En estos tiempos muchas personas viven aisladas socialmente o en estado de cuarentena para evitar el contagio del nuevo coronavirus SARS-Cov-2, causante de la Covid-19, y frenar la propagación de la pandemia. Pero no hay que estar quietos.
Marnie Fiallo Gómez
Y aunque la reclusión en casa y las acciones higiénicas son por ahora la única vacuna contra el Covid-19, estar apartados afecta psicológicamente a muchos porque se les dificulta procesar tanta información y se estresan por querer estar al pendiente de cada noticia.
Tanto el confinamiento como el conocimiento de lo que pasa en cada rincón del planeta generan en la mayoría sentimientos de angustia, ansiedad e irritabilidad por lo cual especialistas sugieren ocupar el tiempo al máximo. Por ello recomiendan opciones como leer, hacer manualidades, bricolaje, jardinería de interiores, juegos colectivos que incluyan a la familia, tareas domésticas, trabajo desde casa y estudiar.
E incluso psicólogos, clínicos, cardiólogos y endocrinos recomiendan realizar ejercicios, sobre todo a aquellos con sobrepeso, hipertensos, diabéticos o con otras dolencias que necesitan del ejercicio físico para su control y mejoría.
No tienen que ser fuertes rutinas, una dosis diaria de saltar la cuerda puede resultar suficiente, este es un ejercicio simple y divertido que ayuda a mantener en forma los sistemas musculoesqueléticos y cardiopulmonares.
Por otro lado, un reciente estudio, financiado por la Agencia Espacial Europea (ESA) señala que dar saltos puede ser clave para que los astronautas mantengan la forma en situaciones de poco espacio.
Los expertos consideran que este fácil y sencillo ejercicio puede realizarse en los hogares, dada la situación de confinamiento general de la población por la pandemia de la Covid-19.
La investigación demostró la efectividad del salto para contrarrestar los efectos del reposo prolongado en la Tierra, algo que el líder del equipo de proyectos médicos y tecnología en el Centro Europeo de Astronautas de la ESA, Jonathan Scott, describe como “una de las actividades más antiguas del mundo”.
Según Scott los programas de ejercicios tradicionales para la preparación de los astronautas combinan las modalidades de aeróbicos y carrera con entrenamiento de fuerza, pero asegura que los sistemas musculoesqueléticos y cardiopulmonares del ser humano no conocen la diferencia entre las dos formas, pues solo responden al estrés mecánico y metabólico.
“El salto parece proporcionar el nivel adecuado de estímulo para muchos sistemas diferentes», afirma.
«Si lo reducimos -agrega- a lo que es esencial para futuras misiones, este ejercicio apunta a las áreas requeridas para mantenerse físicamente saludable mientras aborda los desafíos que enfrentamos, como la falta de tiempo, la falta de espacio y menos acceso al equipo”.
Contra la dificultad respiratoria
Según científicos de la estadounidense Universidad de Virginia, el ejercicio regular puede prevenir o al menos reducir el riesgo de Síndrome de Dificultad Respiratoria Aguda (SDRA), una de las principales causas de muertes en pacientes con Covid-19.
Los expertos analizaron un antioxidante conocido como superóxido dismutasa extracelular (Ecsod) que caza radicales libres dañinos, protege los tejidos y ayuda a prevenir enfermedades.
Los músculos del cuerpo producen naturalmente este componente y lo segregan en la circulación para permitir la unión con otros órganos vitales, pero su producción es mejorada por el ejercicio cardiovascular afirma el doctor Zhen Yan, líder del estudio.
Durante la investigación, publicada en la revista Redox Biology, hallaron una disminución del antioxidante en varias enfermedades, incluida las enfermedades pulmonar aguda, cardíaca isquémica e insuficiencia renal.
Según el estudio una sola sesión de ejercicio aumenta la producción del antioxidante, de ahí que Yan inste a las personas a encontrar formas de hacer ejercicio incluso manteniendo el distanciamiento social.
Igualmente sugiere la Ecsod como un tratamiento potencial para el SDRA y muchas otras condiciones de salud y asevera que la terapia genética, por ejemplo, podría algún día ser utilizada para aumentar la producción del antioxidante de manera que su presencia protectora en los pulmones se vea reforzada en los pacientes que luchan contra Covid-19. (PL)
(Fotos: Pixabay)