Cinema, Cultura, Europa

Portugal y su inquietante nostalgia del Imperio

No hay que borrar la historia, nos dicen, cuando se retira la estatua de un esclavista. Aquí se sigue creando una historia mítica para preservar la imagen de familia colonial feliz creada durante la dictadura de Salazar. Y la educación en las escuelas sigue ocultando la realidad de un colonialismo brutal.

 

Graham Douglas

 

El colonialismo europeo terminó oficialmente durante el siglo pasado, pero la nostalgia por el imperio tarda en desvanecerse, y se dice que fue un factor en el voto de Gran Bretaña para abandonar la Unión Europea.

A pesar del movimiento Black Lives Matter (BLM), la enseñanza de la historia negra es un tema controvertido en muchos países. En Brasil y el Reino Unido la ley obliga a enseñarla en las escuelas, pero no en Portugal, y cada vez hay más intentos de impedir que la historia negra se enseñe en las escuelas de Estados Unidos.

El colonialismo portugués terminó abruptamente con la Revolución de 1974, pero dejó un legado único que Marta Pessoa explora en su última película “Rosinha and other wild animals. La cinta ganó el premio Arvore da Vida (Árbol de la Vida) en la 20ª edición del festival de cine de Indielisboa, donde hablé con ella para The Prisma.

La película se centra en la ideología revelada por la exposición Colonial de 1934, que, según Pessoa, sigue siendo una influencia no reconocida en la vida pública: Portugal, cabeza bondadosa de una familia global, fue el mito promovido durante los 48 años de dictadura de Salazar.

La exposición presentaba «aldeas» típicas de las colonias africanas, y una mujer llamada «Rosinha», traída de lo que hoy es Guiné-Bissau, fue convertida en semidesnuda imagen promocional de este zoo humano.

¿Cuáles son sus intereses como cineasta?

Empecé a estudiar nuestra historia colonial y las experiencias de las mujeres porque todo parece reflejarse en la Portugal de hoy, donde 48 años de dictadura siguen siendo un trauma muy presente. En 2011, en mi película “Warriors, empecé con las experiencias de las mujeres en las guerras coloniales. Y el triple deseo de conquistar, poseer y civilizar a estos pueblos estaba ahí, en el cuerpo de las mujeres guineanas, presentadas semidesnudas a la mirada del público en Oporto en 1934. A estas personas traídas de África se les hizo construir, sin remuneración por ello, réplicas de aldeas nativas, un zoológico humano al estilo del siglo XIX, y una mujer a la que se dio el nombre de Rosinha apareció siempre semidesnuda en las portadas de las revistas y en la publicidad.

El propósito de aquella exhibición era mostrar a los portugueses cómo comportarse y cómo mirar al Otro, y esta lección fue tan bien aprendida durante la época de Salazar que todavía pensamos así: que somos más solidarios que otras naciones coloniales, una gran familia feliz no como la brutalidad del Congo belga.

Pero eso es mentira, porque la policía política, la PIDE trabajaba junto con el ejército en África, no como nos dicen, sólo en Portugal, y ambos eran muy brutales. La narrativa oficial es que la revolución del 25 de abril de 1974 sólo fue instigada por el ejército en nombre del pueblo, ignorando el papel de los movimientos de liberación en África.

Todavía tenemos la Praça do Imperio en Belém, donde instalaron este año 2023 una colección de escudos de piedra en el pavimento que muestran Angola, Guiné, Goa, Mozambique, São Tomé y Príncipe, y Timor, junto a las provincias de Portugal como si todas formaran parte de un solo país. Se supone que conmemoraba la Exposición Imperial de 1940 que tuvo lugar allí, pero ni siquiera es auténtico. El diseño es en realidad de los años sesenta. La gente dice que no podemos borrar la historia, pero no, esto es historia creada en 2023.

¿El movimiento BLM y la retirada de estatuas de traficantes de esclavos en el Reino Unido han tenido algún efecto en Portugal?

Existe un proyecto desde hace mucho tiempo para hacer un monumento a las personas esclavizadas en Lisboa, donde existió el mercado de esclavos en el siglo XVI, y aunque es sólo un pequeño monumento, no un museo, se ha pospuesto muchas veces y las obras aún no han comenzado.

Marta Pessoa, directora de cine.

Mucha gente en Gran Bretaña dice que no hemos superado nuestra nostalgia imperial, ¿es así en Portugal?

La gente que ahora tiene 60 o 70 años y que nació en África seguirá diciendo que son angoleños o mozambiqueños, no portugueses.

Muchas de las personas que fueron enviadas allí desde Portugal procedían de familias pobres de aquí, lograron un buen estilo de vida allí y luego volvieron a la pobreza aquí. Y algunos de ellos tenían padres y abuelos nacidos en África, por lo que es difícil decir que no son africanos.

¿Como los «Pieds noirs», que nacieron en Argelia?

Exactamente. Mucha de esta gente se considera africana pero mejor que los autóctonos, y desde que apareció el partido extremista Chega algunos de ellos se han vuelto más francos, diciendo cosas como «nosotros construimos las carreteras y desarrollamos el país y cuando nos fuimos se convirtió en un caos». Para ellos nacieron en un lugar que entonces formaba parte de Portugal.

Ha mencionado que los guineanos tuvieron más protagonismo en la exposición. ¿Por qué?

Porque los guineanos eran los que menos se parecían a los portugueses, y por eso se les podía presentar como más «exóticos».

En la película había estudiantes negros de una escuela de Lisboa, y también muchos entre el público. ¿Cómo se enseña aquí la historia colonial en las escuelas?

Incluso en las escuelas donde la mayoría de los alumnos proceden de familias luso-africanas tienen que informarse por sí mismos sobre Amílcar Cabral y los movimientos de liberación.

Ni siquiera los partidos de izquierda se han preocupado mucho por estos asuntos, ¿y se ha fijado alguna vez en el Parlamento portugués? El debate sobre la discriminación positiva sólo se refiere a las condiciones socioeconómicas. El cuestionario oficial del censo tampoco incluye el origen étnico.

¿Va a proyectar la película en escuelas o universidades?

He proyectado mis películas anteriores, así que espero que sí. Los profesores suelen ser bastante entusiastas, pero tal y como está diseñado el plan de estudios, no ofrece oportunidades para proyectar y debatir películas sobre ningún tema.

En la película no se habla de la esclavitud. ¿Por qué?

Pertenece a un periodo diferente, y la esclavitud y el colonialismo son historias distintas aunque estén conectadas.

La voz en off de la exposición de 1934 incluye una parte en la que se dice que los portugueses menos educados tienen que entender que las colonias son fuentes importantes de dos cosas: riqueza y mano de obra.  Entonces, ¿admitían la explotación?

Era como la esclavitud, pero no se llamaba así.

En Santo Tomé, los trabajadores cobraban, pero sólo podían gastar su dinero en la tienda del gobierno, donde los precios eran altos. Y en Angola había ciertos trabajos a los que sólo podías optar si eras blanco y cristiano y ‘civilizado’.

Había una gran procesión de gente con trajes tradicionales de la región portuguesa de Minho interpretando danzas tradicionales. ¿Por qué los trajeron a la exposición?

El régimen siempre mantuvo esta imagen como el ideal de la nacionalidad portuguesa pura y la mujer minhota se contraponía a la mujer africana semidesnuda que podía ser legítimamente objeto de una mirada lasciva.

Su imagen preferida de Portugal era una imagen rural, no preocupada por la industria y el progreso, y la misión de Portugal era establecer una economía agrícola similar en sus «provincias» de ultramar.

Usted mostró a un actor que interpretaba a «Rosinha» vestido con el mismo traje tradicional portugués. ¿Por qué? Me pareció bastante inquietante, como si al vestirse como una minhota fuera a resultar aceptable.

¿Pero no podía ser portuguesa?

Es bastante común que los reporteros pregunten a una persona negra de dónde es, y si dice que es portuguesa, el reportero dice: «Pero, ¿de dónde eres realmente?». Y a veces en las tiendas oyes a la gente dirigirse a los africanos con la conocida forma «tu», que sólo se utiliza para los amigos o la gente más joven, así que es una forma de infantilizarlos.

¿Está trabajando en un nuevo proyecto?

Estoy empezando a preparar una serie documental para televisión sobre las escritoras portuguesas que nunca fueron reconocidas durante los años de Salazar.

(Traducido por Monica del Pilar Uribe Marin)Fotos suministradas por la entrevistada y autorizadas para su publicación.

Foto de Graham Douglas.
Foto de Graham Douglas.

 

Foto de Graham Douglas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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