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La paradoja del poder superior

Un antiguo maestro y rabino enseñaba que tanto el amor obediente como sus mandatos no eran gravosos. De hecho, sus mandatos tenían exactamente el efecto contrario: ¡aligeraban las cargas de los más pesados!

 

Nigel Pocock

 

¿Cómo es posible? Para ello este rabino exigía obediencia absoluta y amor desinteresado (ágape) tanto hacia sí mismo como hacia los demás (philia, comunidad y relaciones). ¿Cómo es posible que la obediencia absoluta pueda aliviar las cargas, especialmente las cargas verdaderamente pesadas de la vida?

Esto depende de un compromiso inquebrantable, enseñaba el rabino, sin el cual la planta se marchita y muere. En su notable libro «Defining love», Thomas Jay Oord se refiere a la investigación (basada en narraciones) de personas comprometidas con el amor desinteresado.

¿Qué es lo que permite y facilita este amor, y su carácter moral? Oord cita los trabajos de los psicólogos del desarrollo Anne Colby y William Damon, según los cuales es un compromiso firme lo que facilita «la unión progresiva del yo y la moralidad… [llegan] a ver la moralidad y el yo inextricablemente entrelazados».

La obligación moral, la autoidentidad y la identidad moral están casi fusionadas. Más allá de esto, estas personas también creen en algo más grande y más allá de ellos mismos, algo por encima y más allá del yo.

En un programa actual de la BBC2 (Peregrinación por Portugal), siete peregrinos de hoy en día emprenden el camino a Fátima, una distancia de más de 300 km.

Todos tienen algún tipo de creencia más allá de sí mismos, y sólo uno es católico. Los demás son judíos, pentecostales, musulmanes. Excepto una, que dice no tener creencias más allá de sí misma. Pero admira y anhela la «pasión» de los demás. Todos tienen algo que ella no tiene. Esta pasión por algo «más grande» actúa claramente como un «aglutinante» que une todos los «sistemas de acción y reflexión» cognitivos y neurológicos, liberando así una vida construida de amor desinteresado.

Este enfoque narrativo, basado en historias, es obviamente menos preciso que los experimentos clínicos de laboratorio.

Pero es coherente con lo que se sabe sobre el desarrollo del cerebro y los patrones de conexiones neuronales que se establecen a lo largo de años de activación regular: esto es lo que hace que se desarrolle y se establezca el «carácter», tanto el bueno como el malo.

Esto también da sentido al llamamiento del rabino a la obediencia comprometida. Sólo así puede la moral convertirse en un «carácter» establecido. La paradoja reside en el hecho de que, a medida que surge un concepto moral más amplio que el propio yo, éste se vuelve cada vez menos importante y, al disminuir la preocupación por uno mismo, también disminuyen las cargas. Este rabino enseñó que su «yugo era fácil y su carga ligera», y en el compromiso con él, las cargas también se harían ligeras. Pero esto sólo es posible mediante un compromiso total.

¿Es ésta una forma de tiranía? Sí, si su estilo es el liderazgo abusivo. No, si el ideal es buscar el bien de los demás. De todos. Incluso de los enemigos. Porque enseñó que había venido como siervo, no para ser servido y hacer de la gente sus esclavos. Más bien se requería todo lo contrario.

Visión espectral de Kiyomori’s Spectral Vision. Imagen: Picryl. Creative Commons License. Kiyomori (1118-81) was the virtual ruler of Japan. Looking out of his palace, he sees all the trees and shrubs turned into skeletons and skulls―all the people he has killed. A commitment to evil and self-serving power may come back to haunt us―quite literally. For it is possible for the reverse to happen―the solidification of terrible evil, in the name of personal power.

Como enseñó una vez un discípulo posterior: «el amor no insiste en su propio camino», y que él «se dio a sí mismo como siervo». Como dijo el rabino: «Mis órdenes no son gravosas».

Esforcémonos por amar sin egoísmo, por comprometernos a servir a los demás en comunidad e invertir en las relaciones; ésta es verdaderamente la vida liberada, donde que la atención se centra menos en uno mismo y más en una moral altruista que es más grande y está fuera de nosotros. Esta es la paradoja del poder superior que vino a servir, no a ser servido. No a imponer cargas pesadas, sino a eliminarlas.

(Fotos: Pixabay)

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