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De Colombia al RU: un viaje hacia la salud mental

Nancy Liscano tiene más de 20 años de trabajo con  los inmigrantes latinoamericanos en el área de salud mental. Originaria de Colombia, su travesía estuvo marcada por la violencia sociopolítica y hoy, desde distintas ONGs, brinda apoyo terapéutico integral a familias de la diáspora. Su compromiso, su formación y su solidaridad han marcado su experiencia en el Reino Unido.

 

Nancy Liscano.

 Josefina Viano

 

Al inicio de su travesía, impulsada por el difícil contexto de violencia sociopolítica de Colombia, (país que rompió todos sus récords de violencia en el 2000, con un registro de más de 38.000 muertes violentas, Nancy tuvo que alejarse de su tierra. Lo hizo siguiendo la recomendación de su hermano y debido a las circunstancias de seguridad.

Esta etapa estuvo marcada por todas las sensaciones propias de quienes deciden salir de su lugar de origen, sobre todo cuando esa decisión está rodeada de violencia e inestabilidad. En el corazón de este desafío estaba dejar a sus hijos en Colombia, para instalarse en el Reino Unido. Otro de éstos desafíos siempre presente, tuvo que ver con la documentación y “la legalidad”. En su caso, Nancy, tuvo que renovar su visa de estudiante en varias ocasiones, lo que le complicaba y prolongaba el camino para poder traerse consigo a sus hijos, lo cual, como ella menciona “aporta una sensación extra de incertidumbre” tanto para ella como para todos los migrantes.

Luego de esta primera etapa, en 2004 regreso a Colombia pero nuevamente un suceso trágico, de violencia política, relacionado con la situación que se vivía en su país, la obligaron a cambiar de planes: uno de sus compañeros más cercanos, entonces senador, fue asesinado al poco tiempo de arribar a Colombia. En ese punto la carrera de Nancy, tuvo un punto de inflexión decidido.

Esta vuelta a su país, para trabajar junto al Senador, coartada por el golpe de la violencia política sin tregua ya no dejaba opción para ella: debía volver a Reino Unido y construir la vida y construirse allí, desde cero. Así describió esos días: “Lloré por todas las calles de Londres, sola, pero decidida a quedarse y empezar de nuevo.”

Solo en 2005 pudo contar con la presencia de sus hijos, quienes comenzaron a desarrollarse académicamente en el Reino Unido. Su presencia representó un verdadero alivio, una gran motivación y le permitió enfocarse un poco más en su futuro. Entre 2003 al 2005 ella también adelantó sus estudios en la Universidad de Madrid en el doctorado en Desarrollo Psicológico, Aprendizaje y Educación, lo que lo permitió obtener su  visa de estudiante. Y  entre 2005 y 2009 Nancy se desempeñó como manager de la Anglo Spanish Nursery School.

En 2012 continuó estudiando en la Universidad Autónoma de Barcelona y obtuvo un Máster en Salud mental de inmigrantes y un doctorado en Psicología Clínica, además de formarse en el Instituto Viktor Franks en Logoterapia en 2014. “Siempre seguí estudiando y formándome, en las distintas etapas” menciona. Nancy ha trabajado durante 15 años como formadora internacional y conferenciante en logoterapia.

En el transcurso de esos años, Nancy optó por canalizar el dolor y desarraigo, formándose constantemente y llevando adelante acciones solidarias para quienes, como ella, atravesaban el proceso migratorio. El énfasis estaba puesto en brindar asistencia terapéutica de forma integral tanto a nivel individual, familiar, comunitario y de pareja. De esta forma, se dedica a promover la salud mental en las diferentes áreas: bio-cognitivo, emocional, social y espiritual.

En 2004 dio comienzo a “Teléfono de la Esperanza” que luego, en 2012, pasó a llamarse “Voces amigas de esperanza – Voades”, una iniciativa que nace con el propósito de ayudar a los inmigrantes a atravesar las crisis, mantener la esperanza en tiempos difíciles y desarrollar su potencial personal.

En ese entonces, Nancy cuenta que cada día  más y más personas buscaban apoyo emocional, y tuvieron que ampliar su asistencia, de la orientación por teléfono a otras actividades, como cursos, talleres, seminarios, encuentros para toda la familia. Y de esa forma creció también el grupo de voluntarios. “Fue un esfuerzo enorme, muy gratificante, y también me servía en lo personal para mis propias necesidades emocionales”, explica.

En 2014 Nancy comenzó a tener problemas auditivos hasta quedar sorda, por lo cual debieron realizarle implantes coclares. Entonces direccionó su proyecto de vida y comenzó a desempeñarse como directora y fundadora del Liscano Center, que Nancy define como “una compañia de asistencia terapéutica y de formación en logoterapia, para la comunidad en temas de bienestar emocional, social y espiritual”

Para Nancy, los abordajes son siempre integrales: la situación lo obliga. Muchas veces, los inmigrantes vienen solos, la mayoría de las veces sin dinero, sin documentación, sin familia.

De ahí que los abordajes deban ser integrales, ya que la salud mental depende de una gran gama de factores: la relación con el nuevo entorno, las sensaciones con lo que se deja atrás, los vínculos con la familia que está y la que no, la esperanza de cambiar de futuro. En sus palabras: “Lo colectivo, lo comunitario, es decisivo a la hora de migrar. Las necesidades de los inmigrantes son amplias, y las respuestas que nos demandaban, también lo eran. Por eso empezamos brindando ayuda a un integrante de la familia, y luego recibimos a los que iban llegando, tuvimos que volvernos expertos en todo tipo de asuntos y debíamos hacerlo a ritmo acelerado”

Hace ya 14 años, Nancy lidera la “Red Atenea” que es un red internacional de científicos, organizaciones, ONG, dedicados a la salud mental de inmigrantes. Desde este espacio han tenido oportunidad de acercar memorandos a la ONU, y también trabajar en conjunto con la Unión Europea, con gran activismo de las juventudes de migrantes nucleados en Voades.

También el Papa los ha recibido en 2017 y vale aclarar que el de este año es el 14° Congreso internacional liderado desde este espacio.

En este camino, se han ganado el apoyo de Joseba Achitegui, autor del concepto “Síndrome de Ulises” y quien les ha dado la responsabilidad de dirigir el Ulysses Syndrome Institute, expandiendo la oportunidad de realizar intervenciones relacionadas a la salud mental para migrantes. Siempre expandirse, parece ser la norma para ella.

Nancy optó por transformar su experiencia personal y su vida, en un servicio para los demás. En lugar de quedarse sola, encerrarse y entristecerse, salió a buscar a los encerrados, solos y entristecidos, tendiendo una mano de esperanza, proponiéndoles compartir el dolor y la alegría, y crear entre todos, una nueva comunidad sin fronteras.

(Fotos facilitadas por el entrevistado y de Pixabay)

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