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Cuba, más allá del embargo

La intervención norteamericana, la batalla ideológica, la manipulación de los medios occidentales y las contradicciones del régimen cubano son algunos de los factores que retratan un futuro incierto para el país latinoamericano.

 

Juanjo Andres Cuervo

 

El final de la Guerra Fría fue considerado como una victoria económica, política e ideológica del capitalismo, y en la actualidad, solo unas pocas naciones podrían ser consideradas como socialistas. Cuba es una de ellas, aunque en los últimos años los dirigentes cubanos han mostrado su predisposición para abrir la economía nacional a los mercados mundiales.

Según el director del International Institute for the Study of Cuba y editor del International Journal of Cuban Studies, Stephen Wilkinson, “si Cuba quiere desarrollarse económicamente, necesita una cantidad masiva de inversión extranjera”. Pero al mismo tiempo, “este crecimiento se llevará a cabo de manera muy lenta, porque el bloqueo estadounidense impide que este proceso sea más rápido”.

Desde la Revolución de 1959, Cuba ha sufrido las constantes sanciones impuestas por el bloqueo estadounidense. Esto ha creado una paradoja evidente. Mientras que Estados Unidos podría facilitar la integración de Cuba en el sistema capitalista mundial, “es muy difícil que Joe Biden pueda alterar la política o suavizar el bloqueo”.

El aspecto ideológico es fundamental para entender esta coyuntura. Desde 1959, Fidel Castro y sus seguidores encendieron la llama de la revolución social, y el bloqueo trató de apagar ese fuego para que otros países no siguiesen el ejemplo de Cuba.

No se trataba únicamente de empobrecer a Cuba, sino también de deslegitimar las ideas de la Revolución Cubana.

Precisamente, la retórica incendiaria y la propaganda mediática que se ha producido en los últimos 60 años en Estados Unidos contra Cuba han creado una barrera ideológica que dificulta la cooperación entre ambos países.

Como dice Wilkinson, “la actual administración norteamericana no puede eliminar el bloqueo sin ser acusada por algunos sectores del país de ser pusilánime con el supuesto terrible régimen de Cuba”. En ese sentido, “la nación norteamericana está atrapada en su propia legislación”.

Tras analizar la Revolución Cubana de 1959 y las décadas posteriores en el contexto de la Guerra Fría, en esta tercera y última parte de su charla con The Prima, Stephen Wilkinson explora la actual situación geopolítica de Cuba, sus perspectivas para reformar el sistema económico, el rol de los jóvenes y las manifestaciones del pasado 11 de julio.

En su artículo A perfect impasse? Cuba’s move towards the market and the U.S. move towards Cuba?”, usted argumenta que la reforma económica de Cuba es el camino más conveniente para crear un régimen democrático. ¿Es factible este proceso en el contexto del bloqueo?

Si Cuba quiere desarrollarse económicamente, necesita una muy alta inversión extranjera. Sin embargo, este crecimiento se llevará a cabo de manera muy lenta, porque el embargo estadounidense impide que este proceso sea más rápido. Mientras no se elimine el bloqueo estadounidense, Cuba no podrá desarrollarse.

Por otra parte, sin prosperidad económica es casi imposible que se modifique el sistema político en Cuba. Para sobrevivir, es necesario mantener el sistema de partido único. Cuba no puede permitirse el lujo de tener una oposición política, ya que de lo contrario perderá los beneficios actuales.

Por lo tanto, Estados Unidos tiene que quitar el embargo para crear riqueza en la isla. Obama trató de hacerlo y parecía que podría funcionar, pero llegó Trump y revirtió esta política. Si existe una verdadera intención de liberalizar a Cuba, el bloqueo ha de ser eliminado.

¿Cuál es la posición de la gente en Cuba respecto a perder su identidad socialista y abrazar el sistema de libre mercado?

La mayoría de los cubanos prefieren permanecer en la situación actual, ya que no quieren renunciar a su sistema sanitario y educativo. Incluso si quisieran tener más libertad en términos de derechos civiles y políticos, eso crearía una situación que podría llevar al colapso al sistema de bienestar.

Porque si la idea de liberalizar la economía conlleva que Cuba se convierta en una sociedad como lo era antes de 1959, hay que entender que en esa época no había un sistema sanitario universal ni educación gratuita. Además, la esperanza de vida era de 57 años, frente a los 78 actuales. La cuestión es qué precio estarían dispuestos a pagar los cubanos a cambio de crear una democracia liberal.

¿Existe algún indicio de que se vaya a eliminar el bloqueo?

Los dirigentes y los medios de comunicación del país llevan mucho tiempo utilizando la retórica de los Derechos Humanos y la falta libertad para atacar a China, Cuba y al comunismo.

Por ello, la actual administración norteamericana no puede eliminar el bloqueo sin ser acusada por algunos sectores del país, sobre todo aquellos de derechas, de ser pusilánime con el supuesto terrible régimen de Cuba. En ese clima es muy difícil que Biden pueda alterar la política o suavizar el bloqueo. Es decir, la nación norteamericana está atrapada en su propia legislación.

¿Cómo es la situación económica en Cuba?

Cuba tiene un sistema de salud universal y un sistema educativo gratuito para toda la población, pero el estilo de vida de la gente es muy pobre. El nivel de consumo es bajo y no hay acceso a productos básicos o de lujo. La vida es difícil para la gente y la mayoría no tiene ingresos disponibles.

Los jóvenes están creciendo en una sociedad en la que no hay demasiadas perspectivas y, al mismo tiempo, saben que hay personas en otros lugares con acceso a más oportunidades, especialmente en Estados Unidos. Estos jóvenes cubanos quieren experimentar el estilo de vida de otros países.

Muchos de ellos emigran y, cuando consiguen un trabajo, envían dinero para ayudar a sus familias en Cuba. Hay alrededor de 2.5 millones de cubanos viviendo en el extranjero, la mayoría de ellos en Estados Unidos y establecidos en Florida.

Debido a la enemistad del gobierno estadounidense hacia Cuba, estos emigrantes obtienen beneficios y pueden ayudar a sus familias que viven en la isla. Esta dependencia se ha ido desarrollando a lo largo de los años.

Intentar comprender la realidad de Cuba a través de los medios de comunicación conlleva enfrentar demasiadas contradicciones. Mientras que sus partidarios destacan la solidaridad internacional del país latinoamericano, incluyendo el envío de profesionales sanitarios a 40 países durante la pandemia, los detractores de Cuba apuntan a las manifestaciones del último verano. ¿Qué relievancia tuvieron estas protestas para comprender la situación social y política de Cuba?

Las manifestaciones del 11 de julio no fueron lo suficientemente numerosas y no van a cambiar el sistema. Cuando se demostró que Estados Unidos planeó las protestas, la gran mayoría de los cubanos se volvió en contra de estos movimientos.

Como Estados Unidos siempre ha intentado imponer su voluntad en la isla, el pueblo cubano resistirá, sufrirá la pobreza y las penurias antes que rendirse a los norteamericanos. Esto forma parte del legado de la Revolución Cubana y de su carácter nacionalista.

Al mismo tiempo, las personas que muestran mayor disposición a lograr un cambio político en Cuba, como la eliminación del comunismo y el establecimiento de un sistema democrático multipartidista, no viven en la isla.

Para que se produzca un cambio político en Cuba se necesita prosperidad económica. Si esto ocurre, los emigrantes cubanos que ahora viven en Estados Unidos quizá decidan volver a su país y crear una oposición civil al Partido Comunista.

(Traducido por Juanjo Andrés Cuervo) – Fotos: Pixabay

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