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No a la guerra económica contra Cuba

El 15 de marzo de 2024, simpatizantes de RATB protestaron frente a las oficinas de Mickael Behn, residente en Londres y responsable de informática de DCD Rights, por su demanda de 440 millones de dólares contra compañías de cruceros anteriormente implicadas en el turismo a Cuba.

 

Texto y fotos: RATB*

 

Tras presionar a políticos estadounidenses, tanto demócratas como republicanos, Behn convenció a un juez de distrito de Miami para que reconociera su derecho a las acciones de su abuelo en la denominada Havana Docks Company.

Esta empresa, con sede en Delaware, tenía un contrato de arrendamiento para explotar tres muelles en La Habana antes de la Revolución Cubana; dicho contrato expiró en 2004. La RATB pide a Mickael Behn que retire la demanda; ¡no a la guerra económica contra Cuba!

Qué alega la demanda y por qué es errónea

Tras la revolución del pueblo cubano, que derrocó al dictador Fulgencio Batista, apoyado por Estados Unidos, el puerto de La Habana fue una de las propiedades que pasaron a estar bajo el control de su Estado en 1960, para ser utilizadas en interés del pueblo cubano. Casi inmediatamente, el gobierno estadounidense expresó su determinación de paralizar a la recién independizada Cuba hasta la sumisión. Bloqueó explícitamente cualquier intento del Estado cubano de negociar acuerdos de compensación con empresas estadounidenses, como había hecho con antiguos propietarios de otros países.

La supuesta pérdida financiera de la familia Behn es culpa de la avaricia imperialista estadounidense; su campaña apunta a los logros del pueblo revolucionario de Cuba y apunta a sus vidas actuales. La demanda puso su punto de mira en cuatro compañías de cruceros, alegando que su uso de los muelles desde 2016 hasta 2019 sin pagar a la compañía de Behn ha acumulado cientos de millones de dólares en tasas impagadas.

La jueza estadounidense Beth Bloom dictaminó que una de estas empresas aparentemente había «traficado» con bienes expropiados, ignorando que la licencia de 1934 establece explícitamente que los bienes en cuestión habrían vuelto a ser propiedad del Estado cubano hace 20 años, 12 años antes de que los primeros cruceros atracaran en La Habana. La totalidad de esta reclamación se ha basado en la colaboración de las dos alas políticas de la clase dominante estadounidense en la ejecución del criminal bloqueo estadounidense de Cuba. Se trata de un ataque económico, ideológicamente motivado, contra la isla socialista caribeña frente a sus costas.

El caso de Behn, y los otros 40 casos que están siendo construidos por otras partes estadounidenses, surgieron después de que el Título III de la Ley Helms-Burton (1996) fuera activado por el presidente estadounidense Trump en 2017. La ley de 1996, firmada por el presidente Clinton y patrocinada por dos políticos republicanos, había dado a los tribunales estadounidenses un alcance extraterritorial sin precedentes para llevar a cabo lawfare contra las empresas que hacen negocios con Cuba. Esta ley provocó una legislación contraria por parte de la Unión Europea y Gran Bretaña para proteger sus intereses capitalistas de los tribunales nacionales estadounidenses. A pesar de estas leyes, los bancos y los políticos británicos no han mostrado ningún interés en enfrentarse a la flagrante guerra económica que está llevando a cabo Estados Unidos.

El interés personal de la familia Behn procedía de su bisabuelo, fundador de otro notorio especulador imperialista: International Telephone and Telegraph (ITT). Entre los negocios dudosos de esta multinacional figuraban inversiones, facilitadas por sobornos a Heinrich Himmler, en Focke-Wulf, el fabricante de aviones del Tercer Reich. El bisabuelo de Behn solicitó al gobierno estadounidense que le compensara por las pérdidas sufridas también en esta empresa nazi tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial. Más tarde, el abuelo de Behn regaló un teléfono de oro al dictador cubano Batista para ganarse su favor. Tras 1959 y el triunfo del pueblo cubano en su Revolución contra el opresivo régimen de Batista, la familia Behn se encontraba entre los capitalistas, estafadores, mafiosos, políticos corruptos y colaboradores militares que huyeron de la isla. Ahora, el amargado heredero de una fortuna de tintes nazis quiere traer de vuelta el amiguismo y la explotación capitalista pisándole los talones al imperialismo estadounidense.

El socialismo cubano frente al imperialismo

El daño potencial del caso de Behn es particularmente preocupante. El turismo siempre fue una industria importante para Cuba. Mientras se recupera, como el resto del mundo, de los efectos de la pandemia del Coronavirus y de la crisis económica, la reapertura a los turistas de todo el mundo se ha visto amenazada por la injusta demanda de Behn. La intervención en el sistema judicial estadounidense de agitadores anticubanos como Marco Rubio no fue casual: las fuerzas más reaccionarias dentro de EEUU presionan para que el Estado convierta el turismo en otra línea de ataque contra la soberanía cubana.

El estado socialista utiliza los ingresos del turismo – al menos el 50% de todos los hoteles y resorts están controlados por el estado cubano – para apoyar una provisión líder mundial en salud, vivienda y desarrollo, beneficiando a todos los cubanos.

La demanda de Behn es la mayor de este tipo desde la institución del Título III de la Ley Helms-Burton. Se suma a las amenazas contra el pueblo revolucionario de Cuba mientras resiste los efectos cada vez peores del genocida bloqueo estadounidense y la crisis global. Únete a Rock Around the Blockade para mostrar a Behn que la guerra económica no será aceptada – ¡rechaza los ataques imperialistas británicos y estadounidenses contra la Cuba socialista!

*RATB: Rock around the Blockade es una campaña británica en defensa de la Cuba socialista.

 

 

 

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