Los grupos criminales mexicanos han encontrado un nuevo mecanismo para engrosar sus filas de jóvenes vulnerables: llegar a ellos por medio de videojuegos.
Cartel de Jalisco / Por Chris Dalby
El 11 de octubre, las autoridades del estado de Oaxaca, sur del país, anunciaron el rescate de tres menores de entre 11 y 14 años. Al parecer, una red de trata de personas los convenció de huir de sus casas, luego de ser contactados a través del videojuego Free Fire.
Los tres fueron encontrados en una casa de la localidad de Santa Lucía de Camino. Allí los tenían retenidos y se aprestaban para enviarlos a Monterrey, en el estado de Nuevo León, norte del país. Los menores habían salido de sus casas un par de días antes, luego de recibir mensajes de un traficante que se hacía pasar por un menor de 13 años en el juego.
Así mismo, a comienzos de octubre, una joven fue rescatada después de haber sido atraída con engaños por un grupo de trata de personas en el estado de Jalisco, oeste de México.
Este no es con mucho el esquema más sofisticado de su clase, que se descubre este año en México. En septiembre, el periodista investigativo mexicano Óscar Balderas, reveló cómo uno de los actores criminales más prominentes del país tratan de reclutar a niños mediante los videojuegos más populares del mundo.
El 18 de septiembre, un adolescente que jugaba Grand Theft Auto V en línea a las 3 a.m. recibió un mensaje de un “gamer”, que decía ser un joven, con una foto de perfil en la que se mostraba llevando un chaleco antibalas y un casco militar.
Lo invitaron a un evento dentro del juego llamado “Reclutamiento abierto CDN-ZETAZ vieja escuela-35 Batallón”. El Cartel del Noreste (CDN) y los Zetas Vieja Escuela son facciones disidentes de los Zetas, que han protagonizado algunos de los episodios de violencia más sanguinarios de los últimos años en México.
Esto sigue un patrón denunciado por numerosos jóvenes gamers en México durante los últimos meses. Según Balderas, los mensajes se envían en las primeras horas de la mañana, cuando es improbable que los padres estén supervisando la actividad de sus hijos en línea, invitan abiertamente a los jóvenes gamers a unirse a grupos criminales y lo presentan como un estilo de vida sofisticado. Algunos mensajes afirmaban que eran enviados por el Cartel de Sinaloa o por el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
En entrevista con InSight Crime, Balderas declaró que después de contactar a los jóvenes en la red, los representantes de las organizaciones criminales los invitan a encuentros en persona, donde los secuestran y los obligan a unirse.
Y la táctica parece cada vez más común. Desde que se conoció la historia en septiembre, una diez familias se han acercado al periodista a relatarle experiencias similares de reclutamiento en línea.
El abuso de numerosos niños y adolescentes por parte de grupos criminales en México es cosa de rutina; los obligan a trabajar en diversos roles, desde sicariato, hasta trasiego de estupefacientes o apoyo en instalaciones de procesamiento de narcóticos.
Análisis de InSight Crime
Llegar a adolescentes impresionables mediante videojuegos es apropiado para este tiempo.
“Puede parecer una forma muy ineficiente de conseguir uno o más sicarios, pero es una forma discreta de reclutamiento. Si fueran y secuestraran a niños o adolescentes en persona, llamarían la atención. Pero esta es una forma de invitar a los adolescentes a acercarse por su propia voluntad, de ganar su lealtad”, le explicó Balderas a InSight Crime.
Es una estrategia de muy bajo riesgo. Parece que los reclutadores crean perfiles localizados en ciudades mexicanas y envían invitaciones a todos los jugadores que se encuentran conectados en cierto radio. Es probable que la gran mayoría ignore esos mensajes, por considerarlos spam, pero unos cuantos jugadores movidos por la curiosidad aceptarán y harán contacto.
Los contactados de esta manera dicen que los reclutadores apelan a su deseo de aventura, y les prometen emoción, acción, dinero y posesiones.
Los grupos terroristas islámicos han usado esta técnica durante años, lo que se sabe por las filtraciones de un antiguo agente de la Agencia de Seguridad Nacional (National Security Agency, NSA) en 2013, en las que se revela cómo los extremistas recurrieron a juegos de video, como World of Warcraft y Second Life.
Y la pandemia de COVID-19 no ha hecho más que aumentar el atractivo de esta estrategia. Con el cierre de las escuelas, los menores se han visto obligados a estudiar en línea, pero el acceso a las plataformas educativas y el monitoreo que hacen padres y maestros de sus actividades es bastante variable.
También en septiembre, una investigación del Wall Street Journal reveló cómo los directivos de Facebook estaban al tanto de que el CJNG estaba reclutando a “aspirantes a ser sicarios del cartel” por medio de esa red social.
Pese a las advertencias de un equipo especializado, las páginas que promovían el CJNG en Facebook e Instagram se mantuvieron activas hasta por cinco meses. Cuando las cerraban, aparecían otras nuevas.
Sus esfuerzos no han valido de mucho. Una búsqueda en Instagram, el día antes de la publicación de este artículo, arrojó de inmediato múltiples cuentas que exhibían a niños portando armas, usando indumentaria militar o cantando las hazañas de los grupos criminales en México.
(Artículo publicado en InSight Crime) – Licencia Creative Commons