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Redes amor y odio, ¡sobre todo de odio!

La violencia motivada por los discursos de odio hacia grupos vulnerables prolifera en las redes sociales, pese al rechazo de muchas personas. Un vistazo rápido a la línea de tiempo de Twitter, por ejemplo, permite fácilmente identificar los mensajes de odio.

  

Mario Múñoz Lozano

  

El racismo, la xenofobia, el machismo, el rechazo a los pobres, las consignas neonazis se multiplican en la red de redes con consecuencias negativas reales en la vida y la salud de quienes pertenecen a esos colectivos, pero además promueve la exclusión, la intolerancia y pueden llevar a justificar la vulneración de sus derechos. Un aumento de ataques contra inmigrantes y otras minorías ha despertado nuevas preocupaciones acerca de la relación entre el discurso provocador por Internet y los hechos de violencia.

Según estudios, tales actitudes sobreviven en Internet por la impunidad con que viajan estos mensajes por las redes.

Entre las razones aparece la posición adoptada por propietarios de algunas de estas plataformas, que en ocasiones viran la cara ante las denuncias o se protegen, con el pretexto de la falta de mecanismos regulatorios ante los problemas de jurisdicción, regulación y anonimato típicos de las redes sociales.

Nueva adicción

La masiva popularidad de la comunicación en línea entre los adolescentes ha provocado reacciones encontradas.

Según especialistas, las mayores preocupaciones se han focalizado en el desarrollo de relaciones superficiales con extraños, en el riesgo de adicción y en el aumento de la probabilidad de ser víctima de ciberacoso.

Pero existen otros males como la asimilación y adopción de conductas, patrones de vida, modas y culturas ajenas, además del aislamiento social.

Estudios muestran que la depresión entre adolescentes y jóvenes se ha vuelto más común durante la última década. El uso de las redes sociales también ha aumentado durante el mismo tiempo.

Es difícil decir con seguridad que las redes sociales causan depresión. Sin embargo, hay varias maneras en las que el uso de las redes sociales podría perjudicar a los niños.

Una encuesta de mayo de 2017 por la Royal Society of Public Health, preguntó a jóvenes de 14 a 24 años de edad en Reino Unido, de qué manera las plataformas de las redes sociales tenían un impacto en su salud y bienestar.

Los resultados reflejaron que Snapchat, Facebook, Twitter e Instagram aumentaban los sentimientos de depresión, ansiedad, mala imagen corporal y soledad.

Para Catherine Steiner-Adair, psicóloga clínica y autora del libro “La gran desconexión”, “no hay duda de que los niños están perdiendo habilidades sociales muy importantes”, publicó el sitio web del Child Mind Institute (Instituto de la Mente Infantil), de Nueva York, Estados Unidos.

Especialistas advierten que cuando la amistad se desarrolla en línea y a través de textos, los niños establecen relaciones en un contexto que está despojado de muchos de los aspectos más personales y a veces intimidantes de la comunicación. El uso masivo de la red de redes por adolescentes y jóvenes lleva entonces, a una reflexión sobre los vínculos y a la necesidad de desarrollar un enfoque integrador, que permita visualizar tanto los riesgos como las oportunidades de esa nueva forma de comunicarse. PL

(Fotos: Pixabay)

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