Globo, Multicultura, Perfiles, Reino Unido

Sueños de un inmigrante trabajador de la gigeconomía

A pesar de las largas jornadas laborales, los retos culturales y la separación familiar, las aspiraciones de César van más allá del Reino Unido, alimentadas por un viejo sueño.

 

Harry Allen

 

César, de 59 años, es nada menos que un ciudadano modelo.

Trabaja sin descanso hasta 16 horas al día en la economía colaborativa, rara vez se toma descansos y se entretiene con la actualidad cuando puede. Tras emigrar de Brasil en los años noventa y dejar atrás su negocio de construcción, se instaló en Londres en 2008. Toda su familia está en Brasil, pero él los visita regularmente en los meses de invierno. «Los echo de menos, pero mi ajetreada rutina laboral no me deja pensar mucho en ello», menciona, ya que su actual trabajo de gig le obliga a estar en 4 aplicaciones distintas para ganar los trabajos de reparto mejor pagados.

Hasta 4,5 millones de personas en todo el Reino Unido trabajan en la gigeconomía, y un gran número procede de América Latina, en busca de mejores condiciones de vida. César no es diferente, aunque le preocupa poco el estado de la economía actual.

«Siempre quise vivir en el extranjero», dice, «y en 2001 ya [planeaba] irme a EE.UU., pero entonces ocurrió el atentado de las Torres Gemelas y la economía se puso mal, así que puse en pausa mi sueño», por lo que vivir en EE.UU. ha seguido siendo una fuente constante de inspiración en su vida diaria.

Añade que «el Brexit, la pandemia y la guerra en Ucrania han desorganizado un poco las cosas por aquí (Gran Bretaña)», y en cada respuesta se abstiene de citar el mal estado de la economía británica. César regresó cuando Gran Bretaña votó a favor de abandonar la Unión Europea en 2016, tras una estancia de seis años en Brasil. Su ciudadanía italiana por ascendencia le allanó el camino para obtener previamente la ciudadanía de la UE, lo que le permitió trabajar en Gran Bretaña. Sin duda, volver era como luchar una batalla cuesta arriba, en medio de titulares sobre la caída de la libra y la caótica gobernanza.

Sin embargo, ante los interrogantes sobre el estatuto de inmigrante en la UE, fue un acierto asegurarse la permanencia. César afirma que le gustaría mantener su base en Londres, pero a partir de 2025 buscará experiencia en otros países, concretamente en Estados Unidos, «cumpliendo ese sueño de 2001 que se me quedó en el tintero».

Preguntado por las presiones a las que se enfrenta a diario, el idioma fue una de las principales quejas, aunque con tono autocrítico afirmó: «Estas dificultades podrían mejorar si [los emigrantes] dedicáramos más tiempo a aprender el idioma».

English for Speakers of Other Languages (ESOL) ofrece cursos de idiomas gratuitos a los inmigrantes con conocimientos limitados, pero lo que las autoridades no entienden es que muchos inmigrantes, como César, no pueden permitirse tomarse tiempo libre para aprender.

Podría decirse que trabajar en la economía colaborativa ha dificultado aún más la situación de César, forzándole a largas jornadas laborales de alta presión con poca vida social. No es de extrañar que no haya conseguido mejorar su inglés. Gran Bretaña cambió drásticamente después de 2008, con el Partido Conservador alterando el tejido social y destripando los servicios públicos. Después de interrogarle sobre estos cambios y sus experiencias, César prefirió mantener la compostura, evitando hablar mal de Gran Bretaña.

«De hecho» – exclamó – «admiro mucho cómo los poderes públicos tratan a sus ciudadanos. También admiro el respeto que se tienen los unos a los otros».

Un par de declaraciones bastante contradictorias si se tiene en cuenta el reciente revuelo en las redes sociales sobre la percepción del declive de Gran Bretaña.

César vive la vida en sus propios términos, no en función de lo mal que parezcan ir las cosas. Es difícil enfurecerse con la política cuando se trabaja las veinticuatro horas del día.

Cuando le preguntaron qué cambiaría de Gran Bretaña, respondió simplemente: «Quizá cambiaría un poco el tiempo».

Esto da fe de la resistencia de los que trabajan en la gigeconomía: si paras, se acaba el dinero; y el dinero es la única manera de que César cumpla su ansiado sueño estadounidense.

(Traducido por Camila Marquez) – Fotos: Pixabay

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