Derechos Humanos, Globo, Reino Unido

Octubre 8: Cadena humana para salvar a Asssange

Una cadena humana rodeando el Parlamento británico es el acto simbólico de un grupo de defensores del fundador de Wikileaks. Buscan mostrar cómo miles de personas le rodean y exigen que no sea extraditado a Estados Unidos. Saben que callar a Assange significa callar la libertad de expresión, amedrentar a los periodistas, sepultar la verdad.

 

Monica del Pilar Uribe Marin

 

El llamado es una invitación a sumar eslabones a esa cadena del próximo 8 de octubre  y que sean 5.000 voces protestando en apoyo de Assange y de la prensa libre.

Según lo planeado, la cadena irá desde la fachada del Parlamento sobre el puente de Westminster, a lo largo de la orilla sur del Támesis y de vuelta sobre el puente de Lambeth.

Para lograr una amplia convocatoria y compromiso, la campaña Don’t Extradite Assange ha planteado un modelo de resolución para que sea adoptado por organizaciones, grupos y otros.

Dicho modelo llama la atención sobre el encarcelamiento de Assange en la prisión de alta seguridad de Belmarsh, el intento del gobierno estadounidense de extraditar a Assange por revelar la verdad sobre las guerras de Irak y Afganistán, y sobre la bahía de Guantánamo, y el intento del gobierno estadounidense de utilizar la ley de espionaje de 1917 para, en caso de ser condenado, condenar a Assange a una pena de 175 años de cárcel.

Además cree que una prensa libre es esencial para el buen funcionamiento de una sociedad democrática, que Assange reveló material que era totalmente de interés público, que no debe ser extraditado a EE.UU. y que los cargos contra él deben ser retirados.

Detener una injusticia

El caso de Assange lleva varios años y ha evolucionado de una forma que ha puesto en peligro su vida. La misma Stella Assange ha dicho: “Julian está luchando por su vida – su vida depende de que no sea extraditado a los Estados Unidos. Este es un caso político, puede ser detenido aquí y debe ser detenido aquí.”

La injusticia contra el prisionero de Belmarsh numero A9379AY no comenzó en esta prisión de alta seguridad situada al sureste de Londres. Comenzó años atrás, en 2012 cuando buscó asilo en la Embajada de Ecuador de Londres. Fue su única opción para evitar una persecución política y judicial que empezó a cernirse sobre él por haber publicado miles de archivos secretos del gobierno de Estados Unidos y haber expuesto sus horrores en las guerras de Afganistán e Irak.

Desde entonces, Estados Unidos lo puso en su mira. Quiere atraparle, juzgarle y condenarle en su territorio por espionaje. Sí, en su territorio así Assange no sea estadounidense, así sea un periodista que tiene el derecho a reservarse sus fuentes y a difundir información cuando descubre que otros están poniendo en riesgo la vida de poblaciones. Y el gobierno del Reino Unido ha sido su mano derecha en esta persecución y criminalización de Assange.

La infamia

Julian Assange. Imagen de LaMoe79/ Flickr.  Creative Commons License.

A estos gobiernos, y a otros, no les ha importado haber sometido durante 10  años de injusticia y tortura al fundador de Wikileaks, porque desde que entró a la embajada de Ecuador sus libertades empezaron a perderse, incluso la de contemplar el día en toda su expresión.

Desde entonces ha sido espiado, estigmatizado, calumniado, sometido al escarnio público, perseguido e incluso, hecho de objeto de asesinato. Y lo peor, le han pedido en extradición para condenarle hasta 175 años de cárcel.

El derecho a  saber la verdad y de que la gente sepa lo que hacen sus gobiernos, resultó a los ojos de los poderosos gobiernos, tan reprochable como el de querer informarla.

En esta infamia, en esta injusticia, no solo han tenido que ver los gobiernos, también lo ha hecho la misma prensa o sectores de la sociedad que se empeñan en llamarlo culpable por revelar la verdad o que se niegan a defenderlo.

Las diferentes instancias judiciales lo han ido acercando a su muerte, la prensa -que le ha hecho más un juicio a su personalidad que a la verdad de los hechos- ha puesto su buena cuota de desinformación y manipulación, y el patriotismo de muchos les ha impedido ver la tragedia de Julián Assange.

A ninguno de ellos les importa que sea extraditado a Estados Unidos, donde la vida del periodista habrá llegado a su final. Estados Unidos lo quiere muerto, pero antes le quieren ver sufrir, llevarlo a todos sus límites emocionales y físicos. Y quieren hundirlo, denostarlo, hurtarle toda dignad y credibilidad.

Lo que ha detenido y postergado el fin de Assange ha sido una pelea furiosa adelantada por quienes, desde diferentes geografías, creen en su inocencia. Un movimiento por su vida y su libertad que empezó a forjarse hace una década y que con los años se ha fortalecido, aunque a veces toda esperanza parece perdida.

Carrera contra el tiempo

El 17 de junio de este año la que entonces fuera Ministra del Interior, Priti Patel, aprobó la orden de extradición de Julian Assange a Estados Unidos. Un par de meses después, el 26 de agosto, Assange “presentó  su apelación ante el Tribunal Administrativo del Tribunal Superior de Justicia”. Los demandados fueron el Gobierno de los Estados Unidos y la entonces Secretaria de Estado del Ministerio del Interior, Priti Patel.

La apelación contiene “los argumentos con los que Assange pretende impugnar la decisión de la jueza de distrito Vanessa Baraitser del 4 de enero de 2021, e introduce nuevas e importantes pruebas que se han desarrollado desde esa decisión.”

Si la apelación no tiene éxito Julian será extraditado y eso podría ocurrir este año. Por eso esta carrera contra el tiempo que adelantan personalidades, ciudadanos comunes y organizaciones de base y grupos de todos los sectores sociales y de todos los países.

Julian Assange. OperationPaperStorm / Flickr. Creative Commons License.

Hoy más que nunca urge hacer crecer esa voz que exige que el fundador de Wikileaks sea liberado inmediatamente, que se haga justicia, que se respete la libertad de prensa. Cientos, miles de acciones y campañas en el mundo se proponen que así sea. Y una de ellas es la de este domingo en Londres: el evento Free Assange human chain- Surround Parliament

Fecha y hora: 1 pm. Sábado 8 de octubre. Lugar: Parliament Square, Londres, SW1A 0AA. Organizador: Don’t Extradite Assange. Más información: Free Assange Human Chain Oct. 8.

(Fotos: Pixabay)

 

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