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Mujeres salvadoreñas: Mayoría en número, minoría en derechos

Se mantienen relegadas a una posición inferior en su participación en la sociedad, en la política, en el trabajo, en los salarios y en las decisiones educativas, económicas y sociales.

 

Luis Beatón

 

En El Salvador, en el país residen 6’557.236 personas (47.5 por ciento), 3’ 111.463 hombres y 3’445.772 mujeres (52.5).

Pero aunque son mayoría, Ganan menos que los hombres. En promedio, los varones reciben un salario mensual de 400 dólares y las mujeres 344. Dado que el salario mínimo en el país es de 365 aproximadamente, ellas reciben menos, según un estudio publicado por Ormusa. En 10 grupos ocupacionales donde están en desventaja, destacan los de funcionarios de los poderes Ejecutivo y Legislativo, profesionales, científicos e intelectuales, técnicos y profesionales de nivel medio, entre otros.

Además, suelen tener empleos de menor calidad en comparación con los varones, en ocasiones pese a tener mayor preparación, según el estudio. En este segmento, El Salvador ocupa el puesto 13 de 17, con una brecha de género más amplia que otros países de América Latina.

Una mirada a la ocupación en política muestra que en el gobierno actual hay un buen avance con féminas ocupando importantes ministerios como Turismo, Economía, Vivienda, Relaciones Exteriores y hasta hace pocos meses Cultura, ahora en manos de un hombre.

Una ley en el país plantea que ellas deben ocupar al menos el 30% de los cargos electivos, algo que no termina de concretarse.

Por ejemplo, el 82% de los alcaldes de El Salvador son hombres. Para el período 2024-2027, hay 36 alcaldías dominadas por hombres, mientras que solo 8 son mujeres, lo que es una muestra de la desigualdad que enfrentan y que también se manifiesta en los demás cargos dentro de los concejos municipales.

En cuanto al trabajo, las mujeres tienen una alta participación en el sector informal (72%), comparado con el 56% de los hombres.

Asimismo, las mujeres salvadoreñas se han incorporado recientemente al mercado de trabajo y representan el nivel más alto de analfabetismo y, además, existen fuertes desigualdades de género en cuanto a la calidad educativa, niveles de educación y áreas de formación.

Uno los problemas que enfrentan las mujeres es el marcado retroceso en la educación sexual, con un discurso religioso que promueve la criminalización del aborto y el hostigamiento.

Por otro lado, según informes del Observatorio de violencia de género de la Organización de Mujeres Salvadoreñas por la Paz (Ormusa), en 2024 se han registrado, por lo menos, 21 feminicidios. Al menos ocho de estos casos fueron perpetrados por parejas y exparejas de las víctimas que trataban de castigar, poseer y a veces casi esclavizar a sus compañeras de vida, según las denuncias.

Otro tema es el aborto. En 2018, cuando Nayib Bukele era candidato a la presidencia, participó en un conversatorio donde declaró que “en el tema del aborto, únicamente estamos de acuerdo cuando esté en riesgo la vida de la madre” y que las mujeres de mayores recursos no son cuestionadas cuando tienen abortos espontáneos.

Entonces fue abucheado, según reseñas de la época. Pocos meses después, su discurso cambió de forma radical: pasó a llamar al aborto un “genocidio”. Es algo abusivo que no exista ninguna posibilidad de discutir la legalización del aborto en El Salvador. Este país castiga la interrupción del embarazo con hasta 50 años de cárcel, lo cual afecta principalmente a mujeres pobres que son sometidas a tortura y acoso judicial, incluso por tener abortos espontáneos. PL

(Fotos: Pixabay)

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