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Multiculturalismo: ¿Una nueva sociedad creativa o una ‘tolerancia’ muerta?

Por sí solo, el término «sociedad multicultural» no tiene ninguna utilidad práctica. Es un camaleón al cual no se le puede criticar ni refutar, que cambia su color según el medio.  Eso es al menos para efectos de prueba, a menos que pueda predecirse.

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Nigel Pocock

 

.Tal vez deseamos predecir que en ciertos programas educativos, muchos estudiantes de procedencia poco favorable (teocracias agresivas y religiones políticas que legitiman la violencia como un medio para alcanzar sus objetivos) se movilizarán hacia una perspectiva más tolerante y que pueda resolver problemas. Eso se puede comprobar y refutar.

La ‘tolerancia’ aquí no significa un relativismo de la verdad el cual no puede verificarse, sino un reconocimiento de que la gente realmente difiere en opiniones sustanciales y comprobables sobre la verdad. Si bien no se pueden corroborar nociones metafísicas fundamentales (como la existencia de Dios),  pueden serlo los frutos de ciertas creencias de las personas.  ¿Ciertas creencias llevan a una mejor longevidad, salud, o a un mejor matrimonio (tanto para hombres como para mujeres), dentro de comunidades específicas, y así sucesivamente? ¿Cómo se relacionan los sistemas de creencias intolerantes a estos resultados? Estos son empíricamente comprobables.

Así pues, la verdad nunca es absoluta, no obstante, la gente crece en su entendimiento. Efectivamente, esto también es parte de lo que se necesita comprender, para así poder constituir una sociedad multicultural.

Como sugiere Ian Jarvie, lo que esencialmente tenemos es un ‘absoluto débil’ el cual puede ponerse a prueba; es parte de la verdad, pero no de toda. Esto es lo que facilita la investigación científica.

¿Quiere decir que las historias fundacionales de las grandes religiones del mundo y de las ‘religiones políticas’ no tienen ningún valor en cuanto al descubrimiento de comprobaciones empíricas y científicas de nociones sobre la verdad?

Al contrario, tanto el cristianismo como la ciencia de la Grecia clásica demostraron ser catalizadoras de nueva exploración, aun cuando bloquearon el camino (algunas veces muy seriamente) hacia un entendimiento más verdadero sobre la realidad física.

Esta es la paradoja de disonancia cognitiva. Mientras prevalezca el deseo de justificar un sistema en particular (‘justificacionismo’ o verificación) y se ignoren instancias no verificables, no podrá haber un progreso.

GalileoPor ejemplo, la reputación de Aristóteles era tan grande que, aunque otros pensadores griegos defendían la noción de un sistema heliocéntrico, su concepto geocéntrico prevaleció. De este modo, se hicieron hipótesis sobre todo tipo de ideas altamente novedosas, las cuales surgieron del amor griego por la geometría, en cuanto a las velocidades uniformes y las órbitas planetarias perfectamente circulares que involucraban entrecruces de sistemas de esferas, para explicar los movimientos de los cuerpos celestes. Constituyó un sistema matemático completamente consistente, pero completamente erróneo, lo cual llevó a dos mil años de pensamiento errado.

Aunque la Iglesia católica romana pasó momentos duros en cuanto al asunto de Galileo, debe hacerse notar que esto es en sí producto de los prejuicios modernos y de mentes estrechas, pues la Iglesia católica se dio cuenta de su error al perseguir a Galileo, y a ningún otro astrónomo se le persiguió de esta forma nuevamente. Puede ser que tanto secularistas como personas teócratas puedan aprender de sus errores, no obstante, no se muestra optimismo.

Por tanto, lo que defiendo es un programa educativo estimulador de una capacidad para realizar pruebas.

El misticismo de cualquier tipo no es la respuesta, ya que bloquea cualquier intento de refutación y de nuevos entendimientos.

Una sociedad multicultural debe abrirse a la comprobación de nociones sobre la verdad, y deben sacarse a la luz tanto a liberales como a conservadores, quienes se esconden tras sistemas que no pueden corroborarse.

 (Traducido por Sofia Edwards – Email: sofia83edwards@gmail.com) – Fotos: Pixabay

 

 

 

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