Fue un año en el que los resultados de los comicios intermedios revelaron la creciente polarización en torno a los dos bandos políticos más importantes del país, y en el cual se pusieron de relieve las alarmantes contradicciones que desde algún tiempo coexisten en la sociedad estadounidense.
Ivette Fernández
Cuando en enero de 2021 Joe Biden llegó a la Casa Blanca, numerosos analistas vaticinaron que su entendimiento con el Congreso de Estados Unidos duraría solo hasta las elecciones de medio mandato al año siguiente.
Cuando Joe Biden se posesionó como presidente, los vientos le eran favorables pues el partido demócrata mantuvo la mayoría en la Cámara de Representantes en los comicios de 2020, y logró ganar la supremacía en el Senado por primera vez desde 2012. No obstante, según las tendencias históricas de los últimos tiempos, al menos una de las dos cámaras de la legislatura bicameral suele estar en contra del mandatario en algún momento de su administración y, con Biden no había indicios de que las cosas serían diferentes.
En los sufragios de mitad de periodo –que terminaron en una especie de referéndum al presidente de turno- los norteamericanos tuvieron la posibilidad de expresar qué tan bien o mal se había desempeñado Biden hasta 2022.
Su primer gran obstáculo fue la aguda caída de su popularidad tras retirar de manera desordenada las tropas estadounidenses de Afganistán.
Su nivel de aprobación se hundió por debajo del 50% a mediados de 2021 y siguió cayendo hasta alcanzar poco más de un 30% en el primer cuatrimestre de 2022.
A ello se sumó el crecimiento de los índices de precios al consumo en el país que, en julio de este año, subieron a su mayor nivel en cuatro décadas con el 9,1%.
Sumado a eso, los detractores políticos de Biden relacionaban el incremento de la llegada de migrantes en la frontera sur con aumento de la criminalidad en la nación y el crecimiento de la violencia.
Con semejante panorama, todo parecía indicar que en noviembre de este año se confirmaría la tendencia histórica de un resultado muy desfavorable para el gobernante.
Sin embargo, otros factores entraron en juego y, a la postre, el Partido Demócrata mantuvo el Senado y perdió por muy pocos escaños la supremacía en la Cámara de Representantes.
Aborto y democracia
El Tribunal Supremo, de mayoría conservadora, derogó las protecciones federales a la interrupción voluntaria del embarazo y provocó el enojo de buena parte de las mujeres de la nación.
Con eso hizo campaña entonces el bando demócrata, que prometió defender la práctica del procedimiento a toda costa,
Otro polémico tema fue la defensa de la democracia, después de que una turba intentara detener, el 6 de enero de2021 en el mismo Capitolio, la certificación de la victoria del presidente legítimamente electo.
Además, el incremento de la violencia política, nacida fundamentalmente de los sectores de extrema derecha, matizó igualmente el escenario y pudo contribuir a que la balanza se inclinara menos hacia los conservadores, acorde con analistas.
Un repaso del resultado de las elecciones, sin embargo, muestra cuánto ayudó a la administración actual la intervención de Trump en carreras políticas claves.
Pese a tener un gran número de seguidores, Trump estuvo lejos de tener poder porque muchas de sus apuestas de más alto perfil se perdieron, como el candidato a senador Mehmet Oz en Pensilvania, o la aspirante a gobernadora Kari Lake y el pretendiente a la Cámara Alta, Blake Masters, ambos por Arizona. Concluyeron entonces los expertos que Biden sacó ventaja del desfavorable saldo de Trump, cuya intromisión devino en una mala influencia sobre la dirección y la marca del Partido Republicano.
Algo hizo el mandatario no obstante a fin de ganar votos y puede mencionarse aquí el plan para aliviar las deudas causadas por los préstamos estudiantiles y la Ley para la Reducción de la Inflación, que entrará en vigor a partir de 2023.
Tras el 8 de noviembre los demócratas lograron conservar el Senado, mientras que de los 435 asientos de la Cámara de Representantes pasaron a los republicanos, 222, dejando a sus contrarios 213, nueve menos de los que tenían cuando entraron en la disputa.
Con la Cámara Baja controlada por los conservadores, los dos años que le restan al actual mandato de Joe Biden no estarán exentos de obstáculos.
Además de cuestionar las disposiciones ya tomadas por la administración, esa instancia legislativa buscará implementar una agenda propia, en este caso un plan al que titularon Compromiso con Estados Unidos.
La estrategia busca rebajar el gasto público para disminuir la inflación -sin especificar las vías-, detener a más inmigrantes en la frontera sur, aumentar la libertad de los padres para elegir escuela y mantener las políticas que restringen el aborto, según divulgaron. No obstante, el mayor riesgo enfrentado por los liberales es la posibilidad de que sus oponentes intenten enjuiciar políticamente al secretario de Seguridad Nacional Alejandro Mayorkas, al fiscal general Merrick Garland, e incluso al propio mandatario, como algunos de los miembros del Congreso sugirieron que harían.
Tras estas últimas elecciones, en las que Trump resultó perdedor y Biden no ganó, el éxito más rotundo se la atribuyen los expertos al gobernador de Florida, Ron DeSantis, ahora mismo, según los entendidos, el rival más serio de Trump entre los conservadores, si ambos deciden entrar en la carrera presidencial de 2024. PL
(Fotos: Pixabay)