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Oculto a la vista de todos

Para muchas personas, es difícil dejar pasar 24 horas sin enviar o recibir un correo electrónico, utilizar algún tipo de red social o gestionar las finanzas y otros asuntos en línea. Detrás de la seductora comodidad de todo esto hay centros de datos que almacenan el texto, las imágenes y la información.

 

Milchbuck. «Data Centers». Book page: 123-124. Copyright: Andrea Helbling.

Sean Sheehan

 

Estos centros procesan y almacenan datos a través de numerosos servidores en red y participan, por ejemplo, en la ruta que sigue un mensaje de texto de un smartphone a otro. Existen y la mayoría no son de alto secreto, pero sabemos muy poco de ellos. Están ocultos a la vista de todos.

La portada de «Data centers: edges of a wired nation» (Centros de datos: los bordes de una nación conectada) es muy apropiada para el tema del libro.

La inmensa mayoría de los centros de datos no se encuentran en búnkeres bajo tierra, pero sí suelen estar ocultos a la vista. No se nos anima a interesarnos por dónde existen, por su aspecto o por lo que ocurre en su interior. Son lugares tranquilos y estériles, casi siempre discretos y casi siempre deshabitados.

Las fotografías de «Data centers» captan la extrañeza de sus interiores: multitud de cables de fibra óptica y cableado, armarios y espacios vacíos que funcionan juntos y enmascaran la complejidad y precisión de su funcionamiento.

Lugano. «Data Centers». Book page: 51. Copyright: Andrea Helbling.

Los centros de cálculo de los años 70 se basaban en el papel, las máquinas de escribir de consola, las tarjetas perforadas y similares. La década siguiente trajo el término «tecnología de la información» y ahora vivimos rodeados de centros de datos de aspecto anónimo con servicios de alta seguridad.

China se ha convertido en un importante productor de cableado de fibra óptica, lo que justifica un capítulo del libro sobre el enredo de ese país con las infraestructuras digitales en Europa.

La vigilancia digital, el reconocimiento facial y los avances en IA dependen en última instancia de los centros de datos que tan poco conocemos. Este libro se adentra en sus puertas cerradas y, aunque se centra en Suiza, lo que presenta y discute es de interés general.

Suiza es el tercer país más atractivo para los centros de datos, después de Islandia y Noruega, y el Reino Unido ocupa el noveno lugar.

Se calcula que para el año 2025 el volumen de datos en Europa -que ahora se mide en petabytes (1.000 terabytes; uno de ellos es 1.000 gigabytes)- aumentará anualmente en un 25%.

Se necesitan cantidades considerables de energía eléctrica para mantener, asegurar y supervisar la refrigeración, que es fundamental para su eficacia. La cuestión de lo «limpios» que son los centros de datos depende de la cantidad de energía que proviene de los combustibles fósiles.

 

Cable drums with so called loose tubes. «Data-Centers». Book page: 272. Copyright: Marc Latzel.

Los centros de datos son no-lugares, espacios opacos desprovistos de relaciones sociales y protegidos de la vista del público. Teniendo en cuenta que desempeñan un papel de vital importancia en nuestras vidas, la falta de preocupación del público por su existencia y su falta de transparencia es preocupante.

«Data centers» es uno de los pocos libros que analiza su creación, mantenimiento y regulación.

«Data centers: edges of a wired nation», editado por Monika Dommann, Hannes Rickli y Max Stadler, está publicado por Lars Muller Publishers.

(Traducido por Mónica del Pilar Uribe Marín) – Fotos suministradas por la editorial

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