Globo, Reino Unido

El vacío en el corazón de la ciudad, asunto político

Algunos barrios de nuestras ciudades son etiquetados como ‘vacíos’ o como ‘espacios vacíos’. Son tratado como la “nada”.

 

Steve Latham

 

La revista “City”, que analiza las tendencias urbanas, ha utilizado una palabra en español para caracterizar estos espacios: “nada”.

No es que no exista nada allí. Hay casas abandonadas, desocupadas, bloques de pisos de gran altura, vivienda social… Todo preparado para que lleguen las excavadoras.

También hay terrenos baldíos, donde crecen la hierba y los matorrales, tal vez un territorio donde se reúnen las personas sin hogar, viviendo en refugios improvisados o simplemente bebiendo para olvidar sus duros tiempos.

Esta tierra es considerada como “improductiva”, como una que no se está utilizando. Sin embargo, ¿a los ojos de quién es esto cierto? Sin duda, lo será desde la perspectiva de los promotores inmobiliarios.

El vacío está vacío, porque en el momento no existe una empresa con fines de lucro haciendo uso del mismo. Por ende, sobre el mapa de la metrópolis ese territorio es marcado como un espacio desocupado. No hay nada allí. Nada, que las empresas consideren valioso. Esta ‘nada’ se convertirá en algo únicamente cuando comience la construcción, y ‘produzca’ edificios que generen ingresos a los inversores.

El terreno no tiene valor en sí mismo, un ejemplo clásico de la distinción hecha por Marx entre el valor de uso y el valor de intercambio.

No importa lo útil que puede ser para algunas personas, no es tratado de esa manera hasta que alguien lo posee y lo trabaja. En la práctica, esto significa que hasta que una empresa capitalista se apropie de él.

El Heygate State en Londres, cerca de la zona de Elephant and Castle, por ejemplo, ha sido vaciada de sus inquilinos.

Lo hicieron para preparar el camino a la denominada ‘regeneración’. Por tanto, se consideraba vacío, aunque todavía no se hubiera demolido.

No obstante, los planes para los nuevos edificios son en su mayoría el de ser vendidos. Las promesas sobre la reposición de viviendas sociales han sido rotas.

El tema del vacío en el corazón de la ciudad es, por tanto, un asunto político. ¿Para quién es la ciudad que será renovada? ¿Quién tiene el derecho a la ciudad?

El vacío es, pues, un lugar de conflicto, de lucha. Los habitantes locales, apoyados por activistas, deben resistir la total reducción de sus espacios.

Este es el principio del derecho a las campañas de la ciudad. La regeneración no es una actividad neutral, dada supuestamente para el beneficio de la ciudad en su conjunto.

Las políticas de regeneración sirven siempre al interés de alguien, por lo general a los ricos.

La mayor parte de la regeneración que ha ocurrido recientemente en Londres, ha sustituido la vivienda social por el alojamiento en casas particulares.
De hecho un día tomaba parte de la ronda a un proyecto y la guía que de ello se encargaba detalló la forma en que la exigencia de que hubiera un porcentaje de vivienda social, había sido evitada mediante artimañas.

Pero las victorias pueden ser conquistarse. En una reunión pública, los residentes estallaron con furia, protestando ante los planes para cambiar de ubicación una unidad de reciclaje de residuos y colocarla cerca del condominio social, lejos de los edificios lujosos. Los encargados de desarrollar el proyecto, esperaban pasar de largo, pero fueron sorprendidos por la furia de la gente y su enardecido lenguaje.

Pero estas victorias son generalmente pequeñas y temporales. La regeneración de Londres tiene lugar en el contexto de una economía global.

Sólo una combinación de activismo local y de políticas nacionales puede revertir la segregación de Londres como una zona interior para los ricos y otra externa para los pobres.

(Memorias de The Prisma)

(Traducido por Mónica del Pilar Uribe Marin) – Fotos: Pixabay

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