Globo, Reino Unido

Thamesmead: entre la vivienda social y la gentrificación

La demolición de la urbanización Lesnes es una disputa en curso desde hace años. Con una petición firmada por más de 1.000 personas entregada al alcalde de Londres, ahora es un momento crítico para los residentes de Thamesmead afectados por los controvertidos planes de reurbanización de la fase 2 de Peabody.

 

Texto y fotos: Harry Allen

 

La vivienda social está en vías de extinción: tan solo se construyen 10.000 viviendas sociales al año en todo el país. Hubo un tiempo en que se construeron más de 150.000 al año, hasta finales de la década de 1970.

Ningún lugar simboliza mejor esta tendencia que Thamesmead, al sureste de Londres. La ciudad, que en su día fue una visión utópica de la arquitectura brutalista (nuevo brutalismo en Inglaterra) de los años sesenta, iba a albergar a unas 60.000 personas, muchas de ellas familias blancas de clase trabajadora procedentes de un Londres central superpoblado. Desde entonces se ha diversificado y ahora encarna un clásico suburbio multicultural londinense.

Thamesmead está acosado por problemas sociales, pero es una zona con una comunidad igualmente unida y orgullosa.

En la actualidad, la ciudad recibe el servicio de la línea Elizabeth del sureste en Abbey Wood, lo que muchos consideran una bendición para el transporte y una maldición para la ola de gentrificación que recorre Londres.

En 2014, Peabody Housing Association se hizo con el 65% del parque total de viviendas y los planes de desarrollo de Thamesmeads.

La asociación fue creada en 1862 por el filántropo estadounidense George Peabody con la misión social de proporcionar viviendas a los londinenses con bajos ingresos.

Funcionando como un fideicomiso, Peabody allanó el camino para la posterior implicación gubernamental en la vivienda social, que se consagró en la Ley de Vivienda y Urbanismo de 1919. En ella se prometían subvenciones gubernamentales para ayudar a financiar la construcción de 500.000 viviendas tras la Primera Guerra Mundial.

En la actualidad, la asociación se posiciona como una entidad sin ánimo de lucro, pero las proyecciones sobre la regeneración de Thamesmeads’ Lesnes Estate se sitúan en una ganancia de 98 millones de libras para ella.

Ahora  pretende construir 2000 nuevas viviendas en la urbanización tras la aprobación provisional de los planes en octubre de 2022.

Sólo 370 de esas nuevas viviendas serán de protección oficial, sustituyendo a un total de 600 viviendas ya existentes en la urbanización, donde ha residido una comunidad de clase trabajadora durante casi 60 años.

Peabody afirmó que el 70% de los residentes habían votado a favor del cambio, pero, según los activistas locales, se trata de una afirmación poco sincera.

Después de presentar su proyecto a los residentes con la pregunta: “¿Está a favor de la propuesta de Peabody de incluir Lesnes Estate en sus planes de regeneración de South Thamesmead?”, Peabody lo tomó como carta blanca para aprobar la demolición sin trabas.

«A todos los residentes [de Lesnes Estate] se les ha ofrecido la oportunidad de mudarse a una nueva casa en la nueva urbanización», dijo un portavoz, aunque no mencionó los préstamos puente de hasta 150.000 libras ofrecidos como ayuda de emergencia.

La asociación de la vivienda está pagando a los residentes una cantidad muy inferior al valor de mercado de viviendas londinenses de tamaño similar para sustituirlos.

Según los activistas locales, esto hará que muchos titulares de hipotecas pierdan sus ahorros o pensiones, con la única opción de abandonar la zona en la que han vivido durante décadas. Las nuevas viviendas pueden llegar a costar hasta 500.000 libras y ya se están preparando los reemplazos: en un vídeo de YouTube de 2021 se ve cómo la parte de Southmere Lake de la urbanización se vende a inversores de China.

Entonces, ¿qué hace diferente a Thamesmead?

Algunos están convencido de que no es más que otro de los proyectos londinenses de limpieza de viviendas sociales que sustituyen a los residentes de clase trabajadora. No es diferente de Heygate, Aylesbury o incluso Woodberry Down Estate en Hackney.

Pero Thamesmead, a diferencia de otros barrios arrasados por la gentrificación, nació de una visión más grandiosa: un experimento de arquitectura neo brutalista y planificación urbana de los años sesenta, diseñado para proporcionar una utopía autónoma a las familias expulsadas del centro de Londres.

Thamesmead era toda una ciudad en sí misma, con escuelas, tiendas e incluso lagos y canales artificiales. Su atrevida arquitectura modernista se erigió en símbolo de la ambición de la clase trabajadora, prometiendo una vida mejor a sus residentes.

Sin embargo, sus estructuras neo brutalistas, que en su día fueron aclamadas como diseño de vanguardia, cayeron en el abandono a medida que disminuía la inversión y el sueño utópico se desvanecía lentamente con el paso de las décadas. A partir de 2022, el banco de alimentos de la zona cerró para siempre y la tienda de muebles también cerró recientemente.

Aunque muchos de los proyectos de viviendas de Londres se han enfrentado a retos similares, pocos lo han hecho a la escala de Thamesmead. Con una extensión de 1.000 hectáreas, su ubicación única y su ambiciosa visión original lo distinguen, convirtiéndolo en un caso de estudio clave de las complejidades de la dinámica de la vivienda en el Gran Londres.

La transformación de Thamesmead toca múltiples aspectos.

Entre ellos están las persistentes dificultades de transporte a pesar de las promesas de nuevas infraestructuras como una línea de metro o un enlace DLR, la preocupación por el desplazamiento y el aburguesamiento, y los debates sobre la conservación de su icónica arquitectura neo brutalista.

Estos elementos contribuyen a la importancia del barrio en el debate londinense sobre la vivienda. A diferencia de otros polígonos más pequeños, como Aylesbury y Heygate, en los que el objetivo era sustituir a los residentes de clase trabajadora por compradores de clase media, la regeneración de Thamesmead es multidimensional. Es un símbolo duradero de cómo nuestra sociedad aborda la vivienda social y a las personas más vulnerables, y refleja la tensión entre el desarrollo y la vivienda como derecho humano.

(Póxima semana: Parte 2)

(Traducido por Camila Marquez)

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