del inglés, pero también se de gente asiática o hindú que también pasa por esa situación. Mucha gente me critica y dice “eso es histórico: en este país hace diez años eran los hindúes, hace veinte años los caribeños, hace treinta años…”. Como si fuera normal y, esas primeras generaciones de inmigrantes que no dominan la lengua, tuvieran que someterse a la vulnerabilidad laboral.

¿Cuál es su visión sobre el Reino Unido?

Todo el mundo viene de América Latina con una idea falsa de Europa. Una idea construida por nuestras élites latinoamericanas que nos muestran Europa como todo lo que nosotros deberíamos de ser y perseguir. Yo también vine con esa idea. Por eso, parte del trabajo es exponer la otra cara del Reino Unido que nuestros medios de comunicación en Latinoamérica no se preocupan de sacar.

¿Cuál es su impresión sobre Jeremy Corbyn?

Tradicionalmente Inglaterra tuvo una izquierda socialista muy fuerte. Fue la responsable del Estado del bienestar, la seguridad social, los beneficios sociales… Después estuvo el movimiento de la nueva izquierda, más de centro, con Tony Blair. Pero esto nada más fue un discurso progresista que actuó con los intereses económicos, los cuales son bastantes conservadores.

Jeremy Corbyn vivió esas dos etapas, siempre como un activista de izquierda. Y ahora se encuentra a la cabeza. Tiene un potencial muy bueno para mantener posiciones tradicionales y reales de la izquierda, pero al mismo tiempo entiende la importancia de ceder y comprometerse con algunas cosas.

También posee una apreciación muy buena de lo que pasa en Latinoamérica. Defiende los gobiernos de izquierda latinoamericanos sin ser un socialista radical, y es capaz de dialogar. Eso me gusta. (Memorias de The Prisma. 2017)

(Fotos: Pixabay)

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