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¡La esperanza de vida no es una mercancía!

Con este ingenioso grafitti se expresaba visualmente toda la filosofía subyacente a la multitudinaria manifestación contra la Reforma del Sistema de Pensiones desplegada este 19 de enero en París sobre un asfalto que oculta todavía los adoquines de un no muy lejano Mayo francés.

 

Protestas en Paris. Foto de Jeanne Menjoulet / Flickr. Creative Commons License.

Miguel Angel Ferrís 

 

La mirada de estupor y preocupación de los miles de jubilados que, fuera de los cortejos oficiales de los sindicatos, se arremolinan en los márgenes para contemplar la sonada respuesta, contrasta con la animación y el griterio de decenas de miles de jóvenes que al son de canciones y ritmos reivindicativos se enfrentan a un futuro que no les deja mucho motivo para la esperanza.

Como si de un retrato sociológico se tratara, el recorrido desde la cabecera hasta la cola de la larga marcha nos vislumbra las distintas claves de los sectores de población que exteriorizan “la grogne” (descontento) contra el gobierno neoliberal de Macron y los proyectos por éste anunciados para los próximos años.

En general, junto a los trabajadores sindicalizados, que representan las generaciones que tuvieron todavía un cierto nivel de estabilidad laboral y protección social, se multiplican los que se hacen llamar “el nuevo precariato”, a quienes ahora se les condena a alargar su vida laboral hasta los 64 años en función del cálculo de la expectativa de vida actual, como se ha impuesto en países como España o Italia. A la vez se les obligaría a trabajar 43 años para alcanzar su pensión al completo.

Las respuestas más generalizadas, además de la ira contra Macron y la primera ministra Elisabeth Borne, se concentran en los inmorales beneficios de las grandes empresas y multinacionales, la necesidad de aumentar las tasas a los ricos y en un reparto más igualitario de rentas y subida real de los salarios que permitan vivir sin rozar los umbrales de la pobreza a buena parte de las clases populares.

Los medios mainstream, controlados en Francia al 90% por grandes grupos empresariales, bancos y fondos de inversión nacionales y extranjeros, vomitan a la vez su consabido discurso de la supuesta legitimidad de la Reforma de las Pensiones, basándose en el hecho de que el programa electoral de Macron ya avisaba de su puesta en marcha.

Lo que no se dice es que de esos 58’5% de votos que obtuvo el líder de la REM en la segunda vuelta de las Presidenciales una gran mayoría en realidad eran contra la candidatura de la ultraderecha (Macron y su partido sólo tuvieron un 28% de apoyos), siendo que la NUPES obtuvo un 25’6% en las Legislativas. Por lo tanto, si tanto las izquierdas como el partido de Marine Le Pen están decididamente en contra de la Reforma, los votos a favor de su aprobación han sido claramente minoritarios.

El nivel de respuesta obtenido en esta jornada histórica con dos millones de manifestantes y una determinación a la resistencia que recuerda las luchas de otros tiempos, permite poner en duda el éxito de las pretensiones del gobierno, en realidad, derribar el último bastión galo frente al modelo europeo de recorte de las pensiones y los derechos sociales. Francia ha sido en muchas épocas de la Historia quien ha conseguido las más avanzadas conquistas para la ciudadanía universal. Emulando la conocida frase: “París bien vale una manifa”.

(Fotos: Pixabay)

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One Comment

  1. Un artículo muy interesante sobre la situación actual de las pensiones en Francia y sobre la manifestación del 19 de enero. Esperemos que esa resistencia del pueblo francés consiga frenar los recortes sociales y sirva para que haya un replanteamiento de esas políticas en toda Europa.

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