Globo, Latinoamerica, Reino Unido

Crónicas de antaño y aquellos viajes migratorios

Las estadísticas y las políticas migratorias esconden las experiencias subjetivas de las personas que emigran. La violencia oculta de los controles aparta las imágenes desagradables de los ojos de los europeos. Las grabaciones olvidadas reviven el pasado y devuelven los recuerdos de seres queridos para quienes siguen aquí. Esta es la segunda entrega de la serie The Prisma sobre las experiencias de los inmigrantes expuestas en documentales.

 

Graham Douglas

 

¿Cómo puede responder el cine a la crisis migratoria europea? María Iorio y Raphael Cuomo prefieren empezar por cuestionar la forma en la que se presenta la crisis, solo como un problema para los gobiernos, cuyas respuestas están normalizadas, mientras enmascaran la profunda violencia de criminalizar a personas desesperadas y a quienes los rescatan. Como señalan los directores, atraer atención hacia las dinámicas capitalistas: “Los flujos invisibles de petróleo y gas bajo el Mediterráneo conectan la fortaleza europea con Libia y el continente africano, pero la movilidad de las personas en la superficie se criminaliza y se interrumpe”.

Su película “Chronicles of that time” (Crónicas de antaño) va más allá de un documental convencional para desvelar las variadas experiencias subjetivas de los migrantes, enfatizando que “el pasado y el presente encuentran ecos y resonancias, el pasado puede reactivarse… y volver potencialmente en el futuro. Y es un pasado fragmentado con el que se toparon en secuencias cinematográficas sin utilizar que habían grabado años atrás.

Un momento de despedida de su protagonista, un temporero tunecino, plantó la semilla de reconstruir a través de la película las palabras del pasado como si siguiesen la melodía de una canción olvidada.

Como artistas y cineastas, comentan: “una de nuestras labores más acuciantes es contribuir a destruir el sistema de percepción racista… y volver a imaginar un mundo sin esas relaciones neocoloniales de poder”.

María y Raphael hablaron con The Prisma tras el estreno de su película en Visions du Réel, que formará parte de la competición internacional de FID Marseille en Julio.

La voz superpuesta nos devuelve constantemente a la idea de intervalos de tiempo, entre momentos muy diferentes, escuchando y grabando una canción, rescatando migrantes y temiendo un juicio. ¿Podría profundizar un poco más?

Después de quedarnos con Abdelhamid y su familia en Túnez, en 2006, viajamos a Lampedusa, donde volvía para trabajar en un hotel. Como trabajador temporero, Abdelhamid fue testigo del cambio de las nuevas políticas de visado en el sur de Europa.

En Sicilia, mientras esperaba la llegada del último ferry, mientras una fría lluvia caía por el parabrisas, disipando la vista del puerto y del mundo exterior, Abdelhamid pensó en una canción árabe que le gustaba mucho y que quería compartir con nosotros. Pero no tardó en darse cuenta de que la había olvidado. Después de un largo esfuerzo, siguiendo el ritmo de la melodía, fue posible encontrar fragmentos discontinuos y reconstruir partes de la canción.

La película explora ese largo intervalo de tiempo. Lo que pasó entre el momento en el que se grabó la melodía en una cinta de vídeo obsoleta, y el momento en el que la retomamos hoy, ¿Como una nueva interpretación musical? La película introduce otros intervalos, explora algunas transformaciones en la región mediterránea en las últimas décadas. Recompone una historia compuesta de fragmentos, de lagunas y fantasmas. Una serie de perspectivas subjetivas e históricas emergen que contradicen la noción común de una “emergencia migratoria” asociada siempre al momento presente, que rechaza la historia oficial determinada por decisiones políticas que convirtieron la migración en algo ilegal.

La película se inspira en la lógica del proceso de recuerdo de Abdelhamid: para recomponer los fragmentos olvidados o descuidados del pasado es necesario recuperar y seguir la melodía. Pero la repetición de la melodía introduce una temporalidad diferente, más misteriosa y no lineal: el pasado y el presente encuentran ecos y resonancias; el pasado puede reactivarse, encontrar una nueva relevancia para el presente y volver como una potencialidad para el futuro.

También está el tema de las consecuencias imprevistas: la decadencia de una cinta de audio.

Este aspecto está profundamente arraigado en el material que grabamos hace muchos años, mientras trabajábamos en otros proyectos (como “Sudeuropa” y “The Interpreter”, 2009), especialmente en las secuencias no editadas que no se incluyeron en esos vídeos.

Esas películas se centraban en las transformaciones del régimen fronterizo en el Mediterráneo, que obligaba a muchas personas que buscaban seguridad en Europa a arriesgar sus vidas tomando rutas peligrosas. Este nuevo régimen criminalizó prácticas inmemoriales de vecindad, movilidad e intercambio. La isla de Lampedusa, en particular, se convirtió en objeto de una intensa exposición mediática: el lugar de un “espectáculo fronterizo” (descrito por Nicholas de Génova, Paolo Cuttitta).

Las imágenes contienen rasgos que no percibimos al grabarlas, y Crónicas intenta destacar esta cualidad especial. Las fronteras se perciben a menudo de forma espacial; pero estas secuencias de envejecimiento se inscriben en una época determinada de otro tiempo. La historicidad de las propias imágenes, como objetos materiales, es un punto de referencia para examinar lo que ha sucedido desde entonces.

Las medidas de exclusión territorial alguna vez fueron vistas como escandalosas, como lo fueron las deportaciones de Lampedusa a Libia en 2004 – 06, según acuerdos más o menos secretos son ahora el objetivo explícito de las políticas migratorias europeas, alistando a los países vecinos para impedir que las personas lleguen al continente, y empujándolas de vuelta a lugares donde se arriesgan a una violencia aún más atroz.

Crónicas recorre esa deriva y muestra cómo las políticas migratorias están desplazando la violencia de este nuevo régimen fronterizo más lejos, fuera de la vista. Pero hay aspectos más íntimos que se entrelazan con este trasfondo geopolítico e histórico.  Intentamos conservar algunas secuencias de películas antiguas y deterioradas, para confiar a los protagonistas –o a sus familiares– esas raras imágenes en las que aparecían, recuperando preciosos momentos compartidos, y ese inquietante potencial del cine para mantener vivos a los seres queridos, aunque hayan fallecido.

¿Se ha proyectado la película entre el público inmigrante?

Gracias al Covid-19, han visto la película las personas que participaron en el proyecto, y una red informal de amigos, conocidos y activistas, muchos de los cuales son “migrantes”. Varios de nuestros colaboradores tuvieron que exiliarse y solicitar asilo en otro continente. Algunos lucharon por obtener la ciudadanía en el país donde nacieron, y el italiano acentuado que habla la voz femenina en la película, con sus extrañas inflexiones y ritmos, es el resultado de nuestra experiencia como inmigrantes de segunda generación.

Abdelhamid vivía en Italia con un nombre italiano, hablaba con fluidez tres idiomas, y amaba el cine soviético, el neorrealismo italiano, la Nouvelle Vague francesa, el Tercer Cine, tanto como las producciones de los cineastas árabes, surgidas de los nuevos estados independientes de la región –una pasión que desarrolló dirigiendo un club de cine en Sousse, Túnez.

En lugar de identidades fijas y estrechas, esperamos que “Crónicas de antaño” pueda sugerir políticas de identidad más complejas, haciendo hincapié en algunas trayectorias vitales serpenteantes, experiencias subjetivas multidimensionales y el hetero-lingüismo de un mundo que se mueve ineludiblemente.

¿El lugar de la humanidad en la política contemporánea?

Después de la Segunda Guerra Mundial, los países europeos organizaron una migración masiva, que proporcionó mano de obra estacional y barata para sus economías en auge, y el Estado gobernó las vidas de los migrantes.

Pero ahora, en el mar Mediterráneo, se abandona a la gente en apuros y se la deja morir. Parece que estamos llegando a un paradigma necro político terriblemente diferente. Cuando se decide no rescatar, el poder dicta cómo deben morir algunas personas. No se gobierna la vida, sino la muerte.

¿Europa fortaleza?

Al exagerar la idea de una fortaleza independiente, rodeando una “Europa sin fronteras”, se oculta su carácter militar y las interconexiones del mundo capitalista global. Flujos invisibles de petróleo y gas bajo el Mediterráneo conectan esta fiable Fortaleza con Libia y el continente africano, pero la movilidad de las personas en la superficie está criminalizada e interrumpida.

Libia fue una colonia italiana

El Tratado de Amistad, Asociación y Cooperación firmado por Silvio Berlusconi y Muhammar Gaddafi en 2008 condenó oficialmente la colonización de Libia por parte de Italia y acordó un pago multimillonario de reparación, pero también nuevas asociaciones: con intereses empresariales extractivos, y el control de la migración a través del Mediterráneo Central.

Los migrantes son utilizados como moneda de cambio en este juego geopolítico en el que, por desgracia, pagan el precio más alto. En Libia siguen produciéndose graves violaciones de los derechos humanos.

La memoria pública italiana no se ha enfrentado a su pasado colonial. Algunas personas que llegan a Italia son también ex sujetos coloniales. Los sentimientos de superioridad cultural y racial y los clichés coloniales están resurgiendo y dictando los términos del nuevo encuentro entre los ex ciudadanos metropolitanos y los ex súbditos coloniales privados de derechos. Como comentó Alessandro Triulzi, el Imperio está “devolviendo el golpe”.

“Chronicles of that time” es una versión reelaborada de la serie de vídeos que figura en la instalación multiparte que suted presentó en 2020 en el Istituto Svizzero de Palermo.

La película forma parte de un conjunto de trabajos que también incorpora un programa de proyecciones. Entre otras películas, este ciclo presentó «Il deserto e il mare» (2007), realizada en Italia por un grupo de refugiados del Cuerno de África, entre ellos Dagmawi Yimer. Produjimos lectores que contextualizan las películas, publicados por Archive Books. «Crónicas de antaño» es especial para nosotros, por su material filmado durante un largo periodo de tiempo, y porque refleja nuestra trayectoria de trabajo durante 15 años, y la hospitalidad, generosidad y amistad que han hecho posible nuestro trabajo.

(Traducido por Claudia Lillo – Email: lillo@usal.es)Fotos de Raphael Cuomo and Maria Iorio, autorizadas para su publicación

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