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Desafiando las interpretaciones homofóbicas del islam

Durante años, han tenido que comprometer su identidad — escogiendo entre estar muy unidos a la fe o separarse de ella completamente— pero hoy en día, cada vez más, están construyendo un camino para sí mismos, desafiando las interpretaciones homofóbicas del islam y aceptando todas las partes de quien son ellos mismos. (Memorias de The Prisma)

 

Lori DeGolyer

La visión homosexual* en el mundo hetero normativo siempre ha sido una cuestión peliaguda, pero para los miembros homosexuales de la comunidad musulmana el rechazo público sobre su existencia ha estado especialmente extendido.

Los musulmanes homosexuales han existido durante miles de años y ejemplos no normativos sobre identidad sexual y de género han estado presentes en la literatura árabe durante siglos.

Sin embargo, muchos musulmanes lo niegan constantemente, tanto que por ejemplo el presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad proclamó en 2007 que no había ningún homosexual en su país — una región donde predominan musulmanes.

Es común para los musulmanes creer que la homosexualidad está prohibida por el islam y, en países como Malasia, Nigeria, Irán y Arabia Saudí, proclamarse un miembro homosexual de la sociedad puede derivar en extrema violencia e incluso en muerte.

La historia de Lut

La razón clave por la cual la mayoría de musulmanes se oponen a la homosexualidad está en las interpretaciones clásicas de “La historia de Lut” en el Corán, la cual trata sobre un profeta enviado a la corrupta ciudad de Sodoma para convertir a la gente desde la inmoralidad hacia la fe.

En este relato, tres ángeles son asaltados sexualmente por ciudadanos atormentados, y como el acto es de hombre a hombre, muchos musulmanes creen que este pasaje condena la homosexualidad.

Sin embargo, cada vez más miembros de la comunidad musulmana homosexual aportan diferentes interpretaciones de esta historia, explicando que la lección en el Corán no es condenar la homosexualidad sino el hecho del asalto sexual.

Tawseef Khan, 27, presidente de la organización Imaan en Londres, una comunidad de apoyo a LGBTQIA musulmanes, explica a The Prisma como entiende él la historia de Lut, y dice: “lo que se prohibía era el acto sexual no consensuado, o la violación, y no actos de amor consensuados”.

La organización Imaan, fundada en 1998, tiene tres propósitos principales: proveer un espacio para el apoyo social para los miembros de la comunidad LGBTQIA que además son musulmanes, y acrecentar la conciencia sobre las luchas de los LGBTQIA musulmanes en el Reino Unido y en el exterior.

Pero igual, y más recientemente, proveer formas de apoyo más estructuradas como por ejemplo asesoramiento psicológico. Khan dice que cuando se unió a Imaan, al principio le chocó la manera en que la gente era capaz de desempeñar un papel importante en la comunidad homosexual, mientras seguían practicando el islam, mantenían fuertes conexiones con su familia y tenían pareja.

Siempre pensé, ‘tiene que haber algún acuerdo en el que dejas algo de lado, tienes una cosa pero no la otra’”, dice Khan, “pero hay maneras de armonizar todas las partes de tu identidad”.

Samar Habib, ex profesor de la Universidad del Oeste de Sydney, ofrece otra interpretación de la historia de Lut en un libro de ensayos publicado recientemente y titulado: “Islam and Homosexuality”.

Habib escribe que las interpretaciones tradicionales del Corán ven el problema en el acto de sexo anal más que en la recriminación de cualquier identidad sexual o de género.

Citando Aleardo Zanghellini, Habib escribe “el pecado de la gente en Lut no fue la homosexualidad… ni necesariamente la violación.Sino… el sexo anal entre personas del mismo sexo… [donde] el valor fundamental del sexo anal entre personas del mismo sexo… era representar relaciones de superioridad y subordinación”.

Aquí Zanghellini escribe que lo que se condena en el Corán es un acto sexual representativo de una relación dominante, no ninguna forma de identidad sexual o de género.

En el idioma árabe tradicional, no existe ninguna palabra para homosexualidad. Aunque, como los últimos años han mostrado una subida drástica de la conciencia pública sobre los homosexuales, en el árabe moderno se ha inventado una palabra para gay. Khan dice que esta palabra se traduce por abominación en inglés y hace alusión a la sección del Corán donde mucha gente cree que la homosexualidad es denunciada. Khan, por otro lado, dice que es muy discutible: “En esos 1400 años, ¿cómo se puede decir que abominación se refiere a homosexualidad? No hay ningún “abominación es igual a homosexualidad” en el Corán.

Proporcionando apoyo

Con Imaan, los musulmanes homosexuales en Londres tienen un espacio donde encontrar consuelo.

“Nosotros no prescribimos una identidad, sólo proporcionamos el apoyo para que [los miembros] se encuentren a ellos mismos, para que encuentren la composición que es mejor para ellos”.

Khan dice que en Imaan se ha cruzado con muchos jóvenes que tienen una actitud extremadamente sana hacia su sexualidad y su fe, y han forjado su camino y se han creado una identidad para sí mismos.

Entre las atrocidades con las que la organización Imaan se ha cruzado a través de sus miembros, incluyendo la violación correctiva y el matrimonio a la fuerza, Imaan también ha ayudado a numerosas personas que solicitan asilo político.

En julio de 2010, las personas gays que solicitaron asilo político en el Reino Unido ganaron protección ante la deportación si se enfrentaban a ser perseguidos en su país de origen, un gran paso desde cuando se les decía que estarían bien si “vivían discretamente”.

No obstante, probar una identidad sexual en la oficina de la frontera del Reino Unido no es una tarea tan fácil como debería ser. En septiembre de 2010, Hope Nwachukwu, un gay declarado de Nigeria que huyó de su tierra natal para escapar de una persecución extrema, se enfrentó a una deportación forzosa porque no había encontrado pareja desde que llegó al Reino Unido. “Estas personas son miembros de nuestra comunidad y llevan en ella mucho tiempo. Esa es la prueba,” dice Khan. A pesar de los obstáculos existentes para asegurar esos derechos, la organización Imaan ha tenido éxito durante años en aproximadamente 15-16 casos de personas que buscan asilo político.

Como la mayoría de organizaciones que dan apoyo a los homosexuales, Imaan ve a muchos jóvenes que tienen dificultad para declararse como tales. “A veces va mal, a veces los niños son declarados a la fuerza en el colegio, a veces se declaran en el colegio ellos mismos y están preocupados de que sus padres se enteren. [Estos niños tienen] 13-14-15 años y son extremadamente vulnerables”, dice Khan.

Para ayudar más en el proceso de declararse abiertamente homosexual, Imaan ha empezado a formar a otras organizaciones sobre cómo proporcionar apoyo a los jóvenes musulmanes homosexuales y también están ayudando a un profesor a preparar una clase sobre el islam y la homosexualidad en un colegio de Londres.

Visibilidad

Aunque los homosexuales son más capaces de tener una vida segura en el mundo occidental, esto no quiere decir que no haya progresos en el oriental.

De hecho, mientras que la comunidad transexual permanece prácticamente desaparecida en occidente, el “tercer género” está siendo más reconocido en oriente.

“El tercer género”, también conocido como eunucos o hijras, es una comunidad de intersexuales, transexuales y homosexuales que se identifican fuera de las normas de sexo y género y cuya historia puede ser ubicada en el Imperio Mogol.

Aunque la existencia no es fácil para la comunidad hijra—trabajan como mendigas, prostitutas y bailarinas y se enfrentan a grandes discriminaciones y abusos— el fortalecimiento de su reconocimiento está aumentando el espacio para que sexo y género sea entendido y aceptado en este mundo.

En 2009, la corte suprema de Paquistán dictaminó que todas las hijras debían registrarse como parte de un sondeo para, más adelante, integrarlas en la sociedad, un esfuerzo que demuestra el verdadero intento por parte del gobierno. También en 2009, la comunidad hijra ganó el derecho de poner su género como “E” de eunuco en su pasaporte y en algunos formularios del gobierno, una opción que a muchos homosexuales de occidente les encantaría disfrutar.

Mientras que es vital que los miembros homosexuales de la comunidad musulmana encuentren el espacio para sentirse completos y darse a conocer como tales, este acto sólo no asegura los derechos de la comunidad LGBTQIA.

Con el fin de conseguir algún progreso para los derechos de los musulmanes homosexuales y para los homosexuales en general, este espacio tiene que estar creado por la gente en general —rechazando interpretaciones homofóbicas en lecturas religiosas, ofreciendo apoyo, deconstruyendo cualquier noción homofóbica que se encuentre— para asegurar que las personas homosexuales obtienen sus derechos humanos básicos.

Para saber más sobre la organización Imaan, visite su página web en www.imaan.org.uk

*NOTA: En todo este artículo, la palabra homosexual se usará como término genérico que abarca todos aquellos que se identifican sexualmente con una orientación no normativa (lesbianas, gais, bisexuales, transexuales, afeminados, indecisos e intersexuales) como también aquellos que se identifican fuera de los binarios de género.

(Memorias de The Prisma)

(Traducido por: Patricia Gomez Romero – patgoro@gmail.com) – Fotos: Pixabay

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