Globo, Migrantes, Multicultura, Reino Unido

Los retos de los latinos británicos

Cada generación afronta un reto diferente. Y esto es una verdad para los británicos hijos de latinos y que desean regresar al país de sus padres.

 

Ramón Lafée

 

El idioma, los papeles de residencia, adaptarse a una cultura diferente. Estas eran algunas de las dificultades que la anterior generación de inmigrantes latinoamericanos debía afrontar al llegar al Reino Unido.

Hoy día, sus hijos disfrutan del camino abierto forjado por sus progenitores, sin embargo ellos también afrontan otros desafíos, y más de uno desea hacer lo que sus padres hicieron… pero de regreso a Latinoamérica. Precisamente, con miras a saber como se ven en este país y como se plantean su futuro según la realidad de Inglaterra, The Prisma entrevistó a algunos miembros de la comunidad hispanoamericana de Londres, entre los 20 y los 30 años.

En términos generales, un 16% afirmó que no tenía planeado emigrar y deseaba seguir viviendo en el Reino Unido, pese a las dificultades.

El 60% expresó que sí tenía deseos de comenzar una nueva vida en el país origen de sus progenitores, y un 22% no manifestó no saber aun qué hacer al respecto.

Lo cierto es que, un factor de peso en las respuestas de los entrevistados, fue el país de origen de la familia.

Por ello, ese 16% tiene como países de origen naciones que todavía sufren problemas económicos y sociales (Venezuela, El Salvador, Bolivia y España por ejemplo).

En cambio, el 60% que desea regresar a la tierra de sus padres corresponde a países como Colombia, Costa Rica, Perú, Chile, Argentina y Brasil entre otros.

Se corrobora la ley universal: El desarrollo económico y social es fuente de atracción para los inmigrantes.

Esto es porque, aunque esa segunda generación tiene mayores facilidades, su futuro no está completamente en sus manos y la tendencia es seguir el devenir de sus padres: ir a otro continente en busca de un mejor porvenir, pero en una tierra y cultura que no será tan alienígena como lo fue ésta para sus progenitores.

Raúl, aquí y allá

Hijo de padres uruguayos se considera británico ante todo. Nacido en Londres ha vivido todos sus 21 años en la multicultural ciudad.

A pesar de crecer en un ambiente donde se hablaba español, lo habla con acento marcado y no de una manera perfecta, su vida se ha forjado en inglés y su contacto con la lengua de sus padres es casi nulo fuera del hogar. Su deseo es estudiar Filosofía en Cambridge, objetivo que requiere excelente calificaciones y, sobre todo, de un gran esfuerzo financiero para lograr alcanzar.

“Gracias a Dios tengo las notas necesarias para inscribirme en la universidad, pero el asunto del financiamiento de mis estudios es lo más preocupante para mí y mis padres” acota el joven. “La crisis ha afectado los planes de todos, inclusive mi futuro. Si lograse entrar en la universidad y terminar la carrera luego vendría el dilema de conseguir empleo.

«Sí hoy en día es complicado conseguir un trabajo en tu área, en cinco años será peor. No veo una mejora en la crisis que vivimos, y lo que está en juego es mi vida laboral. Mis padres lo lograron en su tiempo y hoy día trabajan en la industria farmacéutica. Ahora debo enfrentar ese mismo reto, un reto que se presenta de manera diferente pero es el mismo caso de salir adelante y sobrevivir en el mundo.

Y al igual que sus progenitores, Raúl ve su futuro del otro lado del Atlántico.

“Admiro a mis padres por tener el valor para dejarlo todo y comenzar su vida desde cero, quizá yo también tenga que afrontar algo similar dentro de algunos años. América Latina está cambiando, dejando atrás sus problemas políticos y en la mayoría sus economías están creciendo. Me gustaría al terminar mi carrera, ir a la tierra de mi familia, aprovechando español y mi titulo universitario. Es hacer lo que hicieron mis padres pero a la inversa,” indica con una nerviosa sonrisa.

Oswaldo, incierto

Oswaldo, un compañero de escuela cuyos padres ecuatorianos vinieron hace más de veinticinco años; piensa que su porvenir depende de cómo se desarrollen las cosas en el día a día. El joven, de 21 años, no es tan pesimista sobre el futuro. Sin todavía tener claro qué carrera estudiar, decidió al terminar la escuela trabajar por un tiempo en una tienda de souvenirs en Oxford Circus. “Para mí la situación no es sólo decidir qué o dónde estudiar, es también ver cómo hacer para pagar mi educación” comenta el joven.

“Mis padres tienen más de veinte años, trabajando como limpiadores y con mucho esfuerzo lograron crear su propio negocio en el mismo ramo” asegura.

“Me llena de orgullo saber que son sus propios jefes. A a mi me gustaría hacer más que eso, como por ejemplo obtener una mejor educación, pero la realidad a veces pesa mucho sobre los sueños”.

Para él, ir a Ecuador es una opción que no ha ponderado en su totalidad. “Es una posibilidad que está allí. Sé que tengo familia allá y ese país ha mejorado mucho, pero no he pensado en ello de manera seria” acotó Oswaldo.

Raúl y Oswaldo son apenas un ejemplo de cómo la crisis ha afectado los planes de vida de los jóvenes hispanoamericanos.

Rosa y Rafa con su arte tienen

Esta pareja de artistas plásticos españoles tienen más de un año en Londres. Ella trabaja en un café y él en un teatro en el West End como acomodador. Sin embargo tienen motivos para no regresar a España.

“Finalmente conseguimos el financiamiento para una revista artística y Rosa pronto tendrá una exposición con sus obras en un pequeño museo en la ciudad. En España nunca hemos podido tener el apoyo total del estado, pero aquí sí ha funcionado. Regresar con la crisis y el desempleo del 21% es demasiado arriesgado, además hemos visto las protestas del “15 M” de la gente en las plazas y calles. No es buen momento para volver,” comentan ambos.

Julia quiere fotografiar de nuevo Santiago

Esta chica chilena trabaja como fotógrafa freelance. Vive en Brighton compartiendo un piso con dos amigas más y pasa la mayoría del tiempo en Londres por su trabajo.

Sus palabras lo resumen todo: “He estado ahorrando para regresar a Santiago desde un año. Chile ha cambiado mucho y la verdad es que tengo muchos años sin regresar ni siquiera por vacaciones. Mis padres tienen su vida ya hecha acá, y digamos que yo también, pero quiero vivir esta aventura y mi decisión está tomada.”

Para Alexandra sus hijos la atan a este país.

Esta joven venezolana, licenciada en Derecho, pensó en regresar a Venezuela hace 10 años. “Estaba recién graduada y no conseguía empleo en mí carrera. Pensé en regresar pero la revalidación de mis estudios en Venezuela era algo complicado y se llevaría tiempo, así que pensé en dejar pasar unos años más antes de pensar de nuevo en ello. Ahora estoy casada y con dos niños de 5 y 6 años. Entre el trabajo y las responsabilidades del hogar no había pensando en el regreso de nuevo hasta esta entrevista,” afirma Alexandra.

“Ya mi vida está hecha acá, además Venezuela no es el mejor lugar para que mis hijos crezcan debido a la inseguridad que según me cuentan los amigos de mis padres, es terrible.”

Luis Daniel y la cocina panameña

Chef desde hace tres años en un bistro en La City, este panameño ya tiene su pasaje de regreso a Ciudad de Panamá para finales de año.

Afirma que “a pesar de haber nacido aquí, nunca he dejado de ir a Panamá; siempre he pasado al menos un mes al año en la ciudad. El verano pasado decidí dar el gran paso. Mi sueño es abrir mi propio restaurante francés allá.”

Le debo mucho al Reino Unido, soy lo que soy gracias a mi experiencia acá, y todo ese aprendizaje es la base para mi nueva vida en la tierra de mis padres,” explica.

Andrea: en busca de la jungla

Quiere dejar la selva de concreto por la verdadera. “Hace tres años estuve de vacaciones en San José en casa de mis abuelos y quede enamorada de la paz y tranquilidad y el contacto con la naturaleza” comenta la joven hija de costarricenses quien trabaja en una compañía importadora de vinos.

“Tanto me ha gustado que en mis planes tengo pasarme un año allá, quizá inclusive hacer un cambio de carrera hacía algo que me fascina como es el ecoturismo. Son muchos planes algo arriesgados, pero si las cosas no salen como pienso, siempre puedo regresar, es lo peor que puede pasar” indica Andrea llena de optimismo y emoción.

Sandro: por otras latitudes

Este joven brasileño es asistente de mecánico, pero se quedó sin empleo hace unos meses y trabaja en un pub en Camden como barman. Siempre a soñado con el trópico y el hogar de sus padres.

“Estoy decidido a regresar. Aquí no veo mucho futuro y a pesar que voy a tener que dejar atrás a todos mis amigos y sobre todo a mi papá, estoy tomando la decisión acertada. Tengo en mente llegar dando clases de inglés que siempre tiene mucha demanda en cualquier parte, y de allí ver qué puedo hacer. El pasaje es muy caro y tengo que trabajar todo este verano para poder costeármelo. De resto no tendré muchos gastos ya que llegaré a casa de mis tíos en Bahía. No tengo miedo de cambiar mi vida.”

Gustavo: profesión y amor son universales

“Tengo una gran ventaja. La informática es la misma aquí que en cualquier parte del mundo, así que no necesito revalidas o títulos para hacer mi profesión”, dice este ingeniero en informática trabaja en el departamento de IT de una compañía de seguros.

Su motivo para dejar el Reino Unido es uno sólo. “Tengo un trabajo excelente y estoy contento, pero el verano pasado estuve en Asunción, en Paraguay de donde son mis padres y me enamoré de una joven. Todo este año ha sido de constante contactos y pienso irme la semana siguiente a pasar un mes con ella a ver cómo nos va” comenta ilusionado. “Todavía no se lo he comentado, pero si todo sale bien estoy dispuesto a mudarme a Paraguay para estar con ella. Estoy seguro de conseguir trabajo pronto en mi área. Además el clima es mucho mejor y la cordialidad de la gente es increíble.”

Johanna: arqueología Azteca

La investigación en el pasado tiene sus formas y sus métodos. “No sé si es por las películas de Indiana Jones o el amor a la tierra de mis papás y su legado histórico, pero quiero comenzar mi carrera de Arqueología en México”, comenta Johanna de 19 años. “Mis padres se oponen, diciendo que aquí tendré mejores oportunidades, pero quiero comenzar desde el principio allá. Aquí tengo ahorrado algo de dinero para el pasaje gracias a mi trabajo como vendedora en una tienda de departamentos, pero son mis padres quienes tienen la palabra final, ya que cuento con el respaldo económico de ellos para hacer mi sueño. Quizá regrese en un futuro a Inglaterra, pero eso sólo el destino lo podrá decidir.”

(Fotos: Pixabay)

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