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No hay que pedir perdón

«To 2040» de Jorie Graham, que da título a su último poemario, es una visión aterradora de lo que vendrá después del colapso ecológico al que nos aboca el actual orden económico.

 

Sean Sheehan

 

El sentido humano del paso del tiempo está en peligro, los minutos se vuelven indistinguibles unos de otros y, a medida que la división día/noche pierde su carácter distintivo, lo único que queda es el deseo de «hacer florecer de nuevo el día como un trozo de tiempo». Si esto suena apocalíptico, es porque lo es; más exactamente, los poemas se sitúan en el futuro, en un paisaje postapocalíptico donde no hay futuro porque las predicciones de un desastre ecológico han dado sus frutos muertos.

En poesía, que difiere de la prosa en el uso de las líneas, la división entre ellas importa mucho. El uso que Graham hace de la lineación es transformador, como en el primer poema de su nueva colección, en el que el comienzo de una pregunta, implícita en su título «Are We», se completa en la primera estrofa, donde engendra más preguntas:

SOMOS / Extintos aún. Quién posee / el mapa. Puedo / mirar.

El abandono de las sutilezas poéticas -la convención establece que los títulos se separen del poema propiamente dicho- resulta totalmente apropiado ante el colapso social y medioambiental. La prosodia, el patrón de acentuación y entonación del lenguaje, reclama una nueva voz, una nueva cadencia, en un mundo dislocado con una realidad temporal rota y una cartografía desconocida.

El poema, On the last day, habla de una «rara estrechez inefable» que queda fuera del cálculo – «por debajo de los números»-, un recordatorio del peligro que se mantiene oculto tras la máscara de los políticos y la industria que manipulan los datos para dar la impresión de que el cambio climático puede gestionarse sin cambios radicales.

También se refiere a la forma en que el lenguaje evita aceptar la verdad – «los alfabetos y sus colmenas, enjambres»-, mientras que otro poema, «Yo», se detiene en la mentira fácil y autoengañosa de que podemos mirar dentro de nosotros mismos y encontrar un yo verdadero:

Yo / Me conozco / me digo / a mí mismo / no puedo / extraviado

La introspección descubre a «alguien más ahí dentro» con «la voluntad en sus/ ojos desenfrenada como una vela / en el viento» – esa parte de nosotros mismos que no hace caso a las advertencias del colapso ecológico.

…Tú ahí detrás, ¿estás ahí detrás escuchándome?

soy audible ¿qué hago

hago para que esto

audible no te olvides de pedir cuando te llegue la hora de la presencia.

No pidas perdón…

La sintaxis y el escaso lirismo de Graham son una voz poética que se hace eco de la urgencia que anima Extinction Rebellion y le aporta una singular evocación de lo que ella llama, en I catch sight of the Now, «The roomlessness of your suddenly».

Se encuentra en una ducha y observa el vapor en el cristal: «el deslizamiento de siempre & para siempre», el paso de un momento irrecuperable que es «sólo el planeta / girando una y otra vez dentro y fuera de la / oscuridad que no es en sí misma realmente oscura / en absoluto».

«To 2040», de Jorrie Graham, ha sido publicado por Carcanet.

(Traducido por Caila Marquez)Fotos Pixabay

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