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Londres agonizante

La gente joven, que es fundamental para la prosperidad de cualquier ciudad, se está marchando de Londres. Los precios de las propiedades, los alquileres y las ventas aumentan de forma tan astronómica, que sólo los súper ricos son capaces de vivir allí.

 

Steve Latham

 

La gentrificacióna menudo valoriza en demasía a la gente de las zonas céntricas de las ciudades. Y ahora el centro de Londres está siendo bastante gentrificado, convirtiéndose en una colonia de inmigrantes adinerados.

Los pobres de las áreas urbanas siempre son los primeros desplazados en una guerra de clases característica de la regeneración urbana. Ahora se ven forzados a irse a barrios a las afueras para permitirse un lugar donde vivir. Previos baluartes de la clase trabajadora blanca y del racista Partido Nacional Británico, Dagenham y Barking, se han poblado de colonizadores africanos y asiáticos.

Trabajadores del sector servicios, enfermería, limpieza, cuidado infantil, a menudo se enfrentan a coger el autobús más de una vez para llegar al trabajo.

Consecuentemente, el tono de piel que se aprecia en los autobuses es más oscuro en oposición al que se percibe en los viajes en tren y en metro que son más caros.

Pero el joven creativo también se está marchando. Áreas como Shoredicth y Dalston se convirtieron en lugares para la colonización en masa de los hipsters: empleados de industrias creativas y de compañías de tecnologías de la información y de la comunicación.

Alquilando habitaciones en pisos compartidos, inspiraron una serie de cafés, pubs, clubes y locales que satisfacían sus gustos eclécticos.

La afluencia ha transformado lugares como Brick Lane. Los restaurantes bangladesíes siguen allí pero por el norte de la zona se han reemplazado por coffee shops con mesas y sillas precarias.

Sin embargo dicha zona también ha atraído a las clases no creativas. Y es por eso que muchos de los antiguos patrocinadores hipsters han comenzado a buscar su ambiente por otros lugares.

Hasta tal punto que es simplemente esnobismo, ya que el vecindario pierde su aire exclusivo y atrae más a los “barriobajeros”.

Pero los alquileres han subido ya que la demanda ha aumentado. Y por lo tanto los jóvenes buscan un lugar más lejos para vivir; aunque no demasiado lejos de sus sitios de ocio pero si más económico.

Como Walthamstow, aun en las líneas de metro y trenes. Las casas y los pisos están al alcance de algunos, que buscan esa transición de estar soltero, a vivir en pareja, a finalmente formar una familia. Pero para algunos esto no es suficiente. El éxodo de Londres ha comenzado. Y arrancará el corazón de la ciudad.

Los jóvenes han comenzado a instalarse en otros lugares. Buscando la atmosfera urbana, la creatividad y los cafés con leche o lattes más lejos.

En la costa sureste, en Southend, Hastings y Margate por ejemplo, han emergido pequeñas colonias creativas, desde donde es fácil llegar a Londres si quieres pasar un día, pero con mucho más espacio.

Las ciudades a las afueras de Londres también atraen a los londinenses insatisfechos. Bristol y Birmingham son ciudades que suelen considerarse caras para los residentes a largo plazo pero magníficamente baratas para los inmigrantes metropolitanos que llegan últimamente.

Algunos de ellos se criaron en la capital pero muchos de ellos son recientes graduados atraídos por la emoción de sus primeros trabajos, dándose cuenta del coste del estilo de vida del capuchino. La crueldad de la condición urbana es atractiva durante un periodo de tiempo pero éste no dura demasiado. Así que abandonan la metrópolis para encontrar alojamientos más cómodos. Sin embargo, para Londres, lo que inicialmente era encantador en ciertos vecindarios ahora ya no existe. El efecto es arrancar las entrañas a medida que la vida se exprime.

(Translated by Paula Pagán – Email: paula.pagan.soriano@gmail.com) – Fotos: Pixabay

 

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