Como país multicultural, esta nación promueve el diálogo intercultural dentro y fuera del país, pues considera que la existencia de un pueblo es el resultado de la autodeterminación civil y política de los pueblos que la conforman.
Azerbaiyán está poblado por representantes de más de 30 minorías nacionales como la talysh, la kurda, la lezghi, la tat, la rusa, la ucraniana, la georgiana, la inghiloy, la tártara, la avar, la turca, la ahyska, la judía, la alemana, y la griega, entre otras. Los representantes de las tres principales confesiones religiosas – islámica, cristiana y judaica – participan conjuntamente en diversas ceremonias públicas y actos culturales.
Lo que llama la atención es cómo el apoyo y la preservación de la diversidad cultural tienen su base en la política estatal de Azerbaiyán.
El conflicto armenio-azerbaiyano por Nagorno-Karabaj ha pasado a la historia del siglo XX como uno de los conflictos más dramáticos que ha tenido consecuencias muy graves en el destino de millones de azerbaiyanos.
El conflicto, que surgió en forma de reclamaciones abiertas de Armenia sobre las tierras históricas de Azerbaiyán, provocaciones sobre la base étnica y actos de terror, provocó una agresión militar contra Azerbaiyán.
Los enfrentamientos en curso cerca de Nagorno-Karabaj comenzaron después de que Armenia atacara a civiles y militares azerbaiyanos el 27 de septiembre.
Azerbaiyán obtuvo su histórica victoria en 44 días, liberó sus tierras, asestó golpes aplastantes al enemigo y derrotó a Armenia.
Como resultado de esta derrota, Armenia se vio obligada a firmar la capitulación y la rendición. De este modo, la política de agresión de 30 años de Armenia llegó a su fin. Durante este tiempo, el ejército azerbaiyano ha liberado muchos asentamientos del enemigo.
A pesar de todo esto, los azerbaiyanos no son el enemigo del pueblo armenio.
Azerbaiyán es un estado multinacional. Miles de armenios viven en Azerbaiyán, principalmente en Bakú.
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Armenia, que ha creado una sociedad intolerante hacia otras naciones y religiones, ha intentado borrar por completo el antiguo patrimonio religioso y cultural albanés, ortodoxo y musulmán que existía históricamente en los territorios ocupados de un Azerbaiyán multiétnico y multirreligioso. Ha destruido por completo el patrimonio cultural y espiritual del pueblo azerbaiyano o ha falsificado su historia y sus orígenes al armenizarlo y gregorizarlo.
El régimen armenio, que lleva años aplicando políticas agresivas, ha ignorado las normas del derecho internacional y del derecho internacional humanitario, ha cometido crímenes medioambientales en los territorios ocupados mediante incendios, el uso de bombas de fósforo, sustancias venenosas y minas. Hoy en día, los armenios que viven en la región de Nagorno-Karabaj, también pueden vivir normalmente solo dentro del Estado azerbaiyano. El pueblo azerbaiyano es tolerante.
También es bien conocido por la opinión pública mundial que la República de Azerbaiyán, diversa en cuanto a su origen étnico y religioso, luchó para liberar sus territorios históricos de una ocupación que no tenía nada que ver con el cristianismo.
Además, musulmanes, cristianos y judíos, representantes de todas las naciones y religiones que viven en nuestro país, lucharon junto a los azerbaiyanos en las fuerzas armadas de Azerbaiyán.
Estas personas se unieron en torno al lema “¡Karabaj es Azerbaiyán!” de Ilham Aliyev, comandante en jefe del ejército victorioso, y no a falsos llamamientos religiosos. Entre ellos se encuentran aquellos que hicieron gala de un heroísmo sin parangón cayendo mártires, heridos y condecorados con órdenes supremas y medallas de la República de Azerbaiyán.
Al igual que al principio del conflicto, hay muchos oficiales y soldados -representantes de las naciones y comunidades religiosas que viven en Azerbaiyán- que sirven en el ejército nacional de Azerbaiyán y muestran un valor excepcional en la liberación de nuestro país de la ocupación.
La nación azerbaiyana no discrimina a sus heroicos hijos y mártires por su origen étnico y religioso.
El presidente Ilham Aliyev, que desempeñó un papel importante en esta victoria histórica de Azerbaiyán, ha dicho que su ventaja “reside en el hecho de que los representantes de todas las naciones que viven en Azerbaiyán se sienten tan cómodos como en sus familias y en su patria”. Y ha agregado que “la fraternidad y las relaciones amistosas entre varias naciones es nuestra gran riqueza y tenemos que protegerla. Nuestra política también se llevará a cabo en el futuro. Los representantes de todas las naciones que viven en Azerbaiyán mostraron un valor y un heroísmo extraordinarios en la Segunda Guerra de Karabaj, cayendo mártires, luchando por la causa de la Patria y abrazando la muerte bajo la bandera de Azerbaiyán. Esta es la sociedad que tenemos en nuestro país y es nuestra gran riqueza”. Siguiendo entonces su tradición multicultural, fue así como en esta nación realizó hace unas semanas el festival de música como “Kharibulbul”, que no es solo un festival de arte, sino que también tiene un gran significado político y social.
El festival, que lleva el nombre de la flor simbólica que crece en Shusha, se organizó por primera vez en el claro Jidyr de Shusha en mayo de 1989. Treinta años después, en mayo, el 12º festival de música “Kharibulbul” en la capital cultural de Azerbaiyán, Shusha, fue organizado por la Fundación Heydar Aliyev y se celebrará cada año en adelante.
Al “Kharibulbul” asistieron representantes de varias naciones que viven en Azerbaiyán y reunión un compendio de músicas folclóricas y clásicas.
*Khayala Mammadova: Fundadora y directora de International Multicultural Network, Azerbaijan.
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