Globo, Mundo, Reino Unido

Exiliados sudaneses: Parias en su propia tierra

Los combates causaron 3.7 millones de desplazados internos, muchos de los cuales hoy sobreviven en campos en Darfur (oeste), con una gran crisis humanitaria que hizo que más de 800.000 huyeran a países como Chad, Egipto, Etiopía y Sudán del Sur. Toda descripción de las tribulaciones que han tenido que vivir, constituye una muestra incompleta de la verdad.

 

Julio Morejón Tartabull

 

En el continente africano hay situaciones muy delicadas que no resisten la tensión, entre ellas, la de los refugiados.

Se calcula que unos 30 millones de esos ciudadanos, así como de desplazados internos y solicitantes de asilo viven en África, casi un tercio de la población con tales características en todo el mundo.

Para la ONU existen diferencias al catalogar quiénes están en cada una de esas tres modalidades, lo cual se vincula con el carácter de las acciones humanitarias previstas y con decisiones presupuestarias para auxiliarlos.

La región es la que acoge a más refugiados, unos ocho millones, según datos de ONU con cierre estadístico de 2022, es decir, sin incluir a los incorporados con ese estatus durante el conflicto sudanés desatado en abril pasado.

Esas son personas que permanecen fuera de su país por temor a persecución, conflicto, violencia generalizada u otros eventos que perturben con gravedad el orden público y requieren protección internacional, describe la organización.

Sudán

El conflicto armado en Sudán agrava la tragedia de los refugiados africanos, contienda que de persistir podría acumular un millón 100 mil personas en esa situación de desamparo, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Víctimas de agresiones terroristas, manipulaciones políticas inmorales, traficantes de personas y deterioro climático, más que cifras oficiales los refugiados son seres humanos desprotegidos, pese a muchos esfuerzos que se ejecutan para auxiliarlos.

Hasta hace poco tiempo los comportamientos de los flujos de desplazados y refugiados destacaban a Sudán como el país africano con mayores cifras de acogida. Había una razón: la guerra (2013-2018) en su vecino Sudán del Sur.

Sudán llegó a dar abrigo a 792 mil sursudaneses, cuya mitad huyó de la contienda bélica en el país vecino, pero ahora esa situación cambió con la guerra entre dos integrantes del aparato castrense: el Ejército y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF).

Las cifras emitidas recientemente por organizaciones no gubernamentales y dependencias de Naciones Unidas asentadas en Jartum, capital de Sudán, son inexactas, pues el conflicto que se intensifica a diario impide precisiones estadísticas exactas sobre refugiados.

Hoy Estados como Chad y República Centroafricana -principalmente el segundo-, son receptores de millares de desplazados de la lucha por el poder personificada por los generales Abdel Fatah al Burhan y Mohamed Handan Dagalo.

Si bien muchos ciudadanos pasaron a ser rehenes de esos intereses y ansias de comandar la autoridad, las consecuencias de la disputa se concretan con el desarraigo de millares de personas.

Nudos en la madeja

Las constantes rupturas de las treguas pactadas entre el Ejército y las RSF obstaculizan la asistencia humanitaria en el terreno, donde el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) informó que siete niños perecen o son heridos cada hora. Tal situación afecta mayormente a refugiados y desplazados, sin acceso al soporte de los socorristas, con gran incidencia en la población infantil y de adultos mayores, segmentos identificados como vulnerables.

La intensidad de los ataques y contraataques causaron solo entre abril y mayo pasado alrededor de 200.000 refugiados y otros 700.000 ciudadanos fueron clasificados como desplazados internos.

Muchos especialistas opinan que debe motivarse una acción política continental más efectiva para evitar males mayores.

Sin embargo ¿cuán lejos está el fin de la contienda y la amenaza a extenderse a otros países?

Estaes una interrogante difícil de responder y como muchas veces ocurre con la guerra, hay más especulaciones que apreciaciones certeras.

En más de una decena de ocasiones los contrincantes aceptaron negociar treguas que una y otra vez se rompieron por la embestida de alguno de ellos y así decirle adiós a supuestas aperturas de corredores de auxilio.

En la ciudad saudita de Jeda se entablaron “prometedoras” conversaciones facilitadas por las autoridades del reino, según certificaron medios de prensa, pero de ese manantial no fluyeron acuerdos.

Un pronóstico emitido en Ginebra (Suiza) por el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados indica la posibilidad de que de junio a noviembre el número de sudaneses en tal categoría ascienda trágicamente a 1’100.000.

Si actualmente la situación humanitaria en ese escenario amenaza con el descontrol, un crecimiento desmesurado como el previsto sería la mayor tragedia de África oriental causada por el hombre, evalúan organizaciones no gubernamentales.

Paródicos occidentales se refieren a la tercera guerra civil sudanesa, pero estudiosos lo definen como un conflicto de baja intensidad en que se disputan porciones de poder, mientras se esquiva el proceso de transición política actuante desde 2019. PL

(Fotos: Pixabay)

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