Existe y es la naturaleza del amor. No se puede forzar o controlar, o no es amor. Si el mundo se ve como una zona de guerra, ¡es porque es una! La indiferencia es una elección. Buscar la paz y la sanación no es fácil.
Verdaderamente, no tomar una decisión, es decidir. Ya te has comprometido. Entonces déjenos jugar con el lenguaje. Dios está en el Mercado. Él quiere que las personas tomen sus propias decisiones libremente.
Es un efluvio de amor que Él en si mismo sea una elección, y una que requiere libertad. Él, quien ha creado muchos otros seres a parte de las personas, tales como los ángeles y sus jerarquías. Ellos también deben elegir. Algunos deciden seguir la bondad, la belleza o la verdad; otros el despotismo y la destrucción. Como le ocurrió a Gollum, su obsesión con el poder les deshumaniza; se convierten en demonios, espíritus malignos, dioses, ángeles empeñados en la destrucción, Abadón.
Dios no puede permitir que esta destrucción se alargue para siempre, por lo que establece un plan. Es un plan secreto, oculto para aquellos ciegos a su preciosismo.
Los poderes demoniacos, en su vanidad, creen entenderlo. Por eso Dios envía a un hombre que no atrae más que el desprecio de la clase dominante. Aún así temen a este sirviente que se define a sí mismo simplemente como un ´hombre´. ¡Destruirle, será destruir el plan maestro!
Entonces, Abadón “el destructor”, alza su puño blindado y le golpea a muerte. Tal es el odio que todo lo consume de los poderosos hacia el siervo, que la maldad en sí misma les absorbe. Al igual que los cerdos se ahogan en el fango, ellos mueren en su propio vómito. Abajo en la Tierra, hay gente. Algunos se retuercen las manos y se preguntan, ¿Cómo pueden ocurrir cosas malas a la gente buena?
Dos mil años han pasado. Entonces uno le plantea una pregunta a otro, ¿era tan irreal como para ser extraño? ¡Después de todo, eso es exactamente lo que se espera que le pase a la gente buena!
Los griegos llegaron y los cristianos adoptaron su idea de un Dios soberano, que para ser poderoso tiene que controlar todo. Nada ocurre sin que Dios lo controle.
Entonces, ¿cómo puede existir la maldad, si este es un Dios que ama, que todo lo puede y todo lo controla? ¡No habría hueco para la crueldad!
Antes de esto, la existencia del mal era una pregunta práctica, no una intelectual. Sin embargo, por sorprendente que pueda parecer, al igual que la navaja de Occam, por tanto, es en realidad una mejor respuesta a por qué el mal pasa. Dios está en el mercado, porque su amor lo impulsa allí. La gente debe elegir. Otros seres creados deben elegir.
Para ello existe y es la naturaleza del amor. No se puede forzar o controlar, o no es amor. Si el mundo se ve como una zona de guerra, ¡es porque es una!
La moneda de Pascal, siempre girando, pero en algún momento tiene que caer. ¿Cuál va a ser su apuesta? No apostar es una elección. La indiferencia es una elección. Buscar la paz y la sanación no es fácil.
Habrá enemigos que se opondrán a esta verdad. Tanto si es meramente humana, como si subyacen otros principios, debes elegir.
(Traducido por Ana Isabel Matesanz) – Photos: Pixabay