El asesinato de JFK y la red clandestina de la OTAN. «El fiscal de Nueva Orleans Jim Garrison, que no se dejó engañar por la versión de los hechos ofrecida por la Comisión Warren, reabrió la investigación sobre la emboscada de Dallas de 1963 y descubrió una conspiración.»
Como explico al principio de mi libro, «Centro-Mondiale-Commerciale : The Italian undercover CIA and Mossad Station and the assassination of JFK», cuando en 1967 el fiscal de Nueva Orleans Jim Garrison, que no se dejó engañar por la versión de los hechos ofrecida por la Comisión Warren, reabrió la investigación sobre la emboscada de Dallas de 1963, descubrió una conspiración en la que estaba implicado un hombre de negocios vinculado a la extrema derecha: Clay Shaw.
Pero Garrison también descubrió que Shaw era miembro de una empresa en Italia, Centro Mondiale Commerciale, y que CMC era la rama italiana de Permindex, una multinacional muy enigmática y sospechosa.
Sin embargo, Jim Garrison sólo llegó a conocer una pequeñísima parte de la lista de nombres implicados en CMC. La noticia innovadora es que yo, en cambio, pude afortunadamente adquirir todos los papeles de la empresa Centro Mondiale Commerciale, y que analicé esos papeles en mi libro antes mencionado. Lo que surge es un número impresionante de aspectos nunca antes conocidos del asesinato, uno de los más intrigantes es sin duda la conexión entre CMC y la red anticomunista Stay-Behind de la CIA y la OTAN, ya que uno de los principales miembros de CMC era Giuseppe Pièche, como revelan mis documentos exclusivos.
El 7 de julio de 1960 se firmó en Roma un acuerdo de alianza entre la masonería estadounidense y la Grande Oriente, la comunidad italiana de masones de más alto nivel. En la ceremonia de la firma, dos hombres representaban a Italia: Antonio Trabucchi, miembro del gobierno italiano, y Publio Cortini, Gran Maestro de la Masonería italiana. Estados Unidos estuvo representado por el embajador James Zellerbach y por un tal Frank B. Gigliotti.
Aparentemente, el evento no tenía connotaciones misteriosas. Sin embargo, años más tarde quedó claro no sólo que Gigliotti era un agente extremadamente poderoso de la CIA, sino también que esta ceremonia tenía cláusulas secretas, la primera de las cuales era impedir que John Kennedy se convirtiera en POTUS. Pero para completar el argumento, debemos trasladarnos al 24 de enero de 2011, cuando Bruno Rozera fue entrevistado por L’Espresso, un conocido semanario italiano. Rozera era un alto miembro de la P2. P2 era una logia masónica italiana ultrasecreta no sólo profundamente conectada con la CMC, sino también con la guerra heterodoxa en la que se basa la red Stay-Behind. El quid de la cuestión es que Rozera revela en su entrevista que el organizador de la misión anti-JFK de Gigliotti en Italia era Giuseppe Pièche.
General eminente bajo Mussolini, Pièche, después de la Segunda Guerra Mundial, se convirtió en una figura igualmente eminente de la guerra heterodoxa contra el comunismo bajo los auspicios de la OTAN y de la CIA. De hecho, Pièche, con la plena complicidad del entonces ministro del Interior italiano, Scelba, creó y dirigió una entidad, ServizioAntincendi. Le ayudó en esta empresa un futuro miembro de la P2, Edgardo Sogno, quien, en los años 90, hizo varias declaraciones públicas en las que él mismo calificaba claramente este Antincendias de proyecto de la OTAN vinculado a la red Stay-Behind.
En efecto, a lo largo de los años surgieron pruebas que demostraban cómo Pièche, a través de los Antincendi, había llenado abusivamente archivos secretos sobre personas notables de los movimientos progresistas italianos -sindicatos, mundo del espectáculo, política, y que también había permitido y protegido a grupos neofascistas como el ArmataItaliana della Libertà (Ejército Italiano de la Libertad), el FronteAntibolscevico Italiano (Frente Antibolchevique Italiano) y el Movimento Sociale (Movimiento Social), un partido italiano ávidamente nostálgico de la época de Mussolini. Que la complicidad entreScelba y Pièche escondía objetivos anticomunistas ilegales lo confirman también dos documentos de la CIA de 1948.
Por si todo esto fuera poco, los papeles de la inteligencia italiana muestran una fuerte simbiosis entre los Anticendi y la GehlenOrganization; es decir, la red de espionaje de Alemania Occidental creada, con la voluntad de la CIA, a partir de las cenizas de la Fremde Heere Ost, antiguos espías del Oberkommando des Heeres, Mando Supremo del Ejército nazi. Y de hecho, tanto la FHO como la Organización Gehlen, más tarde rebautizada Bundesnachrichtendienst (BND), estaban dirigidas por el nazi Reinhard Gehlen, que fue jefe del BND hasta 1968. Es más, una formación de derechas profundamente vinculada a la OTAN y llamada Pace e Libertà (Paz y Libertad), creada y codirigida por Edgardo Sogno y el miembro de la CMC Giuseppe Pièche, fue financiada por el jefe de la CIA Allen Dulles, según reveló el propio Sogno.
Además, según ha sabido la Comisión Parlamentaria Italiana de Investigación sobre el P2, el mencionado pacto anti-JFK contenía otra cláusula secreta. La de levantar en Italia logias masónicas comandadas por la CIA y la OTAN. Una de ellas estaba en Roma. Se llamaba Colosseum, estaba fuertemente vinculada a la embajada de Estados Unidos en Roma dirigida por Zellerbach, y Rozera formaba parte de ella.
Por último, téngase en cuenta lo que se desprende al examinar las vidas del fascista Junio Borghese y del general Giovanni de Lorenzo, ambos padres de Gladio, rama italiana de la red Stay-Behind. No sólo estaban ambos fuertemente relacionados con gente de la CMC, sino también con actividades secretas contra JFK que continuaron y ampliaron el pacto anti-JFK de los Gigliotti. Pero más sobre esto en un próximo artículo.
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*Articulo publicado originalmente en Unity News.
(Traducido por The Prisma – The Multicultural Newspaper) – Fotos: Pixabay