Opacada por noticias sobre el asesinato del presidente de Haití y los intentos de desestabilización contra Cuba, la región tiene problemas mayores, como las afectaciones de la pandemia Covid-19 y la drástica reducción del turismo internacional, base de su economía.
También debió soportar fenómenos climáticos como el paso reciente del huracán Elsa, inundaciones en Guyana y Surinam y la erupción del volcán La Soufriere en San Vicente y las Granadinas.
Por ello hoy los líderes de los países del Caribe profundizan sobre enormes desafíos económicos, sanitarios y climáticos que revelan la vulnerabilidad de la región.
Así lo señalaron a lo largo de este año sus organismos de integración y lo subrayó Volkan Bozkir, presidente de la Asamblea General de Naciones Unidas, al visitar Antigua y Barbuda, San Vicente y las Granadinas y Barbados.
El diplomático turco resaltó la necesidad de invertir en turismo sostenible, así como en los océanos por su gran potencial para la innovación y el crecimiento.
Los líderes de esos países, muchos de ellos pequeños e insulares, tienen décadas de experiencia común en organismos como la Asociación de Estados del Caribe (AEC), la Comunidad Caribeña (Caricom) y la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), entre otros.
La AEC, que agrupa a más de 30 países miembros y asociados y que acaba de celebrar su 27 aniversario, sostuvo a fines de mayo una reunión bajo el lema “Promover el desarrollo sostenible del Gran Caribe”.
Tras subrayar el objetivo de fortalecer la cooperación e integración, planteó la conveniencia de crear un espacio económico ampliado y sostenible y preservar la integridad medioambiental, para lo cual cuenta con comités especiales de comercio, turismo, transporte y desastres naturales.
El primer ministro de Antigua y Barbuda, Gastón Browne, nuevo presidente de Caricom, pidió en su más reciente cumbre, realizada a comienzos de julio, reactivar el turismo para “volver a algo que se parezca a la normalidad”.
Otro acuerdo de la reunión número 42 de Caricom, habla de la necesidad de armonizar los protocolos sanitarios para los viajes, mejorar el transporte aéreo y diversificar los esfuerzos económicos, con énfasis en la agricultura y la seguridad alimentaria.
Caricom viene desarrollando instituciones regionales como la Agencia de Salud Pública del Caribe, la Agencia Caribeña para el Manejo de Emergencias por Desastres, el Sistema de Seguridad Regional y la Agencia para el Crimen y la Seguridad.
Fundado hace 48 años, el organismo es integrado por Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice, Dominica, Granada, Guyana, Haití, Jamaica, Montserrat, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Surinam y Trinidad y Tobago.
Cuba, la más grande isla del Caribe, está próxima a cumplir 50 años de relaciones con Caricom y colabora solidariamente con los países del área en medicina, educación, construcción, cultura y deporte, entre otras esferas.
Las naciones caribeñas condenan, año tras año en Naciones Unidas, el ilegal bloqueo económico, comercial y financiero que Estados Unidos aplica a Cuba desde hace seis décadas.
Por su parte, Sacha Llorenti, Secretario Ejecutivo del ALBA-TCP, mecanismo de integración que incluye a algunos países caribeños, de nacionalidad boliviana, defendió el multilateralismo y precisó que el mundo está enfrentando amenazas globales, comunes que ningún Estado por sí sólo puede atender.
Llorenti subrayó el objetivo del organismo de “trascender de la mera integración a la unidad” de los países del área.
ALBA-TCP reafirmó la necesidad de fortalecer sus lazos con otros mecanismos similares, como la AEC, Caricom y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), foro en que participan 33 países de la región. (PL)